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Con el bañador debajo del pantalón de juego y las chanclas, el protector solar y la cometa metidos en la maleta. Así le pilla al Racing el partido de campeones de esta noche en Ferrol frente al Andorra. Después de un mes de celebraciones, relajo ... y hasta tomar el sol sobre el césped de las Instalaciones Nando Yosu. Como si a uno que termina la carrera todavía le ponen tiempo más allá un examen para ver si ha aprendido algo. Pues se le puede hasta haber olvidado. «Hay que aceptarlo», dijo ayer un Guillermo Fernández Romo que llegó a afirmar que este compromiso «sobra». Lo ve así el míster, los jugadores y también una afición a la que le han puesto mil obstáculos para poder asistir si les apetecía en sus inagotables ganas de acompañar al equipo. Lo mejor será tomárselo al estilo Cedric: campeonar y vacaciones, por este orden.
A Malata es la casa del Racing. Del Racing de Ferrol. Hoy su tocayo de Santander le 'okupa' el estadio para disputarse algunas cosillas que, con el ascenso en el bolsillo, parecen minucias. Hay que darle una vuelta a esto del partido de campeones, pero al Racing le tiene que dar igual, porque lo que debe hacer es no volver a caer al pozo. Ojalá. En el centro, el trofeo de campeón en la temporada inaugural de la Primera RFEF, la posibilidad de evitar una primera ronda de la próxima Copa del Rey y algo de dinerito. Hay que jugar.
La situación es similar para el rival, aunque tiene importantes matices. Por un lado, porque el Andorra ha estado compitiendo hasta hace dos semanas, cuando completó el objetivo. Los del Principado llegan menos desconectados, pero también menos descansados. Además, la euforia desatada por el éxito –y el ruido ambiental a lo largo de toda la temporada– no es el mismo en una plaza que en otra. Así que la descompresión posterior, tampoco. Con eso tendrá que lidiar el técnico verdiblanco. Más allá de tácticas y estrategias, debe sacar la motivación de sus futbolistas de donde no la hay.
Para quien no hará falta buscar interés será para Pablo Torre. El diamante que cataliza el equipo verdiblanco tiene su propia cita especial en A Malata. No es ni el trofeo ni la futura Copa del Rey en la que no vestirá de racinguista. Es su último partido con el escudo de sus amores pegado al corazón y quiere marcharse en la línea en la que ha sido su temporada: una pasada.
Será un partido de despedidas. No sólo para el de Soto de la Marina. También para otros futbolistas que no estarán la próxima temporada en el regreso verdiblanco a Segunda División. Patrick Soko, Álvaro Bustos, Lucas Díaz, Manu Justo, Jack Harper o Javi Vázquez. Yprobablemente alguno más, con el que no contará el míster o el nuevo director deportivo, Mikel Martija.
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Leila Bensghaiyar
Guillermo Fernández Romo tirará de habituales. Ha tenido un once prácticamente fijo a lo largo de la campaña –especialmente en su tramo final– y hoy volverá a contar con los que considera los mejores. Aunque habrá dos futbolistas que no podrán estar por lesión. Por un lado, Eneko Satrústegui, con una rotura de fibras de grado II en el bíceps femoral de su pierna derecha que ha adelantado sus vacaciones. Por el otro, Álvaro Mantilla y su brazo en cabestrillo. El camargués, que había entrado en el centro de la defensa titular en las últimas jornadas, vio en Lezama cómo su hombro claudicaba por segunda vez y tuvo que pasar por el quirófano esta misma semana. Así, Pablo Bobadilla volverá a ser el acompañante de Pol Moreno en el eje de la zaga. La jerarquía dice que Javi Vázquez entrará en el lateral izquierdo en sustitución de Satrústegui. Un cambio, este último, que cambia ligeramente la fisonomía del equipo verdiblanco, ya que el navarro es eminentemente defensivo y el andaluz mira siempre hacia adelante. Sin embargo, en este asunto ha entrado una nueva variable. Romo ha llamado para el partido al lateral del filial Simón, que ya fue titular en el primer equipo en un tramo de la temporada.
Por buscar alguna duda en el posible once, esta se puede hallar en los extremos. Hay tres candidatos a dos puestos: Soko, Arturo Molina y Marco Camus. El míster ha optado preferentemente por el camerunés y el murciano cuando han estado disponibles. Pero las circunstancias han cambiado. El africano se marcha al Huesca y el cántabro acaba de renovar, por lo que el futuro del Racing pasa por él. Ahí tendrá que tomar una decisión el míster.
Enfrente el conjunto santanderino tendrá al Andorra de los 'Piquedólares'. El futbolista del Barcelona es el propietario de un club que crece a un ritmo vertiginoso. Ya ha llegado a Segunda División. Y lo hizo sin pasar por la antigua Tercera catalana, ya que compró la plaza del extinto Reus en Segunda B con un proyecto poderoso que ya está dando frutos.
Con el que fuera mano derecha de Quique Setién en los banquillos de Betis y Barcelona, Eder Sarabia, no hace falta mucho ver al equipo del Principado para saber a qué juega. Toque, toque y toque. Es innegociable. De momento, ha llegado hasta aquí tras cantar el alirón una jornada antes de tiempo. Con cuatro puntos de ventaja sobre sus perseguidores –Villarreal B y Albacete–, los andorranos han completado el campeonato con unos números ligeramente inferiores a los del Racing. Aunque eso tiene difícil comparación. 21 victorias, nueve empates y ocho derrotas –25-7-6 para los verdiblancos–, con 61 tantos a favor y 38 en contra –61-31, en el otro bando–.
Como siempre, salvo cuando la pandemia cerró los estadios, el equipo verdiblanco no estará solo. Pero tampoco serán muchos los que puedan desplazarse a acompañar al equipo. La verdad es que tampoco se lo han puesto fácil. Más allá de la distancia entre Cantabria y Ferrol, los racinguistas no han sabido –como el resto de clubes implicados en este play off– la sede del encuentro hasta la noche del pasado lunes. Sabían que era en Galicia, pero claro, Galicia tiene 29.575 kilómetros cuadrados. Bueno, que eran tres posibles escenarios. Ya, sin embargo entre Ferrol y Vigo hay una hora y cuarto, por carretera, de diferencia. Sin contar que, para el buen planificador, es importante saber dónde para reservar hotel. Yademás, la Federación ha retirado las entradas más baratas –las de 18 euros–, así que el mínimo a pagar es de 22. Para un partido de escaso atractivo. Da igual, habrá racinguistas. Lo mejor es que, visto el caos organizativo que es este play off de ascenso, es un gusto para el racinguismo poder verlo por la televisión con los deberes hechos.
Porque de eso trata este partido: de elegir al mejor de todos. Y eso se demuestra en el terreno de juego, aunque los condicionantes sean numerosos alrededor de una cita como la de hoy. Quizá ahora no, pero dentro de una porrada de años, cuando alguien vea el título de campeón absoluto de Primera RFEF en el museo del Racing pensará que fue un hito importante. Por eso, hay que dejar el asueto por un rato. A partir de mañana, vacaciones.
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