El mínimo exigible

El entrenador verdiblanco ha establecido el 4-3-3 como su sistema de cabecera. Al menos en los Campos de Sport, porque fuera el míster sigue dando palos a la piñata. Aunque hoy hubo matices. Tantos, que los números fueron cambiando a cada rato. La mayoría de los retoques encaminados a encontrar el sitio ideal al espíritu libre de la plantilla racinguista. Un Dani Aquino al que el Racing necesita en una mejor versión que todavía no ha alcanzado este curso. Y se le echa de menos, la verdad. Este domingo el goleador se marchó con una sonrisa a casa.

El conjunto montañés volvió a cometer los mismos pecados que viene mostrando últimamente. Con el balón en posesión y más allá de la línea del centro del campo, ni tan mal. Lento, aunque fiable. Pero el sistema defensivo sigue flojeando. No por los individuos sino por el entramado. Y eso ante un Caudal con escasos argumentos que no está donde está por casualidad. Pero el equipo asturiano, liderado por el cayonés Alberto Gómez, con muy poco, lograba ir sobrepasando líneas y encontrando agujeros. Eso sí, arriba fue más inocente que una borrachera de cerveza sin alcohol. 0-0, como el resultado al término de los 45 minutos.

Porque el Racing, pese a su ligero dominio y a su dinamita en ataque, apenas llevó peligro a la meta del santanderino Óscar Santiago. La mejor opción de la primera mitad llegó por partida doble para Dani Aquino. El portero salió bien a los pies del murciano para cortar la llegada. En la jugada posterior, un centro desde la derecha lo cabeceó el ‘Torito’, pero lo estrelló en el pecho del arquero. A partir de ahí, sendos remates de Borja Lázaro y Antonio Tomás a las manos del cancerbero completaron el pobre bagaje verdiblanco antes del descanso.

La segunda parte comenzó algo más animada, aunque con un Racing todavía incapaz de hacerle pupa al Caudal. De hecho, los de Pouso se llevaron un susto nada más regresar del vestuario. Julen Castañeda había sacado un buen disparo que tocó en un defensa y que Óscar Santiago tuvo que enviar con apuros a córner. Acto seguido, un saque de esquina botado por el cuadro mierense se lo comió Borja Lázaro en el primer palo y Borja Navarro, que no se lo esperaba, no acertó a rematar. El rebote se marchó fuera por poco.

Carlos Pouso repite por activa y por pasiva que el Racing debe mirarse a su propio ombligo y no preocuparse de nadie más. «No podemos jugar en tres campos a la vez». Sin embargo, la aparición en el videomarcador del tanto de Osasuna B ante el Mirandés –luego remontó el cuadro burgalés– despertó al personal. Al de la grada y al del césped. Al aplauso de la platea por la desgracia rival le siguió un gran remate de cabeza de Gándara a la salida de un córner que Óscar Santiago mandó por encima del larguero con un salto felino. Dosis de autoestima. Dani Aquino, que se marchaba a la esquina para poner el balón de nuevo en juego, gesticuló hacia la grada para aprovechar la inercia de ese empuje momentáneo, que finalmente dio sus frutos. El balón colgado lo despejó el meta visitante con los puños y la pelota le cayó a Gonzalo. El burgalés protegió el esférico dentro del área y fue derribado por Alberto Gómez. Penalti. Dani Aquino fue el encargado de hacer buena la pena máxima.

El tanto cercenó el ya poco empuje de un Caudal desahuciado. Al perro famélico le iban a atacar las pulgas, las garrapatas y alguna que otra plaga más para facilitarle la labor al Racing. Dani Aquino agarró la pelota en el área. El murciano buscó un centro al segundo palo. La pierna que encontró fue la de Alberto González, que introdujo el esférico en su propia portería. Con lo justo, el equipo cántabro había solventado un aparente trámite que se estaba empezando a complicar. La burocracia no es para el Racing.

Durante el resto del encuentro se vivió una circunstancia poco habitual para la parroquia verdibanca. Tranquilidad absoluta. Calma y hasta algún bostezo. Minutos sobrantes. El confort era tal que Carlos Pouso incluso aprovechó para dar descanso a Borja Lázaro y Dani Aquino. Hay que cuidarles para cuando vengan las curvas y cuestas pindias. Y por si el Caudal no tenía ya suficientes penas que lamentar, el equipo asturiano se quedó con un futbolista menos en el minuto 88 por una dura entrada de Borja Navarro sobre César Díaz.

Sin más que contar, el Racing saboreó el paso del tiempo con pocas ganas de hacer más sangre de un rival agonizante. El colegiado señaló el final del encuentro y el conjunto cántabro sumó así los tres primeros puntos de este tramo del campeonato ante enemigos en posiciones en descenso. La casilla del Caudal ya tiene el tick verde puesto a su lado. Lealtad y Osasuna B esperan. Un terreno abonado para recuperar las buenas sensaciones antes de que las cosas se compliquen.

Los tres puntos cosechados ante el Caudal, además de por la importancia que tiene el seguir sumando, cobran una mayor relevancia en una Semana Santa en la que muchos de los rivales racinguistas han sufrido su propia penitencia. Sólo Mirandés y Athletic B han logrado ganar. El Racing se queda a seis puntos –más la diferencia de goles– de la cabeza; a uno del tercer puesto y abre algo de brecha –tres puntos– con la quinta plaza. Así se ven las cosas un poco mejor.