La caldera de El Sardinero

Los Campos de Sport ya tienen fama. La caldera que se montó hace dos semanas para recibir al Espanyol es el último ejemplo. «Casi hemos empezado ganando», decía José Alberto al final del partido –de hecho, los suyos se adelantaron en el primer minuto– y mañana prometen repetir la historia. Ya se han agotado las entradas de varias zonas y aunque el lleno es complicado, El Sardinero volverá a apretar. Lo destacan los futbolistas del Racing, de ello comienzan a hablar los entrenadores rivales y así lo demuestran los números.El equipo ha sumado 26 puntos en casa, donde es el séptimo mejor equipo. Lejos de Santander, su saldo es justo de la mitad, de trece y ocupa la decimotercera plaza. Aunque su entrenador insiste en que el planteamiento es siempre el mismo, lo cierto es que los resultados y la intensidad de los suyos son mayores en su feudo. Su hinchada lo sabe y presume del regreso del 'Huerto del Francés'.

El partido de mañana (16.15 horas) ante el líder, el Leganés, calibrará de nuevo las fuerzas de los cántabros e influirá en sus posibilidades de futuro en el resto de la temporada. Si a eso se le une que celebrará sus 111 años, es la fecha indicada para preparar una nueva encerrona en los Campos de Sport, un ambiente que según los propios profesionales genera un caldo de cultivo propicio para los buenos resultados. Se ha convertido en una situación más o menos habitual, pero de cara a un partido de especial trascendencia el racinguismo ya tiene una hoja de ruta que seguir: la más próxima posible al ambiente vivido ante el Espanyol y el Sporting, por citar dos ejemplos cercanos.

Tradicionalmente jugar en casa ha sido beneficioso para cualquier equipo. Sin televisión ni VAR, los árbitros estaban más condicionados. Lo que pasaba sobre el césped, ahí se quedaba. Había trucos como encharcar el campo o modificar las dimensiones. No había fosos. Todo esto ha cambiado y los resultados en casa y a domicilio se han igualado, pero aún así la tendencia habitual es que el equipo local consiga siempre más puntos, un factor especialmente acusado en el caso del Racing. De eso ha hecho bandera su afición, que aspira a escribir otro capítulo que contribuya a torcer al líder, con la inyección de autoestima –y de puntos– que supondría.

Si se hila fino, se pueden observar diferencias en planteamientos y automatismos, sean o no voluntarios, en el juego del equipo en casa y a domicilio. Incluso en lo relativo a la intensidad. Aunque la plantilla nunca se ha relajado, en algunos partidos sí ha parecido desaparecido. En consecuencia, el ambiente se presenta como un factor diferencial para la bipolaridad de resultados.

Más allá del beneficio en cuanto a implantación social (e incluso ingresos por abonos, entradas y merchandising) supone esta comunión, el club es consciente de su valor deportivo e incentiva todas las celebraciones. De hecho, la quedada organizada por las peñas fue el motivo por el que se optó hace dos semanas porque la primera plantilla llegara a los Campos de Sport en el autobús del equipo para enfrentarse a los periquitos. Lo habitual en los partidos en casa es que los jugadores lleguen por su propia cuenta, pero en este caso se quería propiciar un recibimiento de excepción como el que de hecho se produjo.

José Alberto López también habla de este factor diferencial. Ya hace dos semanas apeló a su hinchada y es previsible que hoy lo vuelva a hacer en la previa. «Lo único que pido, y no me gusta pedir porque el equipo es el que tiene que dar, es que en los partidos que nos quedan como locales la grada esté con el equipo, nos ayude a superar los momentos difíciles y veamos a El Sardinero de las grandes citas, este equipo creo que se lo merece», decía antes de la visita del Espanyol. El racinguismo cumplió con creces.

Si hace dos semanas fue el entrenador quien hizo el reto a la grada, esta vez ha sido el capitán, Íñigo Sainz-Maza: «Me gustaría hacer un llamamiento a la afición. Volvemos a casa contra el líder. Que la gente venga y nos apoye, porque nos vamos a dejar la vida».

Tanto la venta electrónica como física despachan hoy billetes y mañana, día del partido, las taquillas de los Campos de Sport abrirán sus puertas para vender las últimas entradas –siempre que no se agoten antes–, puesto que el partido no está declarado de alto riesgo. Todo para que el estadio vuelva a ser una caldera ante la visita de un líder muy sólido que sin embargo tiene motivos para temer lo que suceda en el 'Huerto del Francés'.

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