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«Así es imposible». Por contra, pocas cosas son imposible, diría un buen 'motivador' a los suyos. José Alberto es uno de ellos, no es nada malo gestionando grupos y apelando al subconsciente, pero hay ocasiones en las que es más sencillo llamar a las cosas por su nombre. Punto. Con tan solo ocho porterías a cero en Liga y recibiendo al menos dos goles por partido en diez jornadas... 'Así es imposible'. El Racing no puede ser el equipo que más encaja de los que aspiran al ascenso. O mejor dicho, para seguir los postulados de los 'motivadores' de antes: Marcar tres goles para ganar es algo al alcance únicamente de los genios.
Los dos goles que Ezkieta recibió en Ipurua se suman a los tres ante el Cádiz y a otros dos frente al Burgos para totalizar siete tantos en tres partidos. A nadie se le escapa que un equipo que quiere ascender no puede tener estos datos. Toda la efectividad que tiene en ataque se neutraliza ante un rendimiento defensivo impropio de un aspirante.
«No podemos hacer dos goles fuera y llevarnos un punto», dijo el míster el sábado. Y lleva razón. Yes más, lleva tanta, que la indignación está más que justificada porque no fue la primera vez que le ha ocurrido. Lo mismo le pasó en el Carlos Belmonte, donde repitió la puntería en ataque con dos goles y solo pudo regresar a casa con un punto. Y ojo, eso a domicilio, pero en los Campos de Sport, que si se apura puede ser hasta más preocupante, hasta en tres ocasiones anotó dos dianas, algo que debería de ser más que suficiente, y no pasó del empate. Ante el Almería (2-2) y Eibar (2-2), las dos primeras jornadas, repartió los puntos y en el último partido antes de irse de vacaciones de Navidad desperdició una ventaja de dos goles para igualar la contienda con un colista –por aquel entonces–, el Eldense, que todavía debe estar celebrando.
Pero no queda la cosa ahí. Hace quince días la cosa aún fue peor porque frente al Cádiz fue capaz de marcar dos tantos y se fue de vacío tras perder ante los andaluces. «Así es imposible», decía José Alberto. Así es, míster.
Que la defensa del Racing es su punto débil lo saben en El Sardinero y no hay rival que lo desconozca. Su decidida manera de jugar, es innegable, le ha traído hasta aquí, pero ahora necesita una reflexión. En lo que va de Liga, el entrenador del equipo ha utilizado hasta doce líneas defensivas diferentes. Con semejantes datos no se puede decir que no haya intentado corregir lo que hace mal. Es obvio que el equipo no se defiende igual que al principio de Liga; puede deberse a que los jugadores no están en su mejor forma, a que el grupo ha sufrido un bajón, a que los rivales conocen cómo hacerle daño... Sea como fuere, el Racing de ahora es mucho más vulnerable y con muy poco le hacen gol. Demasiados goles.
7 tantos
ha encajado el Racing en los últimos tres partidos, un ritmo al que, pese a su eficacia goleadora, resulta muy difícil sumar puntos.
5 tantos
ha marcado en esas mismas tres jornadas que, sin embargo, solo han servido para sumar un punto. Para hacer pleno, los de JAL deberían haber anotado al menos diez goles, a más de tres por partido.
La defensa que más se ha utilizado ha sido la formada por Clement Michelin, Manu Hernando, Javi Montero y Mario García. Este cuarteto fue titular en siete ocasiones; y con una sola variante, la de Saúl por Mario García, otras cinco. Se puede decir que esta ha sido la zaga tipo del míster.
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Las lesiones fundamentalmente, con permiso de alguna sanción, han ido haciéndole el trabajo al míster. Las ausencias de Michelin las fue tapando Marco Sangalli y en alguna jornada esporádica Álvaro Mantilla, así como la salida de Manu Hernando de su indiscutible titularidad le permitió a Javi Castro entrar en el equipo. El propio Castro de lateral o, incluso, Salinas, el chaval del filial, ocuparon uno de los puestos de la defensa en alguna ocasión. En cualquier caso, han sido muchos cambios de hombres, pero no de planteamiento y el resultado lejos de mejorar ha ido empeorando hasta el punto de que el Racing se ha convertido en el peor conjunto defensivo de los que ahora mismo son candidatos a todo. El tributo es muy alto.
No hay estadística que aguante; el Racing ha marcado cinco goles en los últimos tres partidos y no ha ganado ninguno.
«Hemos interpretado muy mal lo que teníamos que hacer. No se pueden cometer los errores que hemos cometido»
«Me voy enfadado y disgustado por los errores individuales, algunos groseros. Es difícil entender esos errores en jugadores con ese talento»
«Nuestro equipo es joven y a veces pecamos de ser muy niños. Hay situaciones que no son entrenables. El primer gol no es entrenable, es de saber jugar al fútbol»
«Me preocupa encajar dos goles en cada partido, así es imposible. No podemos hacer dos goles fuera, que tiene un mérito terrible, y llevarnos un punto»
«Nuestro equipo es joven y pecamos de ser muy niños. Hay situaciones que no son entrenables. El primer gol no es entrenable, es de saber jugar al fútbol», dijo indignado el técnico asturiano en Ipurua. Y sí, hay tanta permisividad que el contrario hace daño con mucha facilidad a un Jokin Ezkieta, que sin apoyarse en ninguna base científica, ha sido el mejor del equipo en más de la mitad de los partidos. En los tres últimos, de manera innegable, por lo pronto.
«Me voy enfadado y disgustado por los errores individuales, algunos groseros. Es difícil de entender esos errores en jugadores de talento», subrayó José Alberto hace quince días después de caer derrotado ante el Cádiz (2-3) en los Campos de Sport. No hay mucho que hacer ante fallos tan palmarios, más allá de tratar de entender porqué se cometen. ¿Puede que el equipo esté jugando a algo que no sabe o contra natura? Ahora bien, si eso fuera así, sería extraño que hubiera llegado tan lejos como ha hecho en estos dos años y medio en los que ha jugado de un modo similar. Existen muchas dudas. Para entender esta predilección por darle prioridad al ataque frente a la defensa hay que remontarse a diciembre de 2022, al poco de que José Alberto tomara las riendas del Racing. «A defender se enseña desde pequeño y los mecanismos son más sencillos, lleva menos tiempo aprenderlos. Por eso se le dedica más a atacar y a aprender los movimientos y las propuestas en ataque. Es más difícil atacar», dijo el míster.
En aquel entonces se le preguntó por sus entrenamientos, muy diferentes de su predecesor, Guille Romo, que manejaba una libreta muy diferente que la suya. «El equipo está bien trabajado en defensa», añadió. Y sí, sí tenía conceptos bien estudiados, pero era un coladero importante. En cualquier caso, sus palabras fueron, poco más o menos, su carta de presentación. No engañó a nadie. Su fútbol fue y es atrevido, vertical y siempre mira a la portería rival.«Si dudo para dónde tengo que correr, lo hago para arriba», aseguró.
El entrenador insiste en los errores individuales y la falta de intensidad que lleva a perder duelos, pero no ha apuntado una solución para ello
La defensa inamovible de principio de curso se ha convertido en una línea con muchos cambios, en el caso del lateral derecho obligados por las lesiones
El Racing, que llegó a ser el equipo menos goleado de Segunda División, ocupa ahora el undécimo lugar en esta faceta
Y los números en estos dos años futbolísticos no se puede de decir que sean malos, pero ahora mismo se está desangrando.No le funciona todo como antes y el cambio es imprescindible. Probablemente deba traicionar un tanto su innegociable deseo de atacar en detrimento de armarse y hacerse fuerte. Quizás deba renunciar a estadísticas como la que hace que el Racing sea el único equipo de la categoría que sus tres laterales derechos, incluso alguno que jugó ahí por una urgencia, hayan marcado y sumen ya seis goles: Michelin (2), Sangalli (3) y Javi Castro (1). Los números obligan a una reflexión para poder sacar mucho más partido a un ataque que no falla. En lo que va de Liga, el Racing tan solo se ha quedado sin marcar en cinco ocasiones –Huesca, Granada, Elche, Mirandés y Málaga– y tan solo en una de ellas sacó algo de rédito, aunque fuera un pírrico punto. Esta última estadística apoya aún más la necesidad de mejorar de manera urgente una defensa que hace aguas, ya que implica que el Racing es incapaz de puntuar sino marca.
Centrales reconvertidos, como Mantilla o Javi Castro, son una medida que traiciona la esencia de este equipo, pero que han resultado efectivos cuando se han utilizado. No es que sea esa la solución, pero sí puede ser un síntoma de cambio obligado. O quizás reducir la dosis de riesgo cuando se ataca pueda ser suficiente. Quién sabe.
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Ana del Castillo
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