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En aquella temporada, la de 1957-58, el Racing no pudo subir. Se quedó en los umbrales de un ascenso a Primera que había ilusionado a los aficionados, sobre todo cuando en la mitad de la competición regresó el ídolo racinguista, Rafael Alsúa, que después ... de haber jugado en el Jaén se encontraba sin equipo y aceptó venir a Santander. Con Alsúa, el Racing se fortaleció y se convirtió en uno de los aspirantes más serios al ascenso, junto con el Real Oviedo. Y todo iba bien, hasta que la directiva racinguista metió la pata hasta el fondo y despejó el ascenso para los carbayones.
Hay quienes sin entender la actitud de aquella directiva pensaron que en realidad el Racing no quiso subir a Primera aquella temporada. Es cierto que en el primer partido de Liga el equipo perdió en Vitoria frente al Alavés, pero el inicio de la temporada fue excelente. La fuerza y la velocidad del once se culminaba con el acierto rematador de Lolo Gómez, y de esta manera enlazó cinco victorias consecutivas que le llevaron a ocupar la primera plaza de la clasificación. Esta buena racha la cortaría el Real Oviedo que ganó su partido en los Campos de Sport por un sorprendente 1-5, y en donde influyó la lesión de Araujo, que se mantuvo en el campo sin poder moverse por un desgarro muscular que contribuiría a la superioridad de los asturianos. En este punto hay que recordar que aún no se permitían los cambios en las alineaciones, a excepción del guardameta en caso de lesión.
A partir de este partido, el Racing y el Oviedo se intercambiarían el liderazgo en una lucha constante por la única plaza que proporcionaba el ascenso, lucha que con la incorporación ya mencionada de Alsúa, enriquecería las posibilidades de los cántabros. Alsúa reapareció en el partido que el club montañés disputó en Tarrasa, obteniendo un nuevo triunfo, aunque corto y deslucido por un solitario gol de Vicedo y con el guardameta Lobera como auténtico valladar de la portería.
Con solo tres partidos perdidos en la primera vuelta, el Racing emprendió la segunda parte del campeonato con el mismo ímpetu ganador, consiguiendo contabilizar una serie de victorias frente al Alavés y la Cultural Leonesa. Después de este último encuentro, disputado el 26 de enero de 1958, de nuevo ocupó el primer puesto de la clasificación. Pero en León se daría la circunstancia de que jugaría su último partido con el Racing el jugador más en forma del equipo, Manuel Gómez, que con 14 goles era el 'Pichichi' de la Segunda División. Desde enero, varios clubes se habían interesado por alguno de los puntales del conjunto santanderino. El Real Zaragoza pretendía a Paco Santamaría, pero la junta fijó en dos millones y medio de pesetas su traspaso y las negociaciones se dejarían para más adelante. Sin embargo, el Sevilla, más agobiado por su mala clasificación en Primera División, se decidió a negociar con el club cántabro para conseguir al ariete racinguista. Dos días después del partido contra los leoneses, la junta racinguista comenzó a negociar en Madrid con los directivos sevillistas, y el 2 de febrero, los directivos informaron a la junta que habían llegado a un acuerdo con el club sevillano, pero que para cerrar la operación era necesario otorgar el derecho de opción de Santín, otro de los hombres fijos del equipo racinguista que dirigía Enrique Orizaola. En este punto hubo discrepancias, aunque finalmente la decisión de la junta, exponiendo argumentos morales con respecto al compromiso adquirido con los sevillistas, fue a favor de traspasar a los dos jugadores. Y todo se vino abajo desde entonces.
Con la ausencia de Gómez, que fue el primer jugador traspasado, el Racing encajó su primera derrota de la segunda vuelta en la Creu Alta contra el Sabadell (3-0). Ya sin Gómez ni Santín, el conjunto montañés perdió contra el Eibar (2-0), empató contra el modesto Basconia en los Campos de Sport (1-1) y volvió a perder en el partido más importante, disputado en la capital asturiana, contra el Real Oviedo (1-0), su oponente más directo. Este partido, que se jugó bajo una tormenta de granizo, fue fatal para la suerte de los racinguistas, ya que tras la racha de cuatro partidos donde solo consiguió un empate y un gol, pasaron a situarse en la tercera posición, adelantándoles el Sabadell, y alejándose por lo tanto de las aspiraciones de ascenso.
La falta de Gómez y Santín fue determinante para el bajo rendimiento que el equipo experimentó en la segunda vuelta, lo que provocaría la dimisión del técnico Orizaola argumentando el escaso respaldo de la junta directiva para conseguir el objetivo del ascenso donde el equipo tenía amplias posibilidades. Finalmente, el Racing obtuvo el tercer puesto de la clasificación liguera con un Oviedo que quedó campeón con el mérito del ascenso a Primera, mientras que el Sevilla logró la permanencia en Primera con los dos fichajes racinguistas que fueron decisivos para el objetivo de los andaluces. Fue un ascenso desperdiciado.
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