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Las caras, Juan. Las caras. Las que se le quedaron a los racinguistas este domingo en Burgos. A los del campo y a los de la grada. Se perdió un punto en un partido que en el minuto 97 iba para empate. Pero el problema ... no fue tanto el número como el sonido del golpe. Ya dolorido tras la derrota con el Alcorcón, la de El Plantío, en un partido mejorable de los verdiblancos y con un penalti sobre la bocina, deja muy tocado al personal. El ascenso directo se complica, es verdad. Sin embargo, los puestos de fase de ascenso están ahí. A dos puntos. A menos de un partido. Recuerden que en agosto ustedes habrían firmado estar en esta situación. No es momento de bajar los brazos ni de lamentos. Levántese, Racing. Que el tren sale y no espera a nadie.
Pocos comentarios caben acerca de la alineación racinguista. Delfín Calzada, el delegado, pudo entregar al árbitro el mismo papelito que el pasado lunes contra el Alcorcón. La inesperada derrota frente al cuadro alfarero no ha pasado factura a los protagonistas. Confianza plena.
Arrancó torcido el partido para el Racing. Igual que el pelotazo inicial de Íñigo Vicente al cielo de Burgos. No había transcurrido un minuto y una horrible cesión atrás de Manu Hernando se quedó cortísima para dejar a Fer Niño solo delante de Ezkieta. Al delantero blanquinegro ya le pueden enviar una caja de sobaos, porque vaya manera de desaprovechar la oportunidad. Gracias.
Burgos
Caro, Arroyo, Matos, Atienza (Grego Sierra, min. 69), Ander Martín (Dani Ojeda, min. 69), Álex Sancris (Mumo, min. 78), Elgezabal, Curro Sánchez, Córdoba, Fer Niño y Joni Montiel (Bermejo, 78).
2
-
1
Racing
Ezkieta, Dani Fernández (Marco Sangalli, min. 83), Mario García, Germán Sánchez, Manu Hernando, Aldasoro, Iván Morante (Grenier, min. 83), Mboula (Jeremy, min. 60), Peque (Lago Junior, min. 83), Íñigo Vicente y Arana (Roko Baturina, min. 68).
Equipo arbitral Caparrós Hernández, asistido en las bandas por García Lorenzo y García Andreu, todos ellos del Comité Valenciano. Cuarto: Escriche Guzmán; VAR: Ávalos Barrera (Catalán);AVAR: Valencia López (Catalán).
Goles 1-0: min. 8,Ander Martín; 1-1: min. 22, Arana; 2-1: min. 98,Curro Sánchez, de penalti.
Amonestaciones Amarilla a los locales Joni Montiel, Fer NIño, Elgezabal y Atienza y a los visitantes Germán Sánchez y Manu Hernando.
Incidencias El Plantío. Césped en buen estado en una tarde soleada y calurosa. 11.314 espectadores. Cerca de 3.000 de ellos, racinguistas.
Joni Montiel tiene nombre de travieso. El atacante blanquinegro se metió en el área y se puso a dar la lata a la zaga racinguista. Su tiro final se marchó desviado por poco. Era el aperitivo. Los entremeses. Fríos o calientes, da igual. Queso y torreznos, así, para empezar. Porque en la siguiente iba a llegar el chuletón. Sin vino para pasarlo. Otra vez, la tercera en ocho minutos, facilidades atrás. Ander Martín fue entrando hasta donde le dejaron y, desde allí, la pegó. Ajustadita al poste. Ezkieta sólo pudo acompañarla.
El equipo local, en ventaja y viendo que los verdiblancos no daban pie con bola, se confiaron y le dieron la pelota al Racing, que empezó a pasar al menos de la línea medular con cierta asiduidad. Y eso, amigos, es una temeridad sabiendo el nivel que tienen los atacantes racinguistas. A Arana le está costando más de la cuenta enchufarlas. Este domingo tuvo que hacerlo a la segunda. El primer remate, a centro de Mboula, lo sacó Caro con una fantástica parada. En el rechace, el canario ya no tuvo piedad. Rasita. A la esquina de la red. Y un cuarto del estadio, a botar de alegría.
El Racing se encendió y, en cierto modo, el partido también. Porque en el campo empezaron a pasar más cosas. Y en la grada, también. El choque incluso estuvo detenido unos segundos por una pelea entre dos pares de aficionados locales y visitantes que andaban mezclados por la grada. La Policía Nacional se llevó a alguno de ellos no precisamente de turismo.
De vuelta momentánea al terreno de juego, entre Ezkieta y Dani Fernández tuvieron que sacar un córner cerradísimo por parte de Joni Montiel. Pero la grada volvía a centrar la atención, porque los pequeños incendios en ella se iban reproduciendo. Otros que se fueron de paseo con los agentes. Joni Montiel repitió estrategia y Ezkieta despejó por encima del travesaño. El espabile racinguista pareció diluirse entre tanto absurdo suceso externo. El portero navarro metió la mano abajo para evitar el segundo gol burgalés a tiro raso y cruzado de Álex Sancris. Y con la cosa, al menos parecía, un poco más calmada en la grada, se acabó la primera parte. Para como había estado el Racing, el empate era muy bueno. Y para Fede Castaños, también. Al menos se le veía contento por la grada, porque ninguno de sus dos equipos perdía.
Tampoco es que le sentase muy bien el descanso a los de José Alberto. El Burgos estaba mejor. Bastante mejor. Y sólo en el arranque de la segunda mitad, los racinguistas vieron pasar por delante de la portería de Ezkieta un centro cerrado y peligroso de Matos desde la izquierda y un remate de cabeza picado de Fer Niño que se marchó fuera, cerca del poste.
La MVP racinguista apenas estaba operativa. Mboula era un continuo quiero y no puedo; Íñigo Vicente apenas tenía espacio para la imaginación y Peque se peleaba con medio Burgos, sin premio. Ylos tres, a kilómetro y medio del área rival. El Burgos les tenía a raya. Los verdiblancos en la grada se pusieron de acuerdo. Consenso. Había que darle un empujón a esto. «Vamos, dale, Racing. Vamos, campeón».
El cántico resultó inútil. El Burgos estaba mejor, más firme, más seguro en sus posibilidades. Ezkieta evitó el segundo en un primer momento, pero luego Joni Montiel hizo una diablura antes de asistir a Fer Niño, en la frontal del área pequeña, que batió al meta navarro. Bajón. En plena celebración local, Mboula fue sustituido por Jeremy. Pero Germán Sánchez e Iván Morante aguardaban al lado del colegiado, Caparrós Hernández. A la escucha. Mano al pinganillo. Las Rozas calling. Morante cerraba el puño y hacía un gesto de rabia alegre. El VAR intervino para devolver el empate a uno. El canto anterior mutó en el recurrido «a por ellos, oe».
El Burgos seguía dominando. El Racing intentaba avanzar al tran tran. Roko Baturina sustituyó a Juan Carlos Arana. Tampoco cambiaba mucho la película. El equipo local estaba a lo suyo y el visitante parecía empezar a dar el empate por satisfactorio. Pero había aún balas en la recámara. La tuvo Peque. Cuando los de arriba eran capaces de combinar, se conseguían cositas. Lástima que el disparo, duro, del catalán lo repelió, seguro, Caro.
El partido corría riesgo de convertirse en eso que tanto le gusta al Racing cuando, en la siguiente acción, Fer Niño se elevó por encima de la defensa racinguista para cabecear un centro desde la derecha. El balón se marchó más arriba del travesaño. Pero el intercambio de golpes no iba a llegar.
Al equipo cántabro le echó un cable la tecnología. En concreto, la que no funcionaba. Un rato antes, los centrales racinguistas avisaron de que el aspersor que estaba justo sobre la línea del área verdiblanca estaba dando problemas. Perdía agua. Había un charco. Bendito charco. Porque Dani Ojeda se iba en diagonal hacia la zona crítica. Tenía marchamo de buena ocasión. Y el agua, fuente de vida, frenó el avance.
El peligro era cosa del Burgos. Otra oportunidad. Un córner botado al segundo palo lo devolvió de cabeza Grego Sierra al primero, pero el balón no encontró nadie que lo conectará.
José Alberto agotó la última ventana de cambios con una triple sustitución. Grenier, Marco Sangalli y Lago Junior fueron los reemplazos de Iván Morante, Peque y Dani Fernández. Otro centro de Grego Sierra, cruzado, se marchó huérfano por delante de la portería verdiblanca.
Llegados a este punto, se trataba de aguantar. El Racing apostaba por sumar. Marcharse de vacío no era una opción. Si no había sido un partido de grandes riesgos, menos se iban a tomar ya a las 20.25 horas. El cansancio tampoco ayudaba después de una tarde en la que la mascota del Burgos, Morciyeti, ni apareció. Lógico, con semejante calor.
Pero, cuando el partido entraba ya en su último minuto del tiempo añadido, el lío. Morrocotudo. Balón largo; Curro Sánchez solo entre centrales; pelota pinchada al suelo; el atacante que entra en el área y Germán Sánchez que lo atropella en su intento desesperado de enmendar el error. El '16' del Burgos es otro Peque de la vida. Alto porcentaje de efectividad. No falló. Ysin margen de respuesta para el Racing.
Del empate a la derrota, al menos en esta, va mucha más distancia en lo anímico que en lo numérico. Y, claramente, el golpe es importante en un momento decisivo de la temporada. Sólo había que ver a Íñigo Vicente llorando de rabia tras la derrota. El equipo cántabro se aleja del ascenso directo –a cinco puntos– y se queda a dos de los puestos de play off, además de meter de nuevo en la pelea a un rival directo. Hay que seguir peleando. Queda mucho.
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