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Racing | Fútbol

Año nuevo, misma historia

El Racing empata en Anduva, incapaz de ganar, y gracias a un penalti detenido por Luca

Sergio Herrero

Santander

Sábado, 4 de enero 2020, 07:51

Desde el 17 de marzo, cuando el Racing ganó por última vez lejos de Santander, han pasado muchas cosas. El equipo ha vivido un ascenso. Por el banquillo verdiblanco han pasado dos entrenadores. El director deportivo, Chuti Molina, ya no tiene un altar en la parroquia de El Sardinero. Ha habido hasta dos elecciones generales y quizá para cuando vuelva a ganar el equipo cántabro a domicilio, haya un nuevo Gobierno o ya hayamos paseado todos otra vez por delante de las urnas. Lo que está claro es que sin victorias, el camino dirige hacia el descenso. Ayer, tampoco. El Racing pudo perder e incluso pudo hasta ganar. Pero esta última ya no entra ni en las opciones. El cambio de año mantiene la misma historia. No hay más. Y la situación, al menos en torno al equipo, parece que no hace sino empeorar.

Año nuevo y pocos cambios en el once inicial de Cristóbal. Uno obligado y otro, el de la ruleta de la fortuna de cada semana. Abraham ocupó el lateral izquierdo ante la ausencia por sanción de Moi. Y en la delantera, donde el míster sigue buscando soluciones sin suerte, ayer le dio la titularidad por primera vez en la temporada a Jon Ander. El vasco, buscavidas profesional, es la quinta propuesta distinta en el puesto de '9' del Racing durante este curso, tras Yoda, Nuha, David Rodríguez y Barral.

Lo de ayer era poner frente a frente al yin y el yang. Al tipo que ha hecho los deberes y a un estudiante pésimo. Y eso que ambos partían con unos condicionantes similares. Recién ascendidos y con un poco de ventaja económica para los cántabros. Pero los buenos equipos se demuestran sobre el verde y, pese al 4-0 de la primera vuelta en los Campos de Sport, el Racing se cambiaba por el Mirandés a ojos cerrados.

Es verdad que las intenciones del Racing siempre son buenas. Pero con eso no es suficiente y eso queda patente una semana tras otra. Lo intenta, pero no da para más. El problema es cuando al equipo cántabro le da por autolesionarse. De hacer un Froilán y pegarse un tiro en el pie. Minuto 12. Alexis comete un penalti de partido de solteros contra casados. Ridículo. El malagueño llegaba al área a la par de Marcos André –ese delantero que tenía amarrado Chuti Molina y que el manchego echó atrás en el mercado veraniego–. Tres metros después, el central verdiblanco ya iba dos zancadas por detrás. Y acabó derribando al brasileño. Penalti. Alexis tendrá que invitar a una buena mariscada a Luca. El lanzamiento de Álvaro Rey iba fuerte y en busca del lado derecho de la portería. El meta francés sacó una mano espectacular. Santa parada. Rabia. La del portero y la de la grada racinguista que presenció a apenas unos metros todos los acontecimientos.

Mirandés

Limones, Carlos Julio, Sergio, Odei, Álvaro Rey (Íñigo Vicente, min. 68), Merquelanz, Malsa, Marcos André, Guridi, Franquesa y Sánchez (Álvaro Peña, min. 76).

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Racing

Luca, Buñuel, Abraham, Alexis, Figueras, Sergio Ruiz, Mario Ortiz (Dani Toribio, min. 90), Yoda (Carmona, min. 89), Enzo Lombardo, Cejudo y Jon Ander (Tresaco, min. 82).

  • Equipo arbitral: Principal, Arcediano Monescillo (Castilla-La Mancha); Asistente 1, Mateo Montañés (Aragón); Asistente 2, Maldonado Urbina (Madrid); Cuarto, Usón Rosal (Aragón); VAR, Areces Franco (Asturias) y AVAR, Fernández Suárez (Asturias).

  • Amonestaciones: Amarilla a los locales Malsa y Franquesa y al visitante Alexis.

  • Incidencias: Anduva. 4.094 espectadores, más de 650 racinguistas. Césped muy irregular, en una noche muy fría.

El Racing, con las dificultades de siempre, intentaba recuperar la compostura y olvidar lo sucedido. El equipo cántabro tuvo dos opciones, mansas, pero ocasiones al fin y al cabo. Primero, con un duro tiro de Yoda desde la frontal que tocó en la pierna de un zaguero y Limones atrapó sin problemas. La segunda, con un remate de cabeza de Jon Ander tras un gran centro de Buñuel. El balón se marchó centrado. Pero la buena, la clara, llegó en una cabalgada de Sergio Ruiz por la izquierda. Dejó atrás para Enzo Lombardo y el intento del francés, entre el irregular estado del terreno de juego y la mano de Limones hicieron el resto para que los racinguistas no cantasen el gol.

El jueves, Cristóbal Parralo dedicó la sesión a las acciones a balón parado. En defensa y en ataque. Fue un esperpento. Pero lo cierto es que el trabajo previo sirvió para el examen de Anduva. Una de las jugadas ensayadas estuvo cerquita de dar una alegría. El balón colgado a la frontal del área lo empalmó Abraham, completamente solo, y su remate, mordido, le causó problemas a Limones. Buena ocasión. El cuadro burgalés había quedado tocado tras marrar el penalti. Pero los cántabros, de momento, eran incapaces de sacar provecho de ello.

Con mucho menos esfuerzo, el Mirandés llevaba más peligro que el Racing. En la segunda jugada tras un córner que no era, Merquelanz la devolvió al área y Marcos André, con un cabezazo, mandó la pelota al poste izquierdo de la meta de Luca. Otra vez el tembleque. Y gracias que el portero aguantó, al borde del descanso, en un remate de Guridi que tocó sobre un tapín del césped y se elevó con muy mala intención. El Racing pedía la hora y el árbitro se la concedió. Descanso.

Tras el intermedio, el Mirandés apostó por centrarse en el orden y la presión alta ante un equipo que bastante tiene con sobrevivir. Al Racing le cedieron el control, pero no sabía qué hacer con él. Como si a uno de la tribu de los sentineleses, la más aislada del planeta, le dejas un teléfono móvil en mitad de la arena. Eso, con las dudas defensivas agravadas por un Alexis que era una mina para los atacantes del Mirandés.

Pero los locales, con su tranquilidad, jugaban con fuego. Con velas de cumpleaños, pero llamas al fin al cabo. Porque en una de esas quizá el Racing se equivocaba y le daba por hacer un gol en la portería correcta. Cejudo, muy desacertado durante prácticamente todo el encuentro, se guardó un poco de magia. Gran pase a la derecha para la llegada de Buñuel. El centro del navarro lo cabeceó Sergio Ruiz junto al punto de penalti. El giro de cuello fue intencionado, pero no exacto. Cruzó demasiado la pelota y la acción se quedó en 'uy'.

Los minutos pasaban entre la nada. Porque el Mirandés no podía y el Racing no sabía. Aunque de vez en cuando se le encendía la bombilla a los futbolistas verdiblancos. La tuvo Cejudo. El cordobés agarró un rechace en la frontal del área. Su tiro iba buscando un hueco junto al poste. Pero Limones, con una buena mano abajo, dejó la acción en sabor agrio para los racinguistas.

El contrapunto lo ponían los recurrentes errores defensivos. Alexis, Figueras y Abraham se hicieron el lío en las marcas y Merquelanz se quedó solo para rematar. Lo hizo horrible, así que los cántabros pudieron respirar y dar las gracias. Lo tenía todo a favor.

A Cristóbal Parralo no se le veía con muchas ganas de hacer cambios. Quizá porque no veía nada mejor en el banquillo o porque le estaba diciendo al director deportivo –con el que parece que la sintonía hace tiempo que se agotó, si en algún momento es que existió– que con estos mimbres no va a ninguna parte. El técnico cordobés esperó hasta el minuto 82. Fue el momento elegido para dar entrada a Tresaco en sustitución de Jon Ander. Incluso por delante de David Rodríguez. Precisamente, el talaverano, cuando el entrenador decidió completar las sustituciones, pagó su frustración con el banquillo, al que propinó un fuerte golpe.

En el minuto 89, Carmona sustituyó a Yoda. Yuno después, Dani Toribio entró por Mario Ortiz. Pero que no, que el Racing no gana a nadie. La tuvo clarísima en el tiempo añadido. Un córner botado –sacó once el cuadro visitante– por Cejudo desde la izquierda le cayó a Figueras dentro del área. Tuvo tiempo hasta para pensar. El ilerdense le pegó duro, pero el balón se topó con Tresaco en el área pequeña y terminó silbando al poste, pero por fuera.

Y así, pese a el último arreón racinguista, el equipo verdiblanco se tuvo que conformar con un empate más. Otro punto que no sirve ni de limosna a estas alturas y con estas necesidades. La sensación sigue siendo de que esto no lo levanta nadie. Ni Ania ni Cristóbal. Ni Guardiola ni Klopp. Pero habrá que esperar para sentenciar de forma definitiva cuando se cierre el mercado de invierno. Chuti Molina tendrá que tirar de imaginación si es que tiene ganas de solucionar esto. Dijo que, si salía mal, esta ronda la pagaba él, pero un hipotético descenso no tiene ni precio ni arreglo.

Dejar de fumar, ir al gimnasio, ponerse a dieta... Que el año empiece con buenos propósitos suele ser una consecuencia de que el anterior se acabó con mal pie. Nadie se pone a dieta si no se excedió, no estrena un chándal y empieza a correr si no lo necesita o aparca el paquete de tabaco si no comprueba que se siente mejor sin tanto humo. Nadie. Por eso que el Racing arranque 2020 con un deseo explícito -lo han reflejado los mandatarios, los técnicos y los jugadores- de cambiar el escenario es un signo inequívoco de que el camino elegido hasta ahora no le lleva a ninguna parte.

Dos triunfos en 21 partidos es una llamada al orden. Pero, ¿cómo hacerlo? El primero que tiene que cambiar es Chuti Molina, a quien le persiguen los errores desde verano. «Si queréis saber algo de fichajes, solicitad una conversación con la dirección deportiva», repitió ayer Cristóbal en varias ocasiones. El plan del manchego ha hecho aguas y tiene un mes -hasta el 31 de enero- para darle la vuelta a la desesperada. Pero no se puede esperar a que el mandatario acierte en su segunda intentona, es el turno de jugadores y entrenador ¿Quién se imagina la cena de Navidad de Cristóbal? Además de la dichosa política, en casa del míster no debió faltar un cuñado dándole consejos de por dónde tirar desde hoy con el cambio. Que si este sistema, que si este jugador, que si el otro es mejor, que si defender más atrás, que si dos delanteros... «Intentamos buscar soluciones, poner a los jugadores que mejor están», recordó Cristóbal. No arriesgó con sus declaraciones. Ahora bien, llegados a los postres en esa cena navideña, la conclusión siempre fue la misma: poco se puede cambiar si siempre juegan los mismos. Hasta el cuñado del míster se convenció.

Y es que en el Racing -al menos hasta ahora- los futbolistas que han jugado no lo han hecho bien y los que no han participado están a punto de salir en enero. Fácil no lo tiene el entrenador. Para hoy (Anduva, 20.00 horas) el entrenador del Racing tiene que inventarse un lateral izquierdo, confiar en un centro del campo que no le ofrece lo que busca y darle, de nuevo, la enésima oportunidad a un delantero que no ha rendido como se espera. «Tenemos posibilidades con Abraham o cambiando a Buñuel o a Carmona. Están Sergio y Mario, que espero más de ellos. Y en la delantera es cierto que he dado oportunidades y me gustaría que la posición estuviera más consolidada». En un lenguaje coloquial: 'Vamos, que es lo que hay'.

«El Mirandés no es el mismo que el del inicio de Liga. Ha progresado y ha hecho las cosas de maravilla»

Con Moi, sancionado, y Kitoko -su posible sustituto- lesionado, la opción es Abraham, que ha jugado 67 minutos en tres meses. En la medular debe elegir entre Sergio Ruiz, Mario Ortiz o Dani Toribio, tres futbolistas repetidos que sin hacerlo mal aún no han dado una nota. Y en la delantera, lo mismo; a Nuha y David Barral los ha dejado en casa, y esta vez ha apostado por David Rodríguez y Jon Ander. Y a estas opciones todo indica que esta noche ante el Mirandés de nuevo aparezcan en el once inicial los nombres de Figueras y Alexis, en el centro de la zaga y los de Yoda, Cejudo y Lombardo, para la línea de tres cuartos. «Yoda rinde donde está jugando y no lo vamos a cambiar. Destaparnos los pies para taparnos la cabeza no es inteligente», añadió el míster. Que Yoda solucione lo que no hacen los delanteros no es una buena idea.

«De fichajes, hablad con la dirección deportiva. No quiero hablar de algo que no sea el partido»

Todo lo mencionado es el mismo decorado de las 21 jornadas anteriores -«no podemos ponernos una venda en los ojos. No hemos hecho las cosas bien», explicó Cristóbal-, pero cuidado lo que puede significar un cambio a todo correr... Si a Cristóbal el besugo de Navidad, las uvas de año nuevo y los consejos del cuñado le invitasen a dar un volantazo la revolución pasaría por dar oportunidades a Óscar Gil en la defensa, a Cayarga en la banda, a Nkaka para el centro del campo... Todos en la rampa de salida del club. El cambio no pasará por ahí y el técnico dejó a todos fuera de la lista. Y es que el margen de maniobra de esta plantilla es mínimo.

El míster ha introducido en la convocatoria de hoy a Tresaco, un delantero del filial que no es el que más goles lleva. «Es un chico que lleva varias semanas con nosotros y puede ayudarnos». Siverio, que lleva catorce, se queda en casa y nadie sabe muy bien cuál es la razón. Con una sola ficha libre que ocupar, si en el Racing B hubiese futbolistas pidiendo derribar la puerta habría tortas por esa plaza. «En el Alcorcón el año pasado debutaron seis o siete», recordó el técnico. En el Racing, este año, ninguno. Cero.

«El Mirandés no es el mismo»

El Racing arranca hoy la segunda vuelta ante el Mirandés, un equipo con el que ha rivalizado en la Segunda B estos últimos tres años por ser el 'gallito' -alternándose el cetro-, con el objetivo de hacer alrededor de treinta puntos. Ahora que los dos están en Segunda parece que los burgaleses le ganan a los verdiblancos la partida, entre otras cosas porque a día de hoy los de Anduva ya tienen en su casillero esos treinta puntos -31, para ser exactos- que necesita el Racing y no 18. Ni punto de comparación. ¿Qué ha hecho el Mirandés que no haya hecho el Racing? «Ya no es el mismo que al inicio de Liga. Ha progresado mucho y ha hecho las cosas de maravilla y nosotros no», señaló el entrenador. «Sus hombres de arriba llevan muchos goles», añadió. Y es que sus gestores acertaron fortaleciendo el grupo con jugadores jóvenes como Merquelanz, cedido por la Real Sociedad, que con siete goles le ha dado un plus. Le han funcionado apuestas como Marco André, el delantero que acabó en el equipo burgalés cuando Molina lo tenía atado. Aún no se sabe muy bien por qué, pero... El brasileño ha marcado seis goles el solito, más que todos los delanteros del Racing juntos.

Cristóbal no lo dice -porque no puede ni debe hacerlo-, pero ha comprobado en estos seis partidos que la plantilla da para poco más y se ha encomendado a Chuti Molina y al mercado de invierno. «No quiero hablar de otra cosa que no sea el partido. De la plantilla, hablad con la dirección deportiva. No quiero que nada nos despiste», concluyó el cordobés ayer. No quiso referirse a ningún jugador ni hablar de tácticas. No se separó de la línea editorial del club. Quizás apenas un guiño a la afición cuando confesó que lo de que los aficionados puedan ver los entrenamientos es una buena idea. «Yo lo repetiría. De vez en cuando. Los necesitamos». Sólo un cambio en el rendimiento de los futbolistas actuales podría obrar el milagro de firmar una segunda vuelta con números de equipo de la zona alta de la tabla. La cuenta atrás empieza hoy.

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