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Cuando llegó el autobús verdiblanco a los Campos de Sport en medio del multitudinario recibimiento, algún aficionado veterano se asustó. O rejuveneció de repente. ... Con el cardigan, una visera y bigote descendió el primer futbolista. Al siguiente, igual pero sin gorra. Porque por la puerta de delante bajó en ese momento José Alberto; si llega a salir Maguregui, a alguno le da un síncope. Pueden copiar la estética, pero lo principal es seguir el mismo camino que el Racing de la 1972-73. El racinguismo eligió creer y el equipo aceptó el desafío, con una victoria contra el Zaragoza pone la flecha, de nuevo, hacia arriba.
Racing
Ezkieta, Michelin, Mario García, Manu Hernando, Javi Castro, Aldasoro (Vencedor, min. 69), Maguette Gueye (Meseguer, min. 69), Andrés Martín, Íñigo Vicente (Marco Sangalli, min. 76), Pablo Rodríguez (Rober González, min. 69) y Arana (Karrikaburu, min. 85).
2
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0
Zaragoza
Poussin, Jair Jr., Tasende, Kervin Arriaga (Liso, min. 46) , Bernardo Vital, Iván Calero, Raúl Guti, Francho, Toni Moya (Aketxe, min. 65), Mario Soberón (Bazdar, min. 46) y Dani Gómez (Luna, min. 39).
Equipo arbitral Pérez Hernández, asistido en las bandas por López de la Llave y Rebollo Merino, todos ellos del Comité Madrileño. Cuarto: Figueiredo Comesaña (Gallego); Gálvez Rascón (Madrileño) y AVAR: Cantón Vitoria (Valenciano).
Goles 1-0, min. 47: Pablo Rodríguez. 2-0, min. 68: Andrés Martín.
Amonestaciones Amarilla a los locales Aldasoro, Maguette y Javi Castro y a los visitantes Toni Moya, Raúl Guti y Kervin Arriaga. Expulsó por doble amarilla al zaragocista Iván Calero.
Incidencias Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado en una tarde fresca, pero apacible. 22.007 espectadores.
Esos racinguistas modernos de bigote eran Pablo Rodríguez y Víctor Meseguer. El canario entró en el once titular como mediapunta y fue protagonista. El murciano, esta vez se quedó en el banquillo. La entrada de Michelin en el lateral derecho fue la otra novedad en la alineación con respecto a Anduva.
Tifo, cánticos, colorido... Y vaya cómo sonó 'La Fuente de Cacho'. Desbordante, como cuando se instauró la tradición allá por la UEFA. Y luego, el 'Santander, la marinera'. A partir de ahí, la pelota estaba en el tejado de los futbolistas. Un guante en el suelo. El Racing estaba obligado moralmente a recogerlo, comerse al rival, después de la exhibición ambiental de la parroquia. Y de salida, la actitud fue buena, ayudada además porque el Zaragoza, con cinco defensas, llegó a Santander a minimizar daños. Eso sí, el autobús maño le estaba dificultando a los cántabros el llevar peligro a la meta de Poussin. Dieciséis minutos tardó el cuadro local en disponer de una primera ocasión. Visto que estaba todo lleno de ladrillos, Íñigo Vicente buscó la vaselina al segundo palo, pero no encontró portería. En ese momento, al Zaragoza era más fácil saltarlo que rodearlo.
Tampoco había suficiente precisión en el ataque verdiblanco como para encontrar huecos con asiduidad. Y el ímpetu inicial parecía ir aplacándose por la incipiente frustración. A balón parado era otra opción, pero la volea al larguero de Arana tras una falta lateral quedó invalidada por una falta en ataque de Javi Castro. Había que apretar un poco más, porque el Zaragoza, con muy poco, igualó la producción ofensiva racinguista: un remate torcido de Tasende tocó en Maguette y se marchó a córner.
De repente, la cuesta se puso 'pa'bajo'. Aldasoro colgó el balón al área y Javi Castro fue derribado. El árbitro no dudó. Penalti. Y expulsión, porque Calero acababa de ver una primera amarilla en un forcejeo también con el central madrileño. Ambos pagaron el rifi rafe anterior de Arana y Francho. El caso es que el lateral zurdo maño –e hijo del entrenador del Levante, Julián Calero– se marchó a la calle. Andrés Martín colocó la pelota en el punto de los once metros. El andaluz lanzó a cámara lenta. Pi-pi-piii-pi-pii... La telegrafió... Y facilitó el trabajo a Poussin, que detuvo el disparo.
Desaprovechó esa opción pintiparada el Racing, pero bueno, aún así, se le había puesto el partido de cara con un tiempo y pico en superioridad numérica. Los de José Alberto debían creer un poco más en sí mismos, meterle más ritmo a los ataques y, lo más importante, acertar. Un remate de cabeza de Andrés Martín, con poca potencia, lo agarró Poussin junto al palo. El Zaragoza lo intentó con un tiro desde el centro del campo de Francho, que no sorprendió a Ezkieta. Lo último antes de un descanso que, seguramente, el míster verdiblanco tenía ganas de que llegase para reestructurar el equipo en el nuevo escenario.
Sin megafonía, estaba el ambiente raruno en los Campos de Sport. Ese murmullo incómodo... Tanto, que el Racing no tardó en romperlo. Como Aitor Aguirre y su bigote en 1973. Pablo Rodríguez se elevó en el segundo palo y, de cabeza, batió al meta visitante. Por cierto, con asistencia de Íñigo Vicente. Qué bueno que volviste. Desde enero no le ponía un gol en bandeja el vasco a un compañero. El run run de antes se convirtió en una euforia atronadora en el estadio.
Ahora era cuestión de estar sereno y, en cuanto fuese posible, matar el partido. El choque entró en una fase que ni fu ni fa. El Racing porque no llegaba y el Zaragoza porque, en su situación, no podía. Así que entre banquillo y banquillo estaba todo el mejunje. José Alberto departía con su segundo, Pablo Álvarez, para ver cómo se podía dar una vuelta de tuerca al asunto. Hubo quien, en la grada, encendió la linterna del teléfono... No quedó muy claro por qué. El caso es que el míster vio la luz y llamó a Vencedor y Rober González. Pero no hizo falta ni hacer los cambios. En una contra, Íñigo Vicente intentó un fantástico pase hacia la carrera de Andrés Martín. Llegó primero Jair, pero falló el central y el goleador verdiblanco le hizo el lío. El de Aguadulce se plantó en el área y pasó lo que tenía que pasar. Gol. «Todos queremos que marque Andrés Martín...», cantó La Gradona.
Con la nueva película, Víctor Meseguer se unió a los futuros cambios. Así, el míster retiraba del terreno de juego a los dos mediocentros amonestados, además de a Pablo Rodríguez. Había más partido a esas alturas en la grada que en el campo. Los sanitarios se tuvieron que llevar a un aficionado indispuesto en La Gradona y, poco después, la Preferencia Norte comenzó a corear el nombre del míster. Momento en el que José Alberto llamó a Marco Sangalli. El guipuzcoano sustituyó a Íñigo Vicente. Que descanse.
Casi no se había sentado el de Derio en el banquillo cuando a punto estuvo el Racing de tener que lamentar el sustituto nuestro de cada día. Ezkieta despeja mal un disparo, Luna le gana la posición a Mario García y empuja el balón al fondo de las mallas. Por fortuna, lo hizo con la mano. Gracias.
José Alberto gastó su última sustitución. Karrikaburu iba a reemplazar a Arana. Aunque iba a ser Andrés Martín el que buscase el tercer tanto verdiblanco. El sevillano pegó con el alma un balón suelto en la frontal, pero no encontró portería por muy poco. Más clara fue aún la de Karrikaburu, en el añadido, precisamente a pase de Andrés Martín. Ante Poussin, con el balón botando, el navarro la echó por encima de la portería. El partido terminó con amenaza: «Volveremos otra vez; volveremos a Primera, como en el 93». Y es que esta victoria contra el Zaragoza es un paso, en la dirección correcta, del camino de vuelta. Lo siguiente, la visita al líder en Valencia. De aquí a junio no nos vamos a aburrir.
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