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Bronca, pocas conclusiones e incluso algo de pereza. Así fue la atípica sesión del juicio contra Francisco Pernía, Iñaki Urquijo y Juan Vergara por presuntos delitos societarios que se celebró este martes. Incluso algo accidentada, por las dificultades técnicas y la hostilidad de algunos ... de los peritos de la defensa con el fiscal y los acusadores. La pericial presentada por las defensas de Pernía y los dos agentes concluirá el miercoles con la proyección de un breve vídeo después de que el tribunal decidiera suspender la sesión hacia las dos de la tarde dado lo denso y diferente de la sesión de hoy respecto a las cinco jornadas anteriores. De hecho, el vídeo era uno de los motivos por los que Vergara y Urquijo, que no estaban obligados a comparecer durante todas las jornadas del proceso, se desplazaron a Santander. No les hubiera hecho falta viajar a las Salesas.
El primer perito de la defensa compareció para justificar la compra del Audi A8, uno de los tres cargos por los que se juzga al expresidente del Racing. Valentín Falagán manifestó que la adquisición del coche no supuso, según su criterio profesional, un quebranto al club. Argumentó que estaba justificado en virtud de las tareas de representación de Pernía y que con la administración concursal se devolvió y que además hay que restar el importe «recibido» por el vehículo al que sustituyó.
La acusación puso en duda sus conclusiones y Falagán reconoció que los 23.000 euros de la venta del anterior vehículo se corresponden en realidad al importe que restaba por financiar, de modo que nunca fueron a tesorería ni se podrían restar del coste del nuevo coche.
Posteriormente compareció José Miguel Albisu, socio de la empresa PKF Attest, que vivió momentos de tensión con Manolo Higuera. De hecho, los debates en los que entraron motivaron la protesta de Jone Goirizelaia, defensora de Urquijo y Vergara y posteriormente, con ambos ya enzarzados en un largo debate, llevó a intervenir al tribunal.
El auditor pormenorizó su estudio sobre la gestión del Racing Primavera, basada a su vez en informes de terceros y sin haber recibido contabilidades de algunas de las empresas afectados, entre ellas la de Vergara y Urquijo. A su juicio «las cantidades que se invirtieron en la mejora de instalaciones de la escuela fueron superiores a la contabilidad de Contalex, basado en un informe brasileño fundado a su vez en otro de un ingeniero brasileño y dos contratistas». «En lo que se refiere a Sport Rent Consulting, objeto de la acusación de la apropiación indebida, se han presentado las facturas, pero no los pagos, como se debería haber hecho», añadía en una declaración a petición de la defensa de Francisco Pernía.
En este sentido, hizo referencia al informe concursal, que indica que «lo único cierto es que el Racing llegó a un acuerdo con el señor Urquijo para que dirigiera la escuela», a lo que la defensa añadió que el hecho de que una factura entre en contabilidad no significa necesariamente que se haya pagado.
Por contra, a pregunta del fiscal, reconoció que «las facturas existen y están contabilizadas por el Racing», para admitir después que «esos gastos existen» y hacer de nuevo referencia al informe concursal y su conclusión de que «los servicios existieron y se pagaron».
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Aser Falagán
En cuanto a la justificación del gasto en la escuela brasileña, el perito defendió su informe, que lo considera «justificado» por ser similar al coste de las categorías inferiores del Racing. Ante esto, el fiscal le precisó que La Albericia cuenta con todas las categorías, frente a un Racing Primavera que solo tenía la júnior. La respuesta, que «así lo entendió el juez de lo Mercantil» y que «también se hicieron obras en las instalaciones». Sin embargo, no pudo explicar, como ya le sucedió a Marcos Lucena 'Magu', por qué no existe contabilidad en el último periodo del Racing Primavera.
Por último declaró Rocío Díez, auditora del Racing entre 2005 y 2016. Por una parte admitió a la defensa que no tenía contacto con Francisco Pernía a la hora de llevar a cabo su labor, tratando así su letrada de quitar responsabilidad a su representado. Señaló además que ni Ana Castanedo, gerente hasta 2008 ni su sucesor –Roberto Bedoya– comunicaron que estuvieran condicionados a la hora de llevar a cabo su labor: «Si no hubiera habido unos mecanismos de control en el Racing lo hubiera señalado en el informe», señaló.
«Ana Castanedo controlaba todo. La mayor parte de los costes se subcontrataban con una empresa que pasaba facturas –la de Urquijo y Vergara, aunque la auditora ni la citó ni la recordaba–», precisó. La acusación, por su parte, trató de acreditar que un informe de auditoría no analiza pormenorizadamente cada apunte contable y sus detalles, sino la buena ejecución de las cuentas, con lo que superarla no contradice, a su juicio, que se hayan podido producir los hechos de los que se acusa al expresidente. Por último, confirmó que era conocedora de que Pernía tenía firma en la sociedad y el progresivo empeoramiento de las cuentas, «un mal que tenían casi todos los clubes de fútbol, y por eso se introdujo el control financiero de LaLiga».
El juicio a Francisco Pernía, sesión a sesión
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