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Se ha jubilado hace dos años, pero su carácter inquieto, aunque pausado y reflexivo, no le deja estar quieto. Clases de inglés, continuar con su faceta de entrenador de porteros con los chavales de selección cántabra y aprovechar para pasar más tiempo con familia y ... amigos son algunas de las actividades que ocupan el día a día de Pedro Alba (Santander, 1955). De ascensos sabe un rato. No en vano es el jugador que más ha vivido en primera persona en el Racing. Cuatro nada menos, tres de ellos con Maguregui (72-73, 74-75 y 83-84) y uno con Manuel Fernández Mora (80-81). Tirando de experiencia pone sobre el tapete un puñado de claves que el Racing debe tener en cuenta a la hora de encarar el partido de mañana en Son Malferit ante el Atlético Baleares y volver Santander con un ascenso bajo el brazo. Una pretensión que colmaría de una vez por todas el mayor deseo de todo el racinguismo.
«Si abordas cada situación como un asunto de vida o muerte, morirás muchas veces», la frase no es de Pedo Alba, sino del economista Adam Smith, pero ambos comparten una visión similar si se traslada la premisa al fútbol. En cierto modo un play off es una situación de vida o muerte porque para alcanzar el objetivo, que es el ascenso, sólo puede quedar uno, por eso templar los nervios es prioritario. «La tranquilidad es fundamental», señala Alba. Para el exjugador y extécnico del Racing ese punto de calma necesario para afrontar un partido de estas características «faltó el domingo pasado». Su dilatada experiencia como portero y como técnico le dice que lo normal es que los nervios se instalen en la grada y a veces eso «sin querer se transmite. a los jugadores». Desde el inicio tuvo la sensación de que no había demasiada tranquilidad en el terreno de juego y «si sobre el césped no la tienes, las ideas no fluyen. El domingo este puede ser un factor clave. Saber manejar los nervios», explica. Alba tiene la sensación de que el Racing puede estar condicionado por el juego del Atlético Baleares, y eso no le hace mucha gracia . «El Racing no puede depender del equipo contrario, tiene que jugar siempre lo mismo, que tiene jugadores para ello», reflexiona.
Los goles, las faltas, la defensa, la presión... Son igual de importantes y válidos en el minuto 1 que en el 90 de juego o incluso en el añadido. «90 minutos son muy largos y hay que saber elegir los momentos», expone. A menudo, cuando ejerce de entrenador de porteros con los chicos de la selección cántabra Alba confiesa que les comenta que «hay que aprender, aún perdiendo, a perder tiempo en función de cómo está el equipo: si está bien situado, mal...». Saber manejar los tiempos y tener personalidad será importante, sobre todo porque se prevé un partido intenso, de mucho contacto físico. Lo que se vivió el pasado domingo en El Sardinero debe aportar al equipo una experiencia que debe tratar de ajustar para tener acierto y llegar al máximo rendimiento. Y si el marcador llega a estar en contra dominar los tempos se convierte en algo aún más importante. «A veces perdiendo tiempo eres capaz de hacer que se controle la situación y encarrilar de nuevo el partido».
Es imprescindible hablar mucho en el terreno de juego. Aunque 20.000 personas estén bramando en la grada y parezca que no es posible escuchar ni los propios pensamientos «la comunicación ahí abajo sí que existe». Curtido en mil batallas, Alba se ha visto en campos como el Camp Nou o el Bernabéu con 60.000 u 80.000 personas «y abajo te entiendes», señala. «Estás sumamente concentrado y pendiente de lo que te puedan decirlos compañeros. Te abstraes absolutamente de todo y te centras en lo que te tienes que centrar». Y es que para el santanderino «los jugadores no tienen que estar pendientes del entorno». Algo que los racinguistas tendrán que poner en práctica en Son Malferit donde les espera, a priori, un ambiente hostil. Pero para Alba lo que pueda proferir un millar y pico de aficionados no es óbice para cuajar un buen partido. «El entorno a veces te puede ayudar, pero generalmente dependes de ti y de tus compañeros». Y es que Alba lo tiene claro. Si el rival se pudo abastraer de 22.000 el domingo en El Sardinero, el Racing puede hacer lo mismo con menos de 2.000.
La expedición racinguista partió para Mallorca el pasado jueves, con lo que estarán concentrados tres días antes del encuentro. Alba también hubiera tomado esa decisión, pero hace una advertencia. «Todo ese tiempo hay que saberlo manejar, porque puede haber una acumulación de estrés y eso en el terreno de juego puede hacer que termines hundido». Un exceso de presión puede hacer que los jugadores «empiecen jugando cansados». Expone una anécdota como ejemplo. Durante la concentración de uno de sus ascensos, y tuvo cuatro como racinguista, fueron a ver un combate de boxeo a la plaza de toros. «Nos llevaron a verlo el día antes del partido ante el Levante. Boxeaba Esteban Eguía y a mí me sirvió para desahogarme». Al día siguiente, a pesar de jugarse un ascenso y estar tensionado, se notaba mejor, más aliviado. «La tensión es positiva, pero si hay demasiada puede ser negativo. Es otros de los factores que tienen que saber manejar».
El equipo, que lleva el sello personal de Chuti Molina, está forjado a partir de una combinación de jugadores con una gran experiencia y trayectoria y otros más jóvenes y menos experimentados. El peso de los veterano es fundamental para Alba. «Tienen que saber imponer su experiencia llenando de tranquilidad a los más jovencitos y además tienen que manejar muy bien el partido». En ese aspecto pone el acento sobre el portero Iván Crespo, que por su demarcación y su carácter sereno e imperturbable puede influir positivamente en los demás. El portero con su hacer, decir, y su pausa (sin intervenir en el juego) puede aportar mucho en cuanto a tranquilidad o al revés, si ve que alguien no está en condiciones o demasiado tensionado, espabilarle. «Manolo Preciado me llamó de todo menos guapo en el campo de Atlético de Madrid porque tenía una caraja tremenda, llegó el segundo tiempo y logré rehacerme, pero a Manolo se lo tuve que agradecer mucho», recuerda con una sonrisa. «Son cosas que pasan ahí abajo. La gente no se entera, pero acaban teniendo una importancia tremenda», añade.
«Dicen que el juego aéreo será importante, pero debemos estar pendientes de nosotros mismos», analiza. No claudicar ante los balearicos y bajo ningún concepto dejar de lado el estilo racinguista para acoplarse al modo de hacer las cosas de los hombres de Mandiola es una de las premisas básicas. «Tenemos que hacer nuestra guerra y ese es el factor clave». No importa si suben balones para arriba o los cuelgan a la olla. Son aspectos del juego que Ania y su jugadores habrán preparado sobradamente tras estudiar al rival y disputar el partido de ida. Lo que importa es «tener unas armas propias», independientemente del tamaño del campo o el estado del césped. «Cuando tienes el balón hay que construir y que no te condicione el equipo contrario».
«Tengo la sensación de que físicamente somos superiores a ellos y tácticamente somos mejores», comenta convencido. El exjugador tiene claro que si el Racing le da velocidad al juego ellos van sufrir. Se trata de meter un ritmo elevado, «que no lo hicimos aquí». Es consciente de la dificultad que entraña mantenerlo durante los 90 minutos, pero señala que «hay que intentarlo». No duda de la capacidad del equipo para conseguirlo, sobre todo después de que le hayan comentado amigos como Santi Gutiérrez Calle, que acude regularmente a los entrenamientos en La Albericia, que «da gusto verlos entrenar», y para Alba se trata precisamente de eso. De que lo que llevan practicando semanas y meses se ponga en práctica en Son Malferit. «A un toque, dos toques, es una de las armas que tienes para darle ritmo al juego y terminarles abrasando», explica. «No nos tiene que quemar el balón, para eso el tema del estrés es fundamental», apostilla.
Si Pedro Alba estuviese ahora defendiendo la portería del Racing le daría «mucha más tranquilidad tenerlo sobre el campo». Se refiere a Jordi Figueras. El ilerdense se ha convertido en uno de los baluartes de la zaga racinguista y a su vez en uno de los artífices de la solidez defensiva que han mostrado los cántabros durante esta campaña. Su ausencia se ha hecho notar en los tramos en que ha estado lesionado, pero por fortuna Ania contará con él mañana. «Da la sensación de que la defensa cuando está él es más segura, está más armada. Además por arriba va muy bien, es un peso pesado y con tablas», señala Alba. En el aspecto defensivo también le otorga importancia a la estrategia. «Al ir bien de cabeza ellos la usarán para marcar, por eso hemos de defender bien y ordenados».
Tener pólvora arriba «es imprescindible». El fútbol es espectáculo, pero también es saber llegar arriba y por supuesto ganar, y para ganar hay que meter goles. Una de las asignaturas pendientes del Racing en los últimos partidos, donde atravesar la portería rival se le hace más cuesta arriba que a principios de temporada. «Hay que diferenciar cuando tienes el balón y cuando no, y cuando lo tienes hay que construir», arguye. «Tienes que jugar a lo que tú crees conveniente para este partido porque estás obligado a marcar». Podría parecer que el peso de hacer los goles recae únicamente sobre Barral o Dani Segovia, pero lo cierto es que cualquier jugador puede convertirse en el que dé una alegría a la afición.
No es de los que cree especialmente en la suerte y piensa como Picasso que la inspiración debe pillar trabajando, pero en este caso los números mandan y lo cierto es que, puestos a pensar en posibles resultados, el Racing cuenta con más opciones que le catapultarían directamente a Segunda División por la vía rápida. «Nosotros tenemos más posibilidades de clasificarnos. Nos vale la victoria y un empate a uno, a ellos el empate no les vale», comenta mientras evalúa posibles marcadores con una sonrisa cruzándole los labios.
El factor campo, sus dimensiones, el calor, y la superficie de césped artificial son algunos de los temas sobre los que se ha puesto el foco en los últimos días a la hora de analizar el partido en Son Malferit. «Son cosas que nos pueden perjudicar, pero hay que jugar allí y no se puede perder tiempo en pensar en eso», explica el que a día de hoy sigue siendo el portero menos goleado del Racing, una virtud que achaca en parte a las temporadas en que Maguregui regía el equipo. «Daba mucha importancia a mantener la portería a cero», recuerda.
Aunque hay un aspecto donde sí pone el foco sobre el estado del terreno de juego. «Van a tener que tener cuidado en el momento en que se reseque el campo. Ahí el portero tiene ocupar una posición un poco más adelantada». Eso es así porque el balón va a botar más y no va a «coger carrera». Aunque para Iván Crespo sólo tiene buenas palabras. «Está desmostrando su valía con las buenas temporadas que nos está ofreciendo». Alba vio el partido de El Sardinero «demasiado espeso», pero piensa que mañana «hay algún jugador que podría ser abrelatas proque tiene más condiciones para filtrar pases interiores».
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