El convenio de El Sardinero se retrasa de nuevo y no se abordará hasta que haya un informe sobre su estado

Una situación que se ha comenzado a solucionar, con la dificultad que supone la mala situación heredada por los gestores de ambas entidades. Pero lo que no llega, lo que se ha vuelto a demorar, es el convenio de uso. Esas goteras del domingo han vuelto a poner de relieve la falta de un convenio de uso que merezca tal calificativo. Como la moción que el PRC registró ayer y que se debatirá en el Pleno del jueves.

Y mientras, los trabajos para formar el convenio de uso de los Campos de Sport, inaugurados en 1988 -aunque las fichas municipales fijan su construcción en 1990- han vuelto a la casilla de salida. La situación se asemeja cada vez más al mito de Sísifo. Un bucle infinito. Cada vez que parece llegar a su final, pantallazo azul. Se reinicia el sistema. En 2017 tanto la alcaldesa de Santander, Gema Igual, como el entonces presidente del Racing, Manolo Higuera, anunciaron ya que su firma era inminente. Cuestión de días o semanas. Pero el texto propuesto por Higuera no pasó el corte de Intervención. Después se reabrieron las conversaciones, se congelaron tras el desencuentro entre las dos entidades por la fiesta ibicenca del año pasado y al final, tras muchas demoras mientras las partes decían una y otra vez que era inminente, en septiembre del año pasado se envió un borrador al Racing.

No convenció demasiado, porque sigue en un cajón. Y ahí dormirá para siempre, porque todo ha vuelto a cambiar. El club esperaba tener el convenio antes del final de la legislatura. Incluso sopesa soluciones alternativas de no ser así. Que tome una decisión tan drástica está en manos de Alfredo Pérez y Pedro Ortiz, nuevos patrones de la SAD. Pero si esperan que el convenio esté firmado en mayo, deberán hacerlo sentados.

Hace solo un mes, -tres días antes del informe del arquitecto municipal- Pérez se mostraba muy confiado y ofrecía un pronóstico que ahora parece difícil de cumplir: «De lo que ha pasado en años anteriores es complicado hablar. Yo tengo la intención de que antes de junio, antes del ascenso, antes de que salgamos al balcón del Ayuntamiento tengamos firmado el convenio, porque parece lo logico. Sí es cierto que no es fácil. El Ayuntameinto defiende sus interese, el Racing los suyos y hay que llegar a un entendimiento. A lo largo de estos años ha habido varios documentos de trabajo». Dado el periodo electoral, para que se cumplieran estas expectativas el convenio debería estar firmado antes del final de la legislatura.

Desde que asumió el cargo Igual ha impulsado una nueva relación más estrecha con el club y las primeras intervenciones en el estadio, que fueron más allá de lo que exigían los propios bomberos municipales. Pero a diferencia de su primera estrategia, ha decidido marcar los tiempos con el convenio. Y unos tiempos muy lentos. En especial tras el último informe del arquitecto municipal, que se une al de los bomberos.

El nuevo escenario es el siguiente: el Ayuntamiento encargará un estudio sobre el estado del edificio para conocer exactamente las actuaciones que procede o no hacer y el modo en que entrega el estadio al Racing. Y solo en ese momento se recuperará el convenio, ya sea con el borrador existente o a través de un nuevo documento, como explica la propia alcaldesa: «Quiero que el convenio esté cuanto antes pero no me voy a saltar los trámites. Debemos de esperar primero a que se contrate el estudio, después a que se realice, después a ver lo que dice y será con los plazos habituales».

«No sé si puede ser antes de mayo o no -continúa-. Y tampoco sé por qué tiene que ser en este legislatura. No me voy a poner más plazos que los que nos vayan dando los estudios. Todavía no está adjudicado -está en trámites para la adjudicación- y no sé qué plazo tendrá la empresa para hacer el informe. A lo mejor ese documento tiene alguna recomendación que dice que el Ayuntamiento debe, por poner dos ejemplos, hacer alguna actuación o fijar en el convenio que las butacas están en mal estado, pero primero debemos verlo. Habrá que trabajar con tiempo».

Tanto Igual como el actual presidente del Racing se han encontrado con una situación heredada. Durante la última etapa de Francisco Pernía y la de Ángel 'Harry' Lavín no hubo ninguna inversión en el mantenimiento del estadio, dejando que se produjera un deterioro cada vez más evidente. Después, cuando las directivas de Tuto Sañudo e Higuera retomaron el control del Racing, no había disponibilidad económica, sumido como estaba el club en una economía de supervivencia.

Este es otro de los problemas que la Casona no quiere que se repitan: «Todos los defectos estructurales del edificio los acometerá el Ayuntamiento, pero también es cierto que si no mantienes un edificio ocurren estas cosas», explica Igual. Y no tiene prisa, como sí un Racing que conforme avanza la temporada y ve la posibilidad de regresar a Segunda, con las exigencias que impone LaLiga y las nuevas posibilidades de explotación que ofrece para el estadio, trata de urgir al Consistorio. De hecho, los fiascos deportivos; los tres fracasos consecutivos a la hora de buscar el ascenso, han contribuido también a la demora.

«Si no mantienes una infraestructura hay cosas que acaban convirtiéndose en daño estructural. Eso es exactamente lo que tenemos que dejar claro. Queremos ceder el estadio en perfecto estado de revista para que a partir de aquí esté a disposición del Racing con una vida útil. Hace poco le pedí una comisión mixta al consejero de Cultura, porque hay colegios donde las butacas ya no se pueden arreglar más porque se ha acabado su vida útil. Eso es estructura. Hay que decir: así te dejo el campo. Este tejado, por poner un ejemplo, tiene una vida útil de quince años. Si antes de quince años se estropea es porque tú no has limpiado el canalón, aunque este no sería el caso porque lo que tiene el estadio no es un tejado», añade la regidora.

«No hay ninguna urgencia en aprobar el documento, porque tenemos unas normas del juego bien fijadas. A la hora de elaborar un texto debemos saber primero cómo está el estadio, porque si uno se hace cargo de la infraestructura y otro del mantenimiento habrá que definir las competencias. Está claro que el Ayuntamiento no tiene que pagar luz cuando hay partido porque eso es ejercicio de su actividad, pero sí debemos analizar cómo está la estructura para después poder saber bien qué parte le compete a cada uno», explica Igual.

Si algo quieren ambas partes es evitar las imprecisiones del documento vigente, tan incompleto e impreciso que ha dado pie a infinidad de discusiones, desencuentros e interpretaciones. De hecho, cuando se han venido abajo los diferentes proyectos de explotación de los bajos o centros de ocio fue por las distintas lecturas de un contrato que en realidad es poco más que un esbozo en una servilleta y que ni siquiera se refiere al actual estadio, sino a los antiguos Campos de Sport, los que se levantaban sobre el actual Parque de Mesones.

Esto es precisamente lo que la alcaldesa y su equipo de gobierno se afanan en evitar: «En ese convenio irá en un anexo un estudio de cómo está el estadio. Para poder decir: así es cómo se empieza y así es como el Ayuntamiento debe entregar el inmueble y, a partir de aquí, que esté bien claro que todo lo que es ejercicio de actividad corresponde al Racing. Hay que partir de algo que no se había abordado de manera conjunta, y Ayuntamiento de Santander y Racing hemos determinado que ese estudio se elaborará de manera conjunta, para que cuando llegue al fin sea la base que acompañe al anexo del convenio». Entratanto, Sísifo ha vuelto a bajar al valle.