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El Racing quiere hacer una catarsis. Con el equipo como colista y en plena fractura social, el presidente Alfredo Pérez y el consejero delegado Pedro Ortiz han anunciado un giro en lo social, rompiendo con la política del hasta ahora plenipotenciario Chuti Molina, al ... que de paso han ratificado hasta final de temporada.
El Racing volverá a abrir los entrenamientos a los aficionados (salvo los estratégicos), volverá a ofrecer partes y convocatorias, se reunirá mañana con las peñas y medita recuperar el saludo a los aficionados y a la Gradona, por citar algunos ejemplos.
Los propietarios se reunieron ayer con Cristóbal Parralo y esta mañana han estado con los jugadores para mandar un mensaje muy claro: el mismo que han lanzado en un desayuno de trabajo con la prensa para enviarlo a la masa social: que el proyecto sigue vigente y que el Grupo Pitma llegó para quedarse. Y otra consigna: Volvamos a empezar.
«Queremos trasladar al entorno racinguista que nosotros entramos en este club para estabilizarle, sanearle, evitar que desapareciera y hacer un proyecto que en tres o cuatro años nos llevara a Primera División. De aquello, ni un paso atrás, ni un giro. Ese es el principal ruido se está produciendo y es el que quiero cortar de raíz», ha dicho Pérez.
«Quiero transmitir tranquilidad a nuestros aficionados -ha insistido- a los que no lo son y nos está costando que se acerquen al proyecto, a los empresarios que han apostado por el proyecto»
Como si socio y copropietario del Racing, Pedro Ortiz, ha hecho «una petición clara de tranquilidad en el capitulo económico y de proyecto y un llamamiento de apoyo a todos los trabajadores del club, deportivos y no deportivos, porque trabajar con presión es bonito hasta que la presión te supera». Palabras en relación a las lágrimas de Moi el domingo tras marcar un gol, después de haber recibido el insulto de un aficionado. «Todos tenemos que hacer un esfuerzo de no pasar esa barrera que es el empuje y la animación», ha pedido el presidente.
La directiva también hace autocrítica: «Nos hemos equivocado. Cuando entramos en el Racing, el club era (en lo social) todo lo contrario, y el cambio ha sido demasiado brusco. Hemos pasado de que la gente andara con las instalaciones y casi tomara café gratis a no puedes pasar de la puerta».
Los entrenamientos serán «todos a puerta abierta, menos los estratégicos. Vamos a dar las convocatorias y los partes médicos se van a ampliar hasta cumplir la ley», ha dicho Pérez.
En esta misma línea, el presidente propone una nueva etapa: «Nos equivocamos en el mensaje. El mensaje es que saluden a todo el campo, no solo a la Gradona, y este año al final hemos conseguido que no saluden a nadie. Se quedan tan jodidos que agachan la cabeza y se meten para dentro, pero no tengo ningún problema en que además del centro del campo se acerquen a la Gradona. Y por eso tenemos una reunión mañana con las peñas», ha reconocido.
En cuanto a Chuti Molina, los propietarios le han ratificado hasta final de temporada. En sus palabras «trabaja duro, muy duro, porque hacer una plantilla con cinco millones es muy difícil». El director deportivo, cuyo contrato se rescinde automáticamente en caso de descenso, seguirá a corto plazo. «En los proximos ocho dias no les voy a echar ni de coña. Y el dia 4 de febrero tampoco; tiene que ver la finalización del proyecto».
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