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En aquellos tiempos, alguien pudo pensar que el nombre futbolístico del jugador era el de la onomatopeya de su vuelo cuando se lanzaba en tromba a rematar los balones sobre el tumulto del área rival. ¡Chas! Pero aquel largo y fornido cuerpo del delantero centro ... racinguista no era conocido por ninguna onomatopeya. Era su primer apellido, que dicen de origen toponímico y gallego. Tan gallego como el propio Antonio Chas Veira, que nació en la pequeña localidad coruñesa de Culleredo el 14 de marzo de 1915 para convertirse, años después, en uno de los goleadores más impactantes de las legendarias proezas del Racing. Anotó 57 goles en los 65 partidos oficiales que disputó, y entre esos tantos se encuentran los que sirvieron para ganar por primera vez, en una misma temporada, a los grandes equipos del fútbol español, el Madrid y el Barcelona, en los cuatro partidos ligueros que se disputaron.
Las cualidades y el porte del chaval de Culleredo no pasarían desapercibidos para los técnicos del Deportivo de La Coruña cuando le vieron jugar en el modesto Galicia Sport Club, equipo en el que ingresó cuando tenía 14 años. Los deportivistas cuidaron su evolución cediéndole al Celta de Vigo y al Lemos de Monforte, para incorporarle luego al primer equipo de La Coruña, con el que disputó la temporada 1934-35. Ya había demostrado el daño que podía hacer en las porterías rivales con su fortaleza y habilidad para el remate, no sólo con la cabeza aprovechando su potencia de salto y su altura, sino también con sus disparos con ambas piernas. Su evolución deportiva daría un paso importante al venir a Santander.
Chas debutó en el Racing en el Campeonato Suprarregional, el 1 de septiembre de 1935, y estrenaría la Primera División el 10 de noviembre de ese año en el primer partido de Liga en el Metropolitano contra el Athletic de Madrid. El equipo, que estaba dirigido en el banquillo por Paco González, estuvo compuesto por Gutiérrez; Ceballos, Ilardia; Ibarra, García, Germán; Cuca, Milucho, Chas, Larrínaga y Cisco.
En aquella temporada el Racing arrasó a sus rivales cuando visitaban los Campos de Sport. Ganó todos los partidos menos uno, el disputado contra el Oviedo. Una de las hazañas de aquella temporada fue ganar en los dos encuentros ligueros a los dos grandes equipos del fútbol español, Madrid y Barcelona. Fue la primera vez que esto ocurrió en la historia de la Liga. La primera de estas cuatro históricas victorias se celebró el 8 de diciembre de 1935 en los Campos de Sport, ante un equipo barcelonés dirigido por un viejo conocido de la afición racinguista, Patrick O'Connell. El Racing ganó 4-0. Chas subió al marcador el primer gol en la segunda parte gracias a un centro de Milucho. La reacción barcelonista se estrelló contra la defensa local y enseguida vendría el 2-0, conseguido tras un avance de Larrínaga en el centro del campo y un pase medido que Chas remató con acierto. Poco después Milucho anotaría el tercero y a los 34 minutos llegaría el cuarto de la tarde, también obra de Chas.
Siete días después, el Racing se desplazaría a Chamartín para batirse contra el Madrid, al que ganaría por 2-4. Los de la capital muy pronto recibieron un aviso del peligro de los racinguistas cuando Chas lanzó un remate que se estrelló en el palo. Tras empatar a dos, con goles de Milucho y Pombo, Chas sería el autor del 2-3 cuando escapó de los defensas y lanzó un fuerte disparo desde fuera del área. Milucho fue el autor del cuarto tanto del Racing.
El 8 de marzo, el Racing jugó en Les Corts y ganaría al FC Barcelona por 2-3, con goles de Cuca, Milucho y Marcos. La última de las cuatro victorias históricas fue el 15 de marzo de 1936, en El Sardinero, contra el Madrid, equipo que entonces lideraba la clasificación y al que se ganó 4-3. Se adelantaron los madridistas con un gol del torrelaveguense Fernando Sañudo. Marcos, a pase de Milucho, igualaría el resultado (1-1) con el que terminó la primera parte. A los cuatro minutos de la reanudación, Germán centró a Larrínaga, este remató a la media vuelta y el balón lo rechazó un defensa, aprovechándolo Chas para anotar el 2-1. Los madridistas empataron con un gol en propia puerta de Ibarra (2-2), pero lejos de desmoralizarse, los cántabros volvieron a adelantarse por medio de Milucho (3-2). Cuando faltaban tres minutos para el final llegó el cuarto gol del Racing. Fue un centro chut de Cuca que Alberty logró desviar, pero el balón le llegó a Chas, que lo remató de cabeza a la red. El madridista Kellemen puso el resultado final de 4-3 al transformar un penalti.
Lástima de la Guerra Civil, porque acabado el conflicto, en la temporada 1939-40, sus 14 goles en Liga no evitaron el primer descenso del Racing a Segunda. Chas sería traspasado entonces al Espanyol (1940-42), equipo con el que fue finalista de Copa en 1941. También jugaría en el Oviedo (1942-46), Caudal de Mieres (1946-47) y Murcia (1947-48).
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