![Barral: «Todavía voy a dar mucha guerra en el fútbol»](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201902/11/media/cortadas/Imagen%20Racing28-kLi-U70606522742nuG-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
![Barral: «Todavía voy a dar mucha guerra en el fútbol»](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201902/11/media/cortadas/Imagen%20Racing28-kLi-U70606522742nuG-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
«El balón ya lo tengo en el coche para mi niño», se ufanaba ayer David Barral en la zona mixta de los Campos de Sport. No era para menos. Se había marcado un 'hat trick'. Y no fueron cuatro porque lo impidió la cruceta ... . Y eso que aún no se ve pleno. «Todavía no estoy a tope, pero voy cogiendo sensaciones, sobre todo de cara a puerta». Eso quedó claro. Lo de 'hat trick' viene del cricket. Los puristas prefieren llamarlo triplete, pero los ingleses bien merecen la nomenclatura por haber acuñado al fútbol. Hace honor a la gorra –de ahí lo de 'hat'– que se entregaba al jugador que eliminaba a tres bateadores, pero los futbolistas es el balón lo que se llevan. Como ayer el gaditano.
Así estrenó titularidad Barral: «Tenía ganas de demostrar en Santander el fútbol que llevo dentro. El Racing es un histórico; un equipo que conozco perfectamente y una afición que ya tenía ganas de que viera algún gol mío», decía el exsportinguista. Era el primer triplete de un verdiblanco desde el 27 de octubre, cuando Jon Ander hizo lo propio frente al Calahorra en la décima jornada. También en eso ha tomado el andaluz el relevo al vasco. David Barral ya ejerce su mando, deja ver su jerarquía en el Racing y de paso lanza un mensaje: «Todavía voy a dar mucha guerra en el mundo del fútbol».
Esa era la advertencia que lanzaba al final de una jornada en la que el andaluz había dejado muchas imágenes fijas. «¡Aquí, aquí!», gritaba en el minuto ocho mientras apuntaba al césped con su índice derecho. Acababan de derribar a Berto Cayarga frente al área, más o menos hacia las once, y el asturiano marcaba el terreno ante Fernández Buego. No quería que le afanaran ni un solo centímetro. Tenía en la cabeza una jugada ensayada con la que convertir el libre directo en indirecto y aquella era la ocasión era perfecta. Ahí se colocó el balón. Y ahí lo escoltó junto a Álvaro Cejudo, que cogió carrera, armó la pierna... y cedió mansamente en corto al asturiano para que batiera de disparo cruzado a Jon Mikel Areitio. Gol. Su primer tanto con el Racing. El primero en Segunda B en sus casi 35 años desde el 22 de mayo de 2005, cuando marcó con el Castilla.
Intervenciones 15
Minutos jugados 64
Faltas cometidas/recibidas 0/0
Disparos a puerta 7
A puerta/A los palos/Fuera 3/1/3
Despejes 2
Pases acertados/fallados: 6/0
Balones recuperados/perdidos: 2/1
Tarjetas amarillas/rojas 0/0
Esa fue la primera de las imágenes fijas que dio ayer el gaditano, pero no la última. Antes de dejar los Campos de Sport con el balón firmado por todos sus compañeros había dejado otras muchas. El abrazo con Jon Ander y choque de manos y semiabrazo apresurado con Iván Ania con los que dejó el césped en el minuto 64, aplaudido por unos Campos de Sport rendidos a sus tres tantos. Otra, la definición de depredador del segundo, aprovechando el centro de Cayarga en eso que se llama pase de la muerte. Otra más, sus manos a la cabeza tras estrellar el balón a la cruceta cuando buscaba su triplete (y el cuarto del Racing); ese que llegó apenas un minuto después a asistencia de Noguera.
El Racing ya tiene nueve de referencia. No solo por calidad, que también, a la espera de comprobar cómo le sientan los años, sino porque ayer se comprobó que con el andaluz en el campo el equipo cuenta siempre con un jugador al remate; siempre atento en el área pequeña o en la parcela que corresponda al delantero centro para preparar el remate. Siempre ofreciéndose al asistente a costa, eso sí, de colaborar algo menos en la presión en el centro del campo. Pero muy importante en la defensa a balón parado. Suyos fueron los dos despejes de cabeza a sendos saques de esquina del Vitoria. Ni un solo pase errado. Números de lo que debe ser: un jugador desequilibrante.
Y, por supuesto, el triplete construido mientras mandaba sobre el césped, sacando el brazo para señalar a sus compañeros el hueco; dónde enviar el balón. Porque confianza le sobra. Y así lo dice: «Los goles siempre vienen bien, pero yo no tenía ningún tipo de presión. Sabía que si tenía ocasiones iba a marcar y así ha sido. No tengo ninguna ansiedad».
Su entrenador lo destacaba más: «Para él tiene que ser un día importante. Era el primer día que jugaba como titular. Los delanteros viven de los goles y estos tres le van a generar confianza y, sobre todo, tranquilidad a la hora de afrontar las situaciones ante la portería contraria», decía Iván Ania al final del partido. Pero Barral quiere más. Y no se fía: «El equipo tiene que ir creciendo y afrontar el play off en las mejores condiciones». Ese, y solo ese, será el final del camino. De este primer camino que una vez tras otra se hace más largo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.