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No es la primera vez que desde este saque de esquina lanzo la historia de un Racing que jugó en San Mamés como local en un partido de Primera División. Fue cuando se cerraron los Campos de Sport como sanción por las incidencias de un ... partido contra la Real Sociedad y los directivos del club bilbaíno cedieron 'La catedral' para que los cántabros disputaran su partido liguero contra el Sevilla. Todo un detalle. En aquella ocasión, el 11 de noviembre de 1981, los hombres dirigidos por Manuel Fernández Mora ganaron 3-0 a los andaluces y anotaron en el anecdotario liguero esa singular circunstancia que aquel día vivieron Moncaleán, Castaños, Mantilla, Sañudo, Preciado, Angulo, Quique, Piru, Bernal (Villita), Pedraza y Verón.
Pero el partido contra el Sevilla no ha sido el único que el Racing ha disputado como local en San Mamés en una competición oficial. También lo hizo en 1962 contra el Burgos C. F. El Racing, entonces en Primera División, iba a jugar la primera eliminatoria del Campeonato de España, que en aquellos tiempos presentaba como trofeo la denominada Copa del Generalísimo. Los de Segunda, entre ellos el Burgos, tuvieron que disputar una eliminatoria anterior que los castellanos superaron frente al Mestalla.
El primer partido se disputó en El Sardinero, con el Racing más pendiente del desarrollo del campeonato liguero. Por eso salió desconcentrado al terreno de juego, aunque en la primera parte dominó más, llevó la iniciativa y Odriozola marcó un gol a pase de Suco. En la segunda mitad, el juego se relajó con excesiva confianza y luego se desarrolló con un nerviosismo que aprovecharon los rivales para crear varias ocasiones de gol. El público de los Campos de Sport salió descontento por el corto resultado de uno a cero a favor, y sobre todo por la pésima imagen que el equipo ofreció en el partido.
En Burgos, los ánimos del Racing se llenaron de energía. Como ocurrirá esta tarde, un gran número de aficionados montañeses viajó a la capital burgalesa para animar al representativo. Pero las cosas no fueron tan sencillas. El terreno de juego del campo de Zatorre apareció completamente embarrado e impracticable. A pesar de ello, el dominio cántabro fue la característica principal de los primeros momentos del partido, con oportunidades claras de Yosu y García para marcar. El gol del Racing no tardaría mucho en producirse. Poco antes de cumplirse la media hora, Nando Yosu se encargó de lanzar una falta cerca del área para que Sampedro rematara de cabeza, enviando la pelota al interior de la portería después de rozar el larguero. Acaso por la excesiva confianza de los racinguistas, o por la excelente reacción del equipo burgalés, o por ambas cosas, el juego se equilibró en la segunda parte, porque tres minutos después de sacarse de centro, empataron los burgaleses. El empate a uno clasificaba al Racing, así que los montañeses prefirieron no arriesgar para mantener el resultado, mientras el Burgos, mejor adaptado al fango, espoleado por su público y con cierta inhibición del árbitro que cerró los ojos ante el juego duro de los castellanos, logró el gol del triunfo en el minuto 35. La victoria mínima empataba la contabilidad goleadora de ambos equipos y se tuvo que jugar un tercer encuentro.
Los burgaleses querían que el desempate se celebrara en el campo del Osasuna, en Pamplona, y los racinguistas, en San Mamés. Finalmente fue el campo bilbaíno el elegido y el partido se jugó el 27 de marzo, en un San Mamés con una excelente entrada que sorprendió gratamente a los dos equipos contendientes, sobre todo porque los ingresos por taquilla que se repartieron superaron al que cada uno de ellos hubiera recaudado en su propio campo. Los racinguistas alinearon aquel día a Berasaluce, Ramos, Santamaría, Lerma, Crispi, Escolá, Suco, Odriozola, Sampedro, Wilson y Nando Yosu.
El Burgos, el equipo de inferior categoría, se ganó las simpatías de los espectadores vizcaínos, pero fue el Racing el que impuso un ritmo intenso desde los primeros minutos. En la primera jugada del encuentro, y después de una internada de Odriozola, Nando Yosu lanzó un disparo que repelió el larguero. A partir del minuto 17 el juego se equilibró, momento en el que el Racing se adelantó en el marcador después de un saque de esquina lanzado por Yosu y rematado por Wilson.
En la segunda parte, el Burgos colocó de delantero centro al defensa Zamora, por su eficacia en el juego por alto, y en el minuto 26 el cambio surtió efecto porque este jugador empató el resultado con un remate de cabeza. Cuando todos pensaban en la prórroga, en el último minuto, una jugada de Wilson permitió a Yosu internarse hacia la portería, superando al guardameta y marcando con cierta tranquilidad el dos a uno que supuso el pase a los octavos de final jugando de local en San Mamés.
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