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Esa sensación dulce. Intensa. Inimitable. La dopamina inunda el cerebro. Placer. Euforia. Y las endorfinas se expanden por el cuerpo hasta hacer casi anecdóticos el agotamiento y el dolor. De la cabeza a los pies. Eso, en una semana de tres partidos, es oro molido. Sobre todo para un Racing al que todo le cuesta tanto. Porque es difícil resumir un partido que el equipo cántabro debió ganar muy cómodo, con sus ene ocasiones –el tanto del triunfo lo hizo el contrario en propia puerta– ante un rival en descomposición. Nada nuevo. Como tampoco lo fue la expulsión de Aldasoro con doce minutos de encuentro más los nueve de añadido por delante para dejar a los verdiblancos ante otra nueva exhibición efectiva de supervivencia. Da igual. Lo que importan son los tres puntos. Esas «sensaciones» a las que se agarraba Guillermo Fernández Romo son bonitas pero no dan de comer. Vayamos a lo práctico. Sensación de vivir. Sensación de ganar.
La entrada de un mediocentro como Aldasoro en el lateral derecho ante los problemas físicos de los especialistas –Mantilla y Unai Medina, lesionados y Dani Fernández, en la convocatoria, pero recién recuperado– y la titularidad de Matheus Aiás en la delantera por la baja de Sekou Gassama fueron las principales novedades, no por ello ya esperadas. Lo del flanco diestro de la zaga no iba a terminar con su maldición.
El arranque espitoso levantinista era uno de los temores verdiblancos. Más aún al tratarse, el de Nafti, de un equipo presionado por el ambiente. El paso de los minutos debía ir en favor del Racing. El cuadro de Romo se afanó en restarle fluidez a los granotas, aunque Roger Brugué encontró el agujero para disparar duro y raso. Parera respondió con acierto.
Defensa sin renunciar a lo de más arriba, pese a las dificultades de siempre. El conjunto verdiblanco seguía buscando goles. Y sigue intentando marcar a balón parado, porque se mantiene inédito en esta faceta tan clave. Mucho que mejorar en las puestas en juego. Satrústegui estuvo a puntito. Un córner botado por Pombo lo cabeceó el navarro un poquito por encima del travesaño.
El 'uy' le dio confianza al Racing, que se puso a crear. Una gran jugada hilvanada entre Pombo y Mboula terminó con un pase atrás del catalán que Matheus Aiás, cerca del punto de penalti, remató demasiado centrado. Cárdenas repelió. La falta de efectividad de casi siempre. Bueno, no. Incluso peor que la de siempre. El propio delantero brasileño le mangó hasta la contraseña de la app del banco a Rubén Vezo. A la carrera. La acción fue la descripción perfecta del paulista. Por fe. Por insistencia. Se la llevó hasta el área. Pombo acompañaba por la izquierda. Matheus optó por definir y lo hizo horrible. Pero horrible de verdad, ¿eh?
Levante
Cárdenas, Son, Pepelu (Bouldini, min. 57), Iborra, Rubén Vezo, Postigo, Brugué (Rober Ibáñez, min. 85), De Frutos, Joni Montiel (Pablo Martínez, min. 76, Saracchi (Álex Muñoz, min. 76) y Soldado (Wesley, min. 57).
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Racing
Parera, Aldasoro, Satrústegui, Pol Moreno, Rubén Alves, Íñigo Sainz-Maza, Juergen Elitim (Dani Fernández, min. 88), Mboula (Marco Camus, min. 66), Íñigo Vicente (Fausto Tienza, min. 79), Pombo (Arturo Molina, min. 79) y Matheus Aiás (Ayoub Jabbari, min. 87).
Equipo arbitral: Galvéz Rascón, asistido en las bandas por Santiago Sacristán y Bernal Martín, todos ellos del Comité Madrileño. Cuarto: Morales Moreno (Andaluz); VAR: Ocón Arráiz (Riojano);AVAR: Busquets Ferrer (Balear).
Gol: 0-1, min. 46: Rubén Vezo, en propia puerta.
Amonestaciones: Amarilla para los locales Rubén Vezo y Jony Montiel y a los visitantes Arturo Molina, Postigo y Rubén Alves. Expulsó, con doble amonestación, al racinguista Aldasoro. También expulsó con roja directa a Juergen, una vez sustituido.
Incidencias: Ciutat de Valencia. Césped en buen estado. 13.747 espectadores.
Si uno perdona, pues ya se sabe lo que puede pasar. Gracias que el Levante, pese a que Valencia está de fiesta y es tierra de olor a pólvora, no está tampoco para tirar cohetes. Jony Montiel se la lió a Pol Moreno y, personado el granota en el área, Parera se hizo grande para tapar el tiro.
Fue precisamente el central el que tuvo una grandísima actuación acto seguido. En otro saque de esquina. Matheus remató, Íñigo Vicente se metió en la trayectoria y el balón le cayó a Pol Moreno, que remató en una reinterpretación de la chilena. Al centro, detuvo Cárdenas, que también despejó el tiro posterior de Matheus Aiás.
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En esas pistas de futbito de los barrios donde muchos pasamos la infancia y que ahora se encuentran en peligro de extinción se jugaba al Mundialito, el Gol-portero o el Cule. Y también a tirar a los palos. Levante y Racing habrían agradecido ayer inventar uno nuevo: el No hay manera. No meten gol ni al arcoiris, al lucero del alba ni a un cono naranja. Son dejó en evidencia a Satrústegui por la banda. El centro chut del carrilero lo sacó Rubén Alves en boca de gol. En el otro lado, Cárdenas le quitó de la cabeza a Matheus un buen centro de Pombo. En este nuevo juego, el Racing era claramente superior. Un intento de Íñigo Vicente tras desbordar, casi sin ángulo, lo agarró el portero levantinista junto al poste. El problema es que las reglas del fútbol son otras y a los de Romo, así, no les da. Empate a cero –no podía ser de otra forma– al descanso.
A la vuelta del intermedio, como el equipo cántabro era incapaz de hacerlo, tuvo que meterlo un defensa. Pombo habilitó a la carrera de Mboula por la derecha y el centro raso del catalán lo introdujo en su meta Rubén Vezo en el intento de despejar. Bueno, también vale.
Era momento de defender y de jugar con las frustraciones levantinistas. Un tiro de De Frutos lo atrapó Parera y el arquero local detuvo una rosca de Pombo al palo largo y un tiro con la zurda de Matheus Aiás. Y una volea fallida de Brugué fue a parar también a los guantes del balear. Los porteros, protagonistas. Los delanteros, casi de atrezo. Y Nafti sacó otros dos.
Si algo saben los racinguistas es que su equipo siempre es capaz de superarse. Especialmente para lo negativo. Octavo palo en nueve encuentros. Una jugada fantástica dejó a Juergen Elitim frente al portero. Y el colombiano, con la pierna mala, la estrelló en el travesaño. Con el Levante tendido en la lona y los verdiblancos desatados, Pombo mandó una silbando al poste y otra, dura, que sacó el meta. Como la posterior de Matheus. Pim, pam, pum. El Racing, pese a la victoria momentánea, era una escopeta de feria con el cañón ligeramente desviado. Otra de Pombo, en el enésimo destrozo a la zaga local, se marchó demasiado cruzada.
La primera línea de presión, con Pombo y Matheus, empezaba a ser prácticamente inexistente. El cansancio. Y eso se presentaba como una mala señal aunque el Levante era una caricatura. En defensa y en ataque. A Pombo y a Parera tuvieron que entrar a atenderles. Cualquier excusa para dejar correr el reloj era buena a esas alturas.
Porque el final se iba a hacer largo. Aldasoro vio la segunda cartulina amarilla a falta de doce minutos para el noventa. A sufrir. Un tiro lejano de Pablo Martínez, raso, no encontró portería. Romo, que decidió mantener al expulsado pese a la temprana amonestación, reaccionó rápido. Fausto Tienza y Arturo Molina sustituyeron a Pombo e Íñigo Vicente. Íñigo Sainz-Maza volvió a sus orígenes en el lateral derecho. Otro partido en inferioridad.
Entre parón y parón, Wesley cabeceó manso y defectuoso. Eran minutos de resistencia, con Matheus Aiás cojeando por el terreno de juego. Nula posesión verdiblanca y monólogo del incapaz Levante. Dani Fernández y Ayoub Jabbari saltaron al terreno de juego por Juergen y Matheus, para devolver a Íñigo Sainz-Maza a su posición en la medular. Ygracias que el colombiano ya estaba fuera, porque el colegiado, de repente, expulsó a Juergen. «No he hecho nada», le decía el centrocampista verdiblanco al delegado, Delfín Calzada. Había aplaudido a la grada y el juez estimó que en forma de burla. La tangana que se produjo después en la zona de banquillos –por los presuntos insultos desde el flanco valenciano– tampoco le vino mal al Racing para perder un poco más de tiempo. Y falta le hacía, porque el árbitro iba a dar nueve minutos de añadido.
🗣 Declaraciones de Juergen (@JuergenElitim) tras el #LevanteRacing pic.twitter.com/hCr06Vi86H
Real Racing Club (@realracingclub) October 9, 2022
El equipo cántabro, entrenado en estas historias después de 50 minutos de avasallamiento con uno menos frente a Las Palmas, volvió a hacer un tratado de supervivencia. Es verdad que el rival no daba para mucho más, pero el trabajo verdiblanco fue incuestionable. Ayoub, solo de camino a la nada, disparó con poca fe. El resto fue trabajo de achique hasta que, por fin, el cronómetro le dio la razón a los de Romo. Por lo civil, por lo criminal o sufriendo como siempre y ganando como nunca. Es lo que importa. Más tres.
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