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Paseillo al Racing al inicio del encuentro Eduardo Sanz/LOF
Resacón en Tudela

Resacón en Tudela

El Racing cae con estrépito ante el colista, ya descendido, tras una semana de euforia y celebraciones por el ascenso a Segunda

Sábado, 7 de mayo 2022, 16:45

El racinguismo, a prueba de problemas cardiacos, hoy pudo comprobar sus pulsaciones en reposo. De tanto poner al límite la patata, alguno estaba en el sofá de casa o en la grada del Ciudad de Tudela –otros dedicaron la tarde a mejores menesteres– como Miguel Induráin en sus tiempos como profesional. Con el pulsómetro a punto de apagarse a causa del escaso movimiento. 28 pulsaciones tenía el de Villava. Pues lo mismo, pero con la bufanda verdiblanca al cuello. Más o menos como los futbolistas del Racing este sábado, que se tomaron una jornada de asueto después del ascenso. Merecida, sí, como la sonrojante derrota frente a un rival, colista, que se ganó el sueldo que lleva varios meses sin cobrar. El equipo se quedó el domingo en el balcón de La Casona y todavía no ha bajado.

Ya se sabía, antes de empezar el partido, que el momento más emocionante de la tarde iba a ser el pasillo de campeón que el Tudelano le hizo al Racing como homenaje. Nunca hubo dudas de la deportividad del cuadro navarro. Las cosas del fútbol, mientras en Santander sonríen, en el cuadro blanquinegro rezan para que no desaparezca después del descenso y meses de impagos a futbolistas y técnicos.

Tudelano

Nacho Zábal, Iván López, Laerte Jr. (Aranzabe, min. 60), Álex Gualda, David Luna, Yasin (Faber, min. 82), Caballero (Agus Alonso, min. 60), Bassirou (Cedenilla, min. 75), Diego Royo (Alain Ribeiro, min. 82), Aitor González y Carlos Vázquez.

3

-

0

Racing

Lucas Díaz, Mantilla (Unai Medina, min. 46), Satrústegui, Bobadilla, Pol Moreno, Íñigo Sainz-Maza, Borja Domínguez (Sergio Marcos, min. 58), Soko (Javi Vázquez, min. 46), Marco Camus (Pablo Torre, min. 73), Manu Justo (Jack Harper, min. 46) y Cedric

  • Equipo arbitral Palencia Caballero (Comité Vasco), asistido en las bandas por Gómez Landazábal (Vasco) y Fullas Planas (Catalán).

  • Goles 1-0, min. 6: Iván López. 2-0, min. 16: Caballero. 3-0, min. 41: Caballero.

  • Incidencias Ciudad de Tudela. Césped en aceptable estado, en una tarde calurosa. Unos 700 espectadores, cien de ellos racinguistas.

Un aficionado verdiblanco, cuando el marcador anunciaba la llegada del minuto 2, se tumbó sobre el hormigón de la grada. Hacía para siesta al aire libre. Guillermo Fernández Romo no se tomó la cita con tanto relajo. Y aunque dio minutos a algunos, guardó, pero no tanto. Así, Lucas Díaz, Mantilla, Borja Domínguez, Manu Justo y Marco Camus fueron las novedades. Dos de ellas obligadas por las sanciones de Fausto Tienza y Arturo Molina. Pablo Torre, Parera y Unai Medina, descansaron.

El míster, en el minuto 6, ya estaba de muy mala leche, porque sus jugadores optaron por lo de echar una cabezada. El Tudelano no encontró demasiada oposición para entrar por la parte izquierda de la zaga cántabra e Iván López, en boca de gol, remató a gol completamente solo.

Diez después, ya no había ni rastro del tipo que levantó a La Gradona y bromeó desde el balcón del Ayuntamiento tras la consecución del ascenso. Laerte rondó por el área y sirvió para que Caballero disparase, ajustado, de nuevo al fondo de las mallas. 2-0. Resacón en Tudela.

Eso sí, aquí no hubo, como en la peli de Las Vegas, un tigre en una habitación o un tipo que perdió los dientes. Por fortuna no había mucho que dejarse más allá de la honrilla. Pero bueno, había que mostrar un poco de entereza y el Racing, en la primera parte, fue una calcamonía. El Tudelano pudo hacer el tercero. Y el cuarto. Un cabezazo de Caballero se marchó por encima del travesaño y un remate de espuela de Iván López se encontró con Pol Moreno sobre la línea de gol.

Vista la parsimonia verdiblanca, tenía que llegar otro más. El equipo navarro se gustó al máximo. Luna colgó de primeras un balón que se escapaba por la línea de fondo y Caballero se elevó, otra vez solo en el área, para cabecear a la parte interior de la cruceta. Adentro. Y el ariete no hizo el cuarto porque Lucas Díaz se mostró atento justo antes del descanso. Romo miró con cara de pocos amigos a sus futbolistas mientras estos se retiraban del terreno de juego y se reunió con su cuerpo técnico sobre el mismo césped. El mosqueo era morrocotudo. Como Iván Ania en Estella, el míster debió echar fuego por las orejas en el vestuario. Y sí, el míster agitó con vehemencia la pizarra. Tres cambios de una tacada. Javi Vázquez, Unai Medina y Jack Harper, al 'prao'. Soko, Mantilla y Manu Justo, los paganos –dijo el míster después que el cántabro y el gallego sufrieron sendos golpes de calor–. Si pudiese, como decía John Benjamin Toshack, les habría cambiado a todos. Harper probó nada más iniciarse la segunda parte, pero su disparo, centrado, lo atrapó en dos veces Nacho Zábal.

Fue un pequeño arranque de dignidad del Racing, pero nada más. Así que diez minutos después Guillermo Fernández Romo llamó a Sergio Marcos. Un nuevo intento de maquillar una mala tarde. Si el partido ya tenía pocos alicientes, terminó por superar, negativamente, todas las expectativas. La entrada del alcarreño coincidió con la salida del campo de los dos mejores futbolistas hasta entonces: Caballero y Laerte.

Romo gastó su último cambio. «Pablo, a ver si alegras esto», le gritaron al de Soto de la Marina desde la grada cuando se acercó al banquillo para prepararse. El chaval es muy bueno pero lo que le pedían era un milagro. El Racing pasó a jugar con un 3-5-2. Un remate de cabeza de Diego Royo se paseó por encima del larguero. Arbi, pita ya, que hay cosas mejores que hacer. Porque iba a llegar el cuarto del Tudelano, tras un disparo de Alain Ribeiro que Iván López iba a remachar casi bajo el travesaño. Eso sí, el tanto no subió al marcador. El asistente levantó la bandera y señaló fuera de juego.

Por fin, llegó la conclusión. Gracias, señor colegiado. Por fortuna, todo quedó en una anécdota después del ascenso a Segunda División. Eso sí, como haya que estar así el mes que resta de competición, se va a hacer duro. En otro momento, habría sido un sonrojo de grandes proporciones. Sin embargo, con el título en el bolsillo, todo se puede perdonar. La racha sin perder se quedó en 19.

Marcos Menocal

«No hemos tenido ni posibilidad de reaccionar. No voy a sacar ninguna conclusión. Ni positiva ni negativa. Veníamos con el súperobjetivo cumplido. Nos hubiera encantado que nos saliera mejor, pero...», reconoció un Guillermo Fernández Romo al acabar el partido resignado más que enfadado.

Le hubiera gustado hacer algo para arreglar el desaguisado que estaba viendo en el campo, pero reconoció que «si durante la semana hubiéramos tenido el rigor necesario, pero... Lo único que podía hacer era no generar ningún incendio». Confirmó que a Manu Justo y Mantilla los quitó «porque tenían un golpe de calor con fiebre y vómitos. Y todo lo que podía salir mal, salió». Admitió que «si hubiéramos hecho el 3 a 1 generas algo, pero nada».

Romo reconoció que se fue «con una emoción triste. No te gusta. Todos queríamos seguir la racha, pero no somos superhéroes. No hay varita. Esto podía haber pasado en otro momento y ha sido siendo campeones y ante un equipo que no se jugaba nada».

El míster señaló con rotundidad que «hemos jugado muy mal» y no quiso poner excusas. Y además «ellos han sido capaces de centrar y acertar con el gol. Sabíamos lo que nos podían hacer y lo han hecho». El técnico repitió una vez más que lo ocurrido «no es que no me importe, pero no voy a sacar ninguna conclusión ni positiva ni negativa».

Para acabar señaló que «es un buen momento para testarnos todos. Nos tiene que servir lo que hoy sucedió para ello. A mí el primero».

Marcos Menocal

Más de uno si hubiera podido elegir habría entrado al campo en el descanso. Extrañados se miraban los cien aficionados del Racing en la grada del Ciudad de Tudela cuando en el minuto veinte su equipo perdía 2 a 0. En uno de los fondos instalaron su cuartel;pancartas de Ramales, Nukleo Asón, Santoña y un Lábaro cántabro decoraban las vallas marcando el territorio. «Lo que hubiera sido esto si el Racing se hubiera jugado el ascenso», lamentaba uno de los directivos del Tudelano en el palco, donde Víctor Diego representaba al club y aguantaba el chorreo viendo el resultado impropio. Más de veinte grados de temperatura y un viento que se agradecía a rachas soportó el centenar de racinguistas al que el campeonato y las celebraciones de la semana no les frenó, aunque su equipo esta vez no les dio ninguna alegría. «Un día malo», decía Juani, cuando se aproximaba al autobús con el que la peña de Nukleo Asón se desplazó a Tudela. Ni protestaron. Aunque por dentro no le gustara a nadie lo que había visto, pero... En el fondo se lo esperaban.

Lo mejor de un día como el de este sábado fue el pasillo que el Tudelano le hizo al Racing al inicio del partido. Hasta ahí, los de Romo dieron la talla. Luego fue otra historia.

Merecen un monumento los que ayer se fueron hasta Tudela a sabiendas de lo que podía ocurrir. «Soy de Colindres, vivo en Zaragoza y me he venido. Hemos comido bien y hemos visto a estos», explicaba un racinguista en el exilio que se estrenó en el peor partido de su equipo del año. Una casualidad.

«¡Que sí, que vamos a ascender!», se escuchaba con vergüenza torera en las gradas del estadio. Al finalizar el encuentro, el equipo arrastrando los pies se fue hasta el fondo donde los racinguistas voceaban y les aplaudió en señal de agradecimiento y con un poco de reparo. «No habéis jugado nada», recordaba con excesiva sinceridad el empleado de la sala de prensa, ubicada en un colegio con piscina anexo al campo. Bingo. Un día malo. Muy malo, pero ya está, ya pasó. Quedan tres.

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