Contra los dos Andorra

El partido que abrió el escaso repertorio entre el Racing y el FC Andorra, por cierto, único equipo no español que con permiso de la FIFA y la de Federación Española de Fútbol juega en competiciones de nuestro país, se celebró en los aún nuevos campos municipales de El Sardinero el domingo 18 de noviembre de 1990. El entonces entrenador, Felines, alineó aquella tarde a Ceballos, Revilla, Roncal, Cantudo, Gelucho, Javi, Edu, Óscar, Pedraza, De Diego y Benito. La victoria (3-0) supuso una confirmación de autoridad del liderazgo racinguista que en media hora resolvió el partido con un buen juego, relajándose posteriormente para permitir la reprimenda de la crítica deportiva.

Ni siquiera con los últimos cuatro partidos ganados (algunos con goleadas) y el primer puesto recién obtenido, el público estuvo interesado en asistir al encuentro. Las gradas presentaban un aspecto prácticamente vacío, ya que sólo 4.000 fieles aficionados acudieron. Fue demasiada escasez para homenajear a Jesús Puras y a su copiloto, José Arrarte, que se habían proclamado campeones de España de rallies.

El dominio del Racing se basó en un control sin precipitaciones, con buena colocación, con sentido de profundidad y una fuerte presión sobre los andorranos que por otra parte estaban bastante limitados de recursos técnicos. Benito estuvo a punto de anotar el primer gol en el minuto 9, pero su disparo a la media vuelta resultó flojo. Tres minutos más tarde, Javi, que sería el que más insistió a la hora del disparo, tiró desde fuera del área y el guardameta Iñaki despejó, recuperando la pelota Benito que tras un intento rechazado por el portero anotó el primer gol. La avalancha racinguista continuó y en el minuto 23 sería Pedraza quien centrase a De Diego y dentro del área orientó el control para un fácil remate que se coló a la derecha del portero del Andorra. El tercero, diez minutos más tarde, llegó como consecuencia de un córner sacado por Óscar en corto a Revilla. Su centro bombeado fue despejado por la defensa, pero Roncal voleó el balón con la izquierda y, tras dar en un contrario, se coló en la portería rival. Las crónicas de aquel día aseguran que sobró el segundo tiempo donde el Andorra sufrió la expulsión de uno de sus futbolistas. E incluso se pudo aumentar la ventaja si Pedraza no hubiera desperdiciado el lanzamiento de un penalti.

El partido en el principado se jugó el 1 de abril de 1991 en el campo de Aixobal, que presentaba un lamentable estado, sin apenas hierba, demasiado duro e irregular, con abundancia de botes imprevistos y balones incontrolables. El encuentro fue muy diferente al disputado en Santander, con un Andorra más ambicioso que obligó al Racing a esmerarse en el aspecto defensivo, dejando al delantero centro, Benito, prácticamente solo en el ataque sin demasiadas opciones de ser protagonista de jugada alguna. Tampoco abundaron las ocasiones de peligro del conjunto local. Hubo un par de ellas, la primera en el minuto 33, cuando un balón despejado por la defensa racinguista quedó suelto dentro del área y el interior Leo, sin pensárselo, lanzó un duro disparo que se estrelló en el larguero. Diez minutos más tarde hubo otra ocasión del delantero centro, Cardona, que en su intento de disparo se encontró con un mal bote del balón. El Racing tuvo también una buena oportunidad de marcar antes de que acabara la primera parte. Fue cosa de Benito, que tras recibir un balón en el centro del campo inició el contraataque plantándose solo ante el guardameta andorrano que se arrojó a los pies del delantero navarro deshaciendo el peligro.

En la segunda parte el Racing sufrió para mantener la portería a cero. La expulsión de unos de sus hombres, Robert, por doble amonestación, fue determinante. Aunque también hubo opciones para conseguir la victoria en un par de contraataques.

Con victoria (3-0) y empate (0-0) acabaron los dos primeros partidos que el Racing jugó contra el F. C. Andorra en la temporada 1990-91. El tercer encuentro que midió a ambos equipos fue el de la final del título de la Primera RFEF este mismo año, que terminó con la alegría racinguista del triunfo (3-0). Que siga la racha, con permiso del VAR.