Una Copa para olvidar y empezar de nuevo

El ambiente de hoy es para abrir los ojos como platos. Para no perder ripio y caer, después, en la cama rendido. Eso es, precisamente lo que no quiere hacer el Racing, rendirse ante la posibilidad de dar un golpe de efecto en el mejor escenario. Si el equipo apea al Celta esta tarde comenzará a recuperar la autoestima perdida por un mes liguero terrorífico. La confianza también, pero la suya, porque la de la afición la siguen teniendo pese a todo. El campo lleno otra vez. Toma esa. No hay más que hablar.

A José Alberto, que no le tiembla el pulso, le encaja cualquier equipo esta tarde. Ya lo dijo el viernes, así que hoy habrá regalos para todos. Para los que no juegan habitualmente, que hoy tendrán su oportunidad, como Miquel Parera, que volverá a sentirse futbolista y saltará al campo bajo palos, y también para los que se fueron señalados el último día por una falta de intensidad innegociable. Borrón y cuenta nueva para todos en una Copa que hará olvidar, nunca mejor dicho, los malos rollos. Esta eliminatoria es uno de esos regalos que nadie pidió, pero que se convertirá en el más disfrutado.

Así las cosas, el míster dará la alineación a la hora de las rabas y a partir de ahí todo puede pasar. Queda una semana para recuperarse de todo así que no hay excusa para nada. Los chicos de la Copa pueden ser los Mantilla, Salinas, Javi Castro y Mario García, Unai Vencedor, Maguette, Andrés Martín, Íñigo Vicente, Pablo Rodríguez y Juan Carlos Arana. A unos les llega la hora porque el entrenador quiere verlos en acción, a otros porque esta competición es un banco de pruebas y a otros, estos últimos, porque conviene que se enchufen cuanto antes y se olviden de los malos ratos. Vamos, que José Alberto seguramente habrá confeccionado el once titular tirando de psicología. Claro, el técnico racinguista tiene tantas necesidades que no le da para todo; tiene a Salinas pidiendo paso, a Sangalli con méritos para reaparecer, a Karrikaburu con ganas de aprovechar mejor la oportunidad o a Aldasoro decidido a demostrar lo importante que es para este equipo. Sin contar con que Lago Junior esta con medio pie dentro y no quiere sacarlo y Suleiman con ganas de que no se olviden de él. El único que verá el partido hoy tranquilo será Jokin Ezkieta, que parece que con él no va la cosa. El portero lleva dos años jugando hasta los jueves y hoy será el único jugador que antes de que hable José Alberto se ponga el chándal y coja la lija para el banquillo. Demasiados regalos que hacer. Hay que decidir.

En cualquier caso, de lo que no hay duda es de que la Copa se ha convertido en una gran oportunidad. Ha pasado de ser un marrón a una ocasión. Así, sin darse cuenta. Si primero se la tenía miedo por ser algo que podía despistar, los seis partidos sin ganar en Liga le han dado a esta competición lo que no tenía: ilusión. Y encima, el 5 de enero. Toma esa. Todo parece encajar y todo resulta bonito. Es una eliminatoria con un Primera, el campo lleno, tiempo para recuperar y descansar, antes de la segunda vuelta... No hay nada que lamentar y todo a mano para que regrese la sonrisa. Incluso perdiendo, por eso de que el rival es de la élite. Ahora bien, siempre habrá quien frunza el ceño y le vea el aspecto negativo. Recuerden la 'Teoría del veneno' de los clásicos griegos. Aquella que decía que siempre era conveniente que al brindar, bebiera el otro antes por si acaso. Ya saben. Que si una lesión, que si demasiado esfuerzo, que si la plantilla no está preparada... Puestos a buscar inconvenientes los habrá, pero en este caso hay menos que nunca.

Hace seis años que no se juega en El Sardinero un partido de Copa del Rey, aunque cueste creerlo. Fue ante el Betis en la campaña 2018-19 que acabó con el Racing ascendiendo a Segunda. Desde entonces ha pasado de todo. Fíjense, hasta se ha retirado Joaquín que aquel año estuvo en el campo. Acaba de arrancar el año, y el conjunto racinguista tiene mucho por hacer. Afortunadamente el equipo y el club tienen la agenda repleta de objetivos, lo que hace que nadie se aburra, el verdadero enemigo del deporte.

Y la suerte ha querido que sea el Celta el invitado a esta fiesta. Los de Vigo y el Racing solo han jugado una vez en Copa del Rey y fue en 1997 ante el Celta de los Mostovoi, Revivo, Karpin y compañía. Ahora llega a Santander el Celta de Iago Aspas, dirigido por Claudio Giráldez, un técnico de la casa que cogió el timón como una urgencia y le ha devuelto parte de la sonrisa. Hasta ahora han superado dos eliminatorias muy sencillas. En la primera venció por 1 a 5 al UD San Pedro, un equipo de la División de Honor Senior andaluza, y en la segunda le metieron un 0-7 al Salamanca UDS en el Helmántico. Giraldez tiene casi más de 25 efectivos en la plantilla y un partido ante el Rayo Vallecano el próximo viernes en Liga, por lo que desplegará una mezcla de habituales y y no tanto en un campo que no visita desde hace doce años. Bueno, la cosa es que no haya prórroga que si no los Reyes, los Magos, no esperan. Solo ellos pueden estar en dos sitios a la vez, pero los racinguistas... Bueno, esperen y verán.