Sin gol en Las Gaunas

Las probaturas que hizo Guillermo Fernández Romo a lo largo de la semana no debieron convencer demasiado al míster madrileño, ya que al final sólo efectuó dos cambios con respecto al partido del estreno liguero contra el Tudelano. Álvaro Bustos entró en el extremo izquierdo en lugar de Álvaro Bustos. Lo otro, lo esperado, la participación de salida de Pablo Torre en la mediapunta. Así, el doble pivote repitió con Marcos y Fausto Tienza, pese a los problemas de empaste que mostraron hace una semana.

La verdad es que lo de los nombres quizá no iba a importar tanto, porque el Racing, como era de esperar por otra parte, renunció a la pelota y se la otorgó a su rival. Si quieres hacerlo, hazlo, pero hazlo bien. A los cuatro minutos el cuadro riojano ya había tenido dos opciones muy claras en el área. Los verdiblancos habían tocado, quizá, seis veces el balón.

El equipo cántabro afinó un poco –tampoco mucho– las marcas. Por la tribuna principal de Las Gaunas volaba un murciélago. Hora de hincar el diente. Un disparo duro de Álvaro Bustos desde la frontal botó delante de Serantes y el meta se lo quitó de encima como pudo.

Como un ficus, el Racing fue creciendo poco a poco, aún con el riesgo de tener un susto. Guarrotxena le hizo a Unai Medina la de Caminero a Nadal. El delantero se plantó en el área pero su centro, tímido, lo atrapó Lucas Díaz. En el otro lado del campo, los finos estilistas hicieron doble check. Una pared entre Sergio Marcos y Pablo Torre dejó al cántabro en el punto de penalti. Pero al chaval se le atascó el botón de tiro y acabó rodando por el área. Pidió penalti. El árbitro dijo que, a pedir, a la puerta de la iglesia.

El equipo de Fernández Romo, ahora sí, ya era mejor. Pero empezó a hacer honor al segundo apellido de su técnico. Una gran jugada de Álvaro Bustos no acertó a mandarla a gol en el segundo palo Soko. Acto seguido, un disparo de Unai Medina se marchó cerca del poste izquierdo.

Pero no les voy a contar lo que sucede cuando uno perdona mucho. Ya lo saben. Le cogen la sobaquera y... Dubasin rompió a Isma López, su centro pegó en la pierna de Pol Moreno y el balón le fue perfecto, a la cabeza, a Guarrotxena en el segundo palo. Toma, empuja. 1-0. Hala, remonta si puedes. Un libre directo provocado y lanzado alto por Pablo Torre finiquitó la primera parte.

Visto lo visto, el Racing debía dar un paso adelante, descubrirse el pecho y ofrecer algo más. A la salida del vestuario, Álvaro Bustos robó la pelota y su tiro desde la frontal se marchó desviado. Las amenazas no son suficientes. El equipo verdiblanco se hizo dueño del juego, pero también dio más facilidades atrás. Alfaro alcanzó el área casi sin oposición y el tiro se fue a la grada.

Fernández Romo retiró a Sergio Marcos y Álvaro Bustos por Borja Domínguez y Manu Justo. Pero quien la tuvo fue Soko. El camerunés rompió a su par, se coló en el área, y su tiro lo sacó Serantes con una buena mano. La falta de puntería ya empezaba a ser más que preocupante. Y con los riojanos perdiendo todo el tiempo del mundo, el Racing se desangraba minuto a minuto. Con Guillermo Fernández Romo discutiendo con medio banquillo rival, había más batalla en el área técnica que en el campo. Soko cabeceó muy alto un centro de Unai Medina.

Turno para Marco Camus y Carlos Castro. Romo retrasó a Pablo Torre al mediocentro; mediapunta para Manu Justo y colocó al asturiano como extremo derecho. Experimentos. Y la tuvo clarísima Cedric. Un balón a la espalda de la defensa de Borja Domínguez lo remató, en una posición incómoda, el nigeriano. El cuero se fue susurrando al travesaño. Así que Serantes aprovechó para perder otros dos minutos. Por lo que pudiese pasar. La incapacidad racinguista en la segunda parte era ya más que un hecho.

Ver a Pablo Torre correr lesionado, salir del terreno de juego y tirarse al suelo fue lo que le faltaba a los racinguistas ayer. Volver a viajar para disgustarse de nuevo. Como casi siempre. Porque Borja Domínguez pudo empatar en el 89 y Guarrotxena marcar el segundo en la contra siguiente. El tiro del rojiblanco se estrelló contra el poste. Y no hubo nada más. Porque el Racing no pudo y porque la Unión Deportiva Logroñés no dejó. Mucho por corregir, pero esta semana, desde la derrota, se construye peor, dicen.