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Los dos primeros fichajes de invierno para José Alberto no hace falta ir a buscarlos al mercado. Tampoco que se los dejasen los Reyes ... Magos anoche bajo el árbol. Estaban en casa. Juergen Elitim y Cedric están en capilla. Con la cuenta atrás en marcha, después de varios meses -el primero, desde octubre; el segundo, desde septiembre- en el dique seco por sendas lesiones importantes. Ambos van por buen camino e incluso el míster se plantea comprarles el billete para viajar a Las Palmas.
Ninguno desentona ya en los entrenamientos. No hay regulación de cargas ni algodones. Son dos futbolistas más de la plantilla. El colombiano, en el centro del campo. El hispano-nigeriano, en la delantera.
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A Juergen Elitim se le ha echado especialmente de menos. Sobre todo un Guillermo Fernández Romo que desde que el mediocentro sufrió un edema óseo en el escafoides del pie izquierdo vio cómo su equipo cayó en picado hasta completar esa racha de cinco derrotas consecutivas que acabó con el técnico madrileño en la calle.
El de Cartagena de Indias no sólo era titular y pareja habitual en el doble pivote de Íñigo Sainz-Maza, sino que además era el futbolista diferente de cuantos opositan a ocupar la sala de máquinas. Es el de perfil más ofensivo de los cuatro.
Por su parte, Cedric es más una esperanza. Jugó unos minutos en las primeras jornadas, pero su rendimiento dejaba claro que algo no iba bien. Al final, tuvo que parar y pasar por el taller. Su dolencia, una hernia cervical, puso en riesgo para él no sólo el fútbol, sino también su calidad de vida. Parece que todo ha salido bien. Sobre todo lo más importante, que es su salud. Ahora toca ver hasta dónde llega su recuperación en el aspecto deportivo.
Se suma a Matheus Aiás y Sekou Gassama en la lista de efectivos de una delantera que, hasta el momento, no está dando la talla. Un gol cada uno de ellos. Un bagaje muy pobre para un equipo que necesita un plus para lograr la permanencia. Y en eso está Cedric, en intentar sumar potencial en la zona ofensiva del equipo verdiblanco.
Evidentemente, después de lo pasado, el nivel de su vuelta es una auténtica incógnita, pero en su tarjeta de presentación mantiene el honor de haber sido el máximo goleador verdiblanco de la pasada temporada. Eso sí, en una categoría inferior. Y sus competidores no le han puesto el listón muy alto. Ha trabajado como un jabato para volver y ya casi está poniendo el carné de identidad en el mostrador del aeropuerto para subirse al avión. José Alberto tendrá la última palabra.
En la sesión de ayer, celebrada en los Campos de Sport, no se ejercitaron junto al grupo los dos futbolistas lesionados: Pablo Bobadilla y Unai Medina. El riojano, pendiente de su operación en el hombro derecho por una luxación, realizó algo de trabajo físico y también con balón. Por su parte, el vasco testó el estado de su lesión muscular de grado II en el bíceps femoral de su pierna derecha para ver si la recuperación va por buen camino. Aún le queda para regresar.
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