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Íñigo Sainz-Maza se besa el escudo tras anotar el gol del triunfo. DANI OTERO /LOF
El Racing desvalija Riazor

El Racing desvalija Riazor

El conservador plan de Romo funciona tras el gol de Íñigo y una segunda parte encerrado en su propio área

Sergio Herrero

Santander

Miércoles, 16 de febrero 2022

En el festival de la Primera RFEF, que ayer celebró su gran gala, se elige campeón. El jurado tiene bastante más criterio que el de Benidorm. La pelota se encarga de elegir al mejor, al que representará la temporada que viene en Segunda. El Deportivo, a ritmo de Tanxugueiras o el 'Ay, mamá, que el Racing no juega a nada, pero ahí está'. Guillermo Fernández Romo es como el Profesor de La Casa de Papel. Llegó a Riazor con su plan y se llevó el botín. Desvalijó la casa de su rival. Con subterráneo incluido. La segunda parte pareció un honesto equipo de Regional Preferente, a prueba de francotiradores, pero se llevó los tres puntos y tiene a mano el asalto al liderato. A ver quién le discute.

Nadie esperaba que el técnico madrileño hiciese de Rigoberta Bandini y saliese a pecho descubierto al terreno de juego en La Coruña. Sobre el papel, el once no fue el más defensivo de su repertorio. Sí, sacó los cuatro centrales de rigor en defensa y un doble pivote de ladrillo, con Íñigo y Fausto Tienza. Pero devolvió la banda derecha a Soko y le dio la izquierda a Arturo Molina. Con Manu Justo como delantero. Eso sí, el Racing acabó el partido como un ejército romano en formación de tortuga.

Cual partida de bolos, el equipo cántabro trazó la línea de presión un poco más adelante del centro del campo y a esperar. Orden y paciencia. Al 'ya llegará' que tanto le gusta al técnico madrileño. Y llegó la primera. El Deportivo regaló un saque de esquina y el centro de Pablo Torre lo cabeceó, certero, Satrústegui en el segundo poste. Buscó la escuadra, pero Mackay respondió con acierto para mandar de nuevo por línea de fondo. La siguiente también la remataron los cántabros. Esta vez, Bobadilla, defectuoso.

Deportivo

Mackay, Trilli, Lapeña, Jaime (Borja Granero, min. 85), Héctor Hernández (Menudo, min. 85), Villares (Rafa de Vicente, min. 78), Juergen, Álvaro Rey, Mario Soriano (Quiles, min. 64), De Camargo y Miku.

0

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1

Racing

Parera, Mantilla, Satrústegui, Pol Moreno, Bobadilla, Íñigo (Borja Domínguez, min. 85), Fausto, Pablo Torre (Sergio Marcos, min. 64), Soko (Marco Camus, min. 84), Arturo (Bustos, min. 64) y Manu Justo (Jack Harper, min. 74).

  • Equipo arbitral: Pérez Peraza, asistido en las bandas por Muñoz Guillén y Novoa Her

  • Gol: 0-1, min. 34: Íñigo Sainz-Maza.

  • Amonestaciones: Amarilla a los locales Juergen, Mario Soriano y Miku y a los visitantes Fausto Tienza, Parera, Íñigo Sainz-Maza, Satrústegui y Mantilla.

  • Incidencias: Riazor. Con césped en buen estado, en una tarde templada y con ligera lluvia. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del naufragio de un pesquero gallego en aguas de Canadá.

Tras este alarde de puesta en escena racinguista y un par de subidas de Mantilla hasta la línea de fondo rival, ambos aspirantes se pusieron a interpretar sus respectivos temas. El Deportivo, a mandar y buscar huecos. El equipo de Romo, a cerrar caminos y a desesperar al enemigo. Porque había nervios ayer en Riazor. Y la chispa saltó mediada la primera parte, cuando Miku y Mantilla se enzarzaron. Otros más se unieron a la tangana. La decisión presuntamente salomónica del colegiado de amonestar a los dos protagonistas condicionó más al Racing, con su lateral diestro amonestado. La misma cartulina amarilla que le levantaron a Fausto Tienza por una falta, rigurosa, sobre De Camargo, con coreografía incluida del extremeño. Rodillas a tierra y puñetazo al césped. Se jugó otro color. Mientras tanto, un par de remates deportivistas con poca fe y mucho menos acierto fueron lo más parecido a una ocasión. Si el empate a cero cotizaba poco de inicio...

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Hasta que Íñigo Sainz-Maza se animó a entrar en el área. Solista. Frontman racinguista. El líder de la banda. Soko y Arturo Molina juguetearon en banda derecha con el balón. La zaga deportivista, relajada. Tocando la pandereta. Nadie se esperaba por allí a uno de Ampuero. Pero el capitán apareció, la pidió y la pegó con el alma. La pelota pegó en Mackay y se fue para adentro. Twelve points. El canterano siguió los pasos de Benayoun, Tchité o Javi Guerrero, que también dinamitaron Riazor por dentro tiempo atrás. Romo ya tenía el partido donde quería.

Sin fisuras, de momento

El tanto dejó tocado a un Deportivo que empezó a perder a perder el voto del público. Primer rún rún en la grada. Por suerte para Borja Jiménez y los suyos, el descanso estaba cerca para vitaminarse y supermineralizarse, pero el plan verdiblanco, de momento, no había tenido fisuras. Quedaba mucho todavía...

El Deportivo no estaba para perder tiempo y abrió la segunda mitad con tentativa. Un duro disparo de Álvaro Rey que se estrelló en el lateral de la red. Las pulsaciones estaban altas en el bando blanquiazul y a Juergen casi le mandan para casa como al que largaron de Benidorm por usar el autotune. El árbitro tuvo piedad con el colombiano. Miku, a la media vuelta, mandó el balón al pecho acolchado de Parera. Era importante aguantar el arreón. Los gallegos estaban volcados. De Camargo, al palo. 39 minutos por delante...

Los jugadores racinguistas sacaron a relucir sus mejores actuaciones para arañar tiempo al reloj y de paso cortarle el ritmo al rival. Y a Borja Jiménez se lo llevaban los demonios. Todo es culpa de los demás. Pero fue Miku quien no acertó a rematar en el área un fuerte centro de Trilli desde la derecha.

Ahora sí, el plan de Romo empezaba a mostrar debilidad y el técnico se dispuso a realizar un par de cambios. Retiró a Pablo Torre, que un momento antes se quejó de cansancio y a Arturo Molina, aunque en la tablilla apareció otro número, lo que ayudó a perder un poco más de tiempo. Álvaro Bustos y Sergio Marcos entraron de refresco. 25 más por aguantar. El tiro de Trilli, con poco ángulo, se marchó alto. Mantilla le quitó de la cabeza un balón a Miku y lo celebró desatado. Unidad Militar de Emergencia. De Camargo mandó otro balón al lateral de la red. Ay, mamá.

El partido ya había llegado a un momento en que el Deportivo parecía el líder derrotado y el Racing el autobús de Maguregui, la pedreñera, el MetroTus, la 'Romoneta' y hasta el Magdaleno. Y el reloj que no avanza. Quedan quince todavía. Jack Harper sustituye a Manu Justo. Hasta Sergio Marcos despeja de cabeza un córner en contra. Ocho y el añadido, todavía.

El conjunto cántabro parecía el equipo más pequeño de la categoría. Llegados a esas horas de la noche, si ganaba, como si se se ponía el disfraz del Pato Lucas. En una contra regular llevada por Marco Camus y Sergio Marcos, el alcarreño intentó una vaselina imposible, a las manos de Mackay. Llegaba el minuto 90, el momento fetiche del Deportivo para salvar los muebles. Las pillerías del Racing tuvieron castigo. Siete de añadido. Menudo cabeceó alto. Y un disparo de Marco Camus, escorado, lo atrapó Mackay. El partido más largo del mundo.

El equipo cántabro, con el botín a la espalda, logró llegar a la orilla. Pocas veces se jugó tan feo y dio tanto resultado. Los futbolistas verdiblancos hicieron piña sobre el césped. El esfuerzo, aunque dañino a la vista, dio resultado. Y los de Romo, si vencen su partido aplazado contra la Cultural Leonesa –y mantienen el ritmo de camino– tienen en su mano colocarse líderes. Ahora que no les venga el Chanel de turno y les quite la candidatura para el ascenso. El técnico y su plan son supervivientes.

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