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La sonrisa de Jon Azanza es la definición más pura de lo que debe ser el fútbol. Quizá por el nombre ni le conozcan, pero es probable que la mayoría de ustedes hayan visto su cara, unas cuantas veces, últimamente. Este ingeniero, miembro de la ... charanga a la que pertenece Asier Villalibre -sí, ese al que el despechado Chuti Molina cerró la puerta-, es el aficionado del Athletic convertido en viral mientras, con su camiseta rojiblanca en una grada del Reale Arena, se encontraba solo y rodeado por una marea de aficionados de la Real Sociedad de espaldas y botando, eufóricos. El derbi vasco es un 'clásico' -ese término importado desde la Argentina de Sebastián Ceria- igual que ya se ha convertido en ello el Racing-Sporting. O viceversa. Un día marcado con círculo rojo cuando LaLiga publica el calendario. Y hoy, esa hoja del almanaque ha llegado.
Habrá emoción. Quizá también espectáculo. También buen rollo en las horas previas, por las calles de Santander, entre aficiones -si ningún bobo lo estropea. No parece-. Hasta lleno en los Campos de Sport. Lo dicho, todos los ingredientes para vivir uno de esos partidos que molan. Por una vez, fíjense, incluso LaLiga ha decidido poner un horario decente. Todo hay que decirlo.
Si alguno de ustedes tenían marcado el 7 de octubre rodeado por ese círculo rojo en el calendario, el míster verdiblanco, José Alberto, le dio tres vueltas al permanente. Apretando el rotulador. De eso que hasta chirría. El Sporting es su equipo del alma. Enfrentamiento especial.
Y lo mejor es que el Racing vuelve a casa. A su Huerto del Francés. Donde retoza y se revuelca como chon en barro. Aquí sabe que no falla. Pero habrá que ver cómo han sentado las dos derrotas consecutivas. Que sí, fuera de casa, pero dolorosas. Por los resultados, pero sobre todo por lo pobre de la versión aportada.
Puede que el doble sopapo haya hecho tambalearse un plan de José Alberto que hasta hace bien poco parecía no tener apenas fisuras. Leganés y Tenerife han sacado a la luz unas cuantas más. Tampoco hay que llevarse las manos a la cabeza. Además, en defensa de técnico y jugadores racinguistas, el equipo cántabro sigue con un calendario exigente. Cuando no eran los, a priori, favoritos al ascenso, se ha encontrado con todos los equipos que van ocupando la parte alta de la clasificación. Y hoy, otra vez. Ya se ha visto las caras con los cuatro primeros de la tabla. Además, todos ellos, lejos de Santander. Y esta tarde visita los Campos de Sport el quinto en discordia. Un Sporting que parecía una vez más condenado al aburrimiento de la zona media de la tabla, pero que poco a poco, sin hacer excesivo ruido, se ha colado entre los aspirantes. Es pronto, pero que a Ramírez y los suyos les quiten lo bailado.
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Con estos ingredientes, tiene pinta de que José Alberto hará una especie de vuelta a los orígenes en su alineación titular. La mega rotación de Tenerife fue contraproducente y de los meritorios que tuvieron su oportunidad, ninguno puso su currículum sobre la mesa para optar a ser de la partida. Como mucho, Mario García y Yeray cuando salió.
Así pues, por delante de Ezkieta volverá la defensa recitada de carrerilla, que rima con Mantilla. El camargués estará en la derecha; Saúl García regresará a la izquierda y la dupla de centrales se recompondrá, con Germán Sánchez y Rubén Alves. Los cuatro han tenido un partido de descanso en la última semana.
En el centro del campo, el único cambio obligatorio. Aritz Aldasoro vio en el Heliodoro Rodríguez López la quinta cartulina amarilla de la temporada. Sanción. Así pues, no estará ni para el doble pivote ni para la mediapunta. Parece poco probable que José Alberto vaya a utilizar a Íñigo Sainz-Maza en esas lides, así que todo apunta a algo más ortodoxo, con dos mediocentros y un enganche específico. Por aquello de mezclar perfiles, puede que el de Ampuero se junte a Clément Grenier en la sala de máquinas. Y, por delante, es probable que vuelva Peque. Porque Pombo, otra vez lesionado, no debería entrar entre los candidatos, aunque José Alberto le ha incluido en la convocatoria.
Las bandas del ataque no generan muchas dudas. Andrés Martín, en la derecha, e Íñigo Vicente, en la izquierda, son determinantes. Tienen que jugar. Por lo que los Lago Junior, Yeray o Marco Sangalli lo tienen crudo para entrar en el once por decisión técnica si no entra en juego algún contratiempo o circusntancia especial como la de acumulación de partidos. Y arriba, regresará Juan Carlos Arana en detrimento de Ekain.
Lo bueno de este tipo de partidos, de este tipo de clásicos, cuando el horario es permisivo, dura horas. Muchas horas. Desde por la mañana. Desde que el primer racinguista sale de casa con la camiseta verdiblanca puesta. Desde que el primer sportinguista pone el pie en Santander después de venir por la A-8. Y, en los últimos tiempos, el buen rollo impera entre verdi y rojiblancos. Lo que Manolo Preciado ha unido.
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El técnico de Astillero ha sido el eslabón primordial para conseguir todo esto. Sin quererlo, porque no lo buscó. De hecho, fue a título póstumo. Y luego, pues bueno. Hay otras cosas que ayudan, como los cachopos, los cocidos y fabes, la sidra o las palmeras gigantes de Unquera. Amar es compartir, dicen.
Con cerca de cuatro mil aficionados asturianos y la afición verdiblanca hinchando el pecho cual pavo orgulloso de su equipo, los Campos de Sport registrarán hoy un ambiente magnífico. Si finalmente no está lleno el estadio, seguro que sí lo parecerá. Esas son las jornadas que quedan para el recuerdo del aficionado. Sobre todo, cuando ganan los que llevan sus colores.
«Yo sólo voy a disfrutar del fútbol, que es un espectáculo. No voy a salir de allí amargado. Hay otras cosas para amargarnos y el fútbol no es una de ellas. Es pasión, no voy a estar triste. El ambientazo de Anoeta transmitía esa felicidad. La alegría que sentía el contrario (los aficionados de la Real) te la inculcaban a ti pese a estar perdiendo», explicaba Jon Azanza de su vivencia en el derbi vasco. De sus declaraciones, quedémonos con lo importante: «Disfrutar del fútbol...»; «es pasión»; «el ambientazo transmitía felicidad»... Todo eso que hoy debe estar presente en el que seguramente es el partido más especial de la temporada en Santander. Como debe primar la deportividad, que gane el mejor. Y que el mejor sea el Racing.
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