El cambio que casi lo cambia todo

Al valenciano le rondó esta idea en el avión de Valencia a Santander y este sábado la puso en práctica cuando Figueras le dijo: «Míster, que sí, que estoy para jugar». Desterrada la víspera la idea inicial de que Buñuel fuera el zaguero y Carmona el lateral -el andaluz honestamente le dijo al técnico que no estaba en condiciones y le desmontó la pizarra táctica- el entrenador la recuperó sobre la marcha. Nando, que no es Papu ni Yoda, hizo de lateral mientras pudo. Y cierto es que pudo más de lo que parecía. El resto de pinceladas fueron los metros de libertad para Cejudo y el regreso de Lombardo, que sigue sin dar lo que tiene. Nada que reprocharle a un Oltra decidido a cambiar. Y lo hizo en los primeros minutos, en los que cogió a contrapié al Zaragoza y a la grada. No se lo esperaban ninguno de los dos.

El cambio de defensa le dio al equipo mucha más presencia con el balón. A este Racing no hay quien lo entienda, pero fue así. Y poblar su retaguardia le ayudó a presionar al Zaragoza arriba... Y a tenerle controlado toda la primera mitad; a que no le creasen peligro; a estar más junto e, incluso, a que los laterales llegasen a la línea de fondo. Prueba de ello fue la galopada de Nando para dar el pase de la muerte a Cejudo. Y entonces, ¿a qué esperaron los anteriores a Oltra para hacer algo así?

El equipo hizo lo que nunca, adelantarse por dos veces y... Casi ganar. Si fue la defensa de tres centrales la que propició todo esto, quién sabe. Lo cierto es que realmente el Racing de ayer fue distinto y con eso ya es decir mucho. Mucho, pero casi.