El día menos pensado

Saltó la sorpresa en la alineación racinguista. José Alberto mantuvo prácticamente en su totalidad un once complicado de tocar, pero sí dejó en el banquillo a Pablo Rodríguez. Su sustituto no entraba en casi ninguna apuesta: el canterano Jeremy fue el elegido. Su estreno esta temporada. Sin mucha suerte, acabó sustituido al descanso.

Con la confianza en un punto álgido, este Racing no espera acontecimientos. Quiere y va. El Cartagena tampoco se opuso al reparto de roles. Mando para los verdiblancos y primera ocasión, en un tiro de Íñigo Vicente, raso, que no encontró portería. Eso sí, la de la primera mitad fue una versión más 'slow', menos vertiginosa de lo acostumbrado.

Aún no se había cumplido el minuto cinco que la afición racinguista aprovechó para reivindicar. La Gradona, vacía hasta entonces, se llenó y las plateas Norte y Este, al completo, se poblaron de cartulinas: «No al fútbol entre semana. Ni viernes ni lunes». Ya harían para que por la tele no se viese, pero la protesta fue notable.

Lo del perro flaco se cumplió a medias para el equipo visitante, que tuvo que hacer un cambio en el minuto nueve por lesión de Vukcevic. Sin embargo, el parón le vino bien a los murcianos, que pisaron área con peligro. Ezkieta repelió el centro raso de Escriche y Vencedor taponó, después, el tiro claro de Gastón.

La tuvo Arana en el otro lado, en un momento en el que los foráneos dudaban para salir desde atrás. El canario se plantó ante Campos, pero se echó encima del meta y ahí ya no le dio la rosca con el exterior para dirigir el balón a la jaula. Igual que no llegó por centímetros Michelin a un caramelo posterior de Íñigo Vicente. Con mucho tráfico ante la portería, le estaba costando encontrar hueco a los verdiblancos. El Cartagena plantó el submarino de su escudo. Pero fue un goteo constante de llegadas. El propio extremo vasco mandó el balón al cuerpo de un Campos que tapaba el primer palo, antes de ponerle un buen balón de nuevo al lateral francés, que llegaba desde atrás y mandó la pelota fuera. Desacertado.

Pero pasó lo inesperado. El cuadro murciano salió de la caverna y en una serie de balones al área, ante el centro desde la izquierda de Jairo, Manu Hernando dejó la mano atrás y el balón impactó en su brazo. Como el colegiado no se dio cuenta, dejó seguir un buen rato, hasta que el balón salió fuera. 'Ring, ring'. ¿Está el del silbato? Que se ponga. Vete a mirar el VAR, anda. Penalti. Luis Muñoz puso un 0-1 que era ya como hormigonar el área murciana. El equipo cántabro quedó grogui y Guerrero cerró la primera parte con una buena oportunidad que mandó a Tribuna Norte.

Cada equipo a su esquina y José Alberto a buscar soluciones. La primera, retirar a Jeremy para dar entrada a Pablo Rodríguez en la mediapunta. «Venga, 45 minutos a muerte», gritó el speaker de La Gradona. Era la consigna. Dentro y fuera del 'prao'. La reanudación arrancó con una volea de Aldasoro que se marchó muy lejos de la meta. Así comenzó el asedio racinguista. La búsqueda del hueco perdido. La insistencia en provocar el error rival. Y la grada de los Campos de Sport puso su grano de arena. Bufandas al aire. «Vamos, dale, Racing».

Aunque, ni había acierto arriba, ni el pertrechado Cartagena había dicho la última palabra. Cuando salía lo hacía con peligro. Mucho. Y en una contra, Luis Muñoz, con todo a favor, la mandó a la Fuente de los Delfines. Pero el susto ahí quedó. A la siguiente no iba a haber piedad. Un despeje largo. La defensa verdiblanca adelantada. Clara para Ezkieta, fuera del área. El navarro que la mira. Que duda. Que va. Cuando va a pegarla, se le cuela entre las piernas. Y Jairo, listo, la patea hacia la portería cántabra. 0-2. Y no llegó el 0-3, porque Sipcic no acertó a enchufar un cabezazo a la salida de un córner posterior.

Andrés Martín pudo meter al Racing en el partido apenas unos minutos después. El andaluz remató de testa un balón atrás de Íñigo Vicente, pero intentó ajustar demasiado y la bola se marchó junto al poste, pero por fuera. José Alberto llamó a Lago Junior, Camara y Karrikaburu. Había que jugársela. El catalán se puso manos a la obra. Trilero. ¿Dónde está la bolita, aquí o aquí? La puso al área. No era un buen balón. Rechace. Pero Andrés Martín la hizo potable con la derecha y la mandó a gol con la izquierda. Había vida. Había esperanza.

El Cartagena, en su papel, comenzó a parar el juego y José Alberto dio entrada a Maguette Gueye, en sustitución de Montero. A ver si en medio del caos táctico... Mientras, el técnico asturiano le llevaba la cuenta al cuarto árbitro. Por si se le había parado el reloj. La tuvo el Racing para haber empatado. Tras una gran acción de Andrés Martín por la izquierda, la pelota llegó a Íñigo Vicente, pero el de Derio le pegó a un defensa. El recién ingresado Gueye lo intentó desde lejos, fácil para Campos.

Cuando Karrikaburu mandaba un disparo a Valdenoja, el cuarto árbitro mostraba el tiempo añadido: siete minutos. Sin duda, poco para las ansias de resarcimiento racinguista. Una buena acción entre Pablo Rodríguez e Íñigo Vicente finalizó con un centro del vasco que a punto estuvo de meter en su portería Alcalá. Cámara, a la media vuelta, no acertó a percutir un balón tocado por Karrikaburu.

Pero para clara cristalina, la de Andrés Martín cuando el partido ya agonizaba. El de Aguadulce recibió un balón en el área pequeña y, apretado por sus rivales, la mandó de forma inexplicable fuera. Cuando es que no, es que no. Y por eso el Racing se llevó la primera derrota de la temporada. Aunque se empeñe Sebastián Ceria, las papardas existen.