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la cruda realidad

Miércoles, 20 de septiembre 2017, 07:18

El Racing lleva años intentando sobrevivir en Segunda B con un presupuesto cogido con alfileres por culpa de la deuda histórica y sin un solo euro de ayuda pública. Sin embargo, su realidad sigue siendo muy distinta a la del resto de clubes deportivos de la región que apenas malviven y que además tienen que estar permanentemente mendigando los cuatro euros sueltos que reciben de las instituciones públicas.

Esta semana todos ellos, incluido el Racing, van a tener que ponerse a la cola para presentarse ante la nueva directora general de Deportes y seguir pidiendo su limosna. Nadie quiere que la nueva se enfade y le pueda cortar el grifo aunque sea escaso. Esa es la relación insana que hay desde hace demasiados años entre clubes y políticos. En público todo son sonrisas y abrazos pero en ‘petit comité’ no hay ni uno solo que no te diga que la situación es vergonzosa e insoportable. El deporte ha dejado de interesar al Gobierno, el presupuesto que maneja la consejería es ridículo y sólo hay que ver lo que ha ocurrido en los 15 últimos años. Los meritos de la última directora general, Zara Usurguía, eran ser del PSOE y haber jugado al voleibol. En sus dos años de gestión no se le conoce ni una sola medida y tanto su labor como la de sus predecesores ha quedado reducida a acudir a galas y cenas y a repartir como pueden los cuatro duros que manejan. Pero eso ya no vale. Lo peor de todo es que su sustituta es más de lo mismo. Una señora con una larga carrera a sus espaldas viviendo de la política y sin un solo mérito que se le conozca en el ámbito que va a dirigir. Una muestra más del maltrato constante que el deporte de la región lleva sufriendo demasiados años a lo que hay que unir la falta de planificación y la ausencia de una estrategia a medio y largo plazo para ayudar a los que están verdaderamente implicados.

Tampoco se le da la más mínima facilidad a las empresas que están interesadas en patrocinar. ¿Dónde está la tan cacareada Ley de mecenazgo que unos y otros llevan años anunciando? ¿ Y por qué las subvenciones se pagan cuando ya ha terminado la temporada y los clubes las han pasado canutas? La desaparición del deporte escolar también ha sido un drama y en las escuelas deportivas el único interés de muchos de sus gestores es vivir de ellas y les importa un pepino la formación de los niños.

Y lanzo otra idea para el que la quiera recoger. Una buena formación es imposible sin técnicos de calidad en la base. Ningún deportista joven va a ser capaz de progresar si sólo tiene al lado un padre con buena voluntad o le entrena el primero que pasa por allí. Hacen falta entrenadores capacitados. Y es eso lo que hay que potenciar, dando presupuesto a las federaciones para que los puedan pagar decentemente y se pongan a trabajar con los más pequeños. Es ahí donde notaríamos el salto de calidad en un deporte de Cantabria, que excepto honrosas excepciones tiene un nivel individual y colectivo bastante deficiente.

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