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Fue bonito mientras duró. Han hecho falta nueve partidos de Liga y tres más de Copa para que el Racing mordiera el polvo. Quizás el primer traspié no entraba en los planes, pero algún día tenía que llegar. Sin embargo, no todo fue ... malo, porque a pesar de jugar medio tiempo con un futbolista menos el equipo dio la cara y nunca se rindió. Es la primera vez en dos años que el Racing pierde un partido y su gente se va contenta. En Gijón no hubo ni enfado ni reproches y Ania ha conseguido que su equipo tenga crédito incluso en las derrotas.

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