El burgalés del primer gol racinguista

Mariano Zubizarreta Rodrigo nació en Burgos el 5 de octubre de 1896. Poco tiempo residió en la ciudad castellana porque su padre, que se dedicaba a la construcción, tuvo que trasladarse a Bilbao con su familia, y luego a Santander. Mariano tenía al menos 14 ó 15 años cuando llegó a Cantabria y suponemos que más en Bilbao que en Burgos se aficionaría a jugar al fútbol porque en 1911 se incorporó a uno de los pocos equipos que entonces había en la ciudad, el Escolar, recién creado por un grupo de jóvenes que peloteaba en Los Arenales de Maliaño y en El Sardinero, y entre los que se encontraban otros jugadores que poco después serían protagonistas de la creación del Racing: Goyena, Zubieta, Joaquín Sánchez Losada, Torre, Zubizarreta y uno de sus cuatro hermanos varones, Valentín.

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La unión de los jugadores del Escolar con los de La Plazuela formaría la columna vertebral de lo que sería el Racing, que como es conocido se creó con motivo de un torneo organizado para la inauguración formal del campo de El Sardinero que se dio en llamar Campos de Sport por el comité organizador. Mariano Zubizarreta marcaría el único gol de su equipo en el histórico partido del 23 de febrero de 1913 contra el Strong que supuso el bautizo del 'Santander Racing Club'. Los racinguistas alinearon a Roncal; García, Goyena; Zubieta, Ricondo, Sierra; Venero, Zubizarreta, Sesma, Flórez-Estrada y Mateo Pérez.

Otro de los méritos de Mariano Zubizarreta, que no tuvieron ocasión de alcanzar la mayoría de los fundadores del club, fue el hecho de que también jugó los primeros partidos federados del equipo. El primero de ellos, aunque deslucido, fue el que enfrentó a los dos únicos equipos federados que entonces había en Cantabria, Racing y Real Santander, para disputarse el Campeonato de Cantabria de la Federación Regional Norte en la categoría B, donde ambos estaban inscritos. El partido se jugó el 3 de junio de 1915 y lo ganó el Santander, aunque con jugadores que no estaban federados, lo que supuso la anulación del encuentro. En la repetición, que se fijó para el día 20 de ese mes, el Santander no se presentó. Así que el Racing ganó el campeonato a la vieja manera de solucionar las incomparecencias: sacar de centro y sin ninguna oposición empujar tranquilamente el balón para meter gol.

Al ser campeón de Cantabria le correspondió al Racing disputar una eliminatoria contra el campeón vizcaíno de la Serie B, el Portugalete, que ganó en los dos encuentros disputados. En ambos duelos jugaría Zubizarreta.

Mariano se mantuvo en el Racing hasta 1917, y fue un futbolista bastante deseado. En 1916 estuvo a punto de irse a jugar al Ariñ Sport de Bilbao, aunque finalmente se quedó en Santander para continuar estudiando en la Escuela de Industrias y luego cumplir el servicio militar en Madrid. A su vuelta de la capital de España, entre 1917 y 1919, sería jugador de la Sociedad Deportiva Deusto y luego trabajó como topógrafo para Electra de Viesgo hasta 1921 en las obras del canal del Cares entre Caín y Carmameña para construir la central hidráulica de Poncebos. Volvería a Santander siguiendo la estela de su profesión y pudo formar parte del equipo racinguista en la temporada 1922-23, en el inicio del Campeonato Regional de Cantabria, siendo uno de los pioneros de este entrañable torneo y formando parte del estreno racinguista en esta competición contra la Unión Montañesa el 8 de abril de 1923. Los hombres de Patrick O'Connell, que entonces era el míster racinguista, se impusieron por siete a cero, presentando en el campo a Landa; Naveda, Fernández; Montoya, Zubieta, Barbosa; Chaves, Zubizarreta, Óscar, Julio Gacituaga y Díez.

Mariano Zubizarreta acabaría su vida deportiva jugando en el Llanes, donde se instalaría con otro de sus hermanos, Ángel, guardameta que sería uno de los primeros futbolistas del Real Oviedo. Casado desde 1925 con la llanisca Carmen Gavito, el matrimonio Zubizarreta y sus tres hijos se afincaron en Oviedo, donde Mariano dirigió, entre otras, las obras del edificio de la Caja de Ahorros de Asturias en la plaza de la Escandalera, del teatro Filarmónica y del Orfanato Minero. Murió en Oviedo el 29 de agosto de 1979, cuando contaba con 82 años, y el Racing no se olvidó de él. Los jugadores le recordaron con brazaletes negros en el partido de los Campos de Sport que enfrentó al Racing contra el Alavés el 9 de septiembre de 1979.