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En el José Zorrilla al Racing le han pasado cosas extrañas. Tales como que su presidente y propietario se acreditase como fotógrafo para hacer las labores de entrenador junto al banquillo con un peto naranja. En Valladolid, incluso, anotó un gol Sigurd Rushfeldt, uno de ... los fichajes más caros de la historia del club cántabro. Es curioso, porque de los cinco tantos que marcó el noruego en dos temporadas como verdiblanco el Racing no ganó ni un solo partido. El delantero que vino del frío dejó helados a todos en Santander. Otros llegaron desde zonas más cálidas, como el presidente blanquivioleta, Ronaldo Nazario, o su amigo y técnico del Promesas, Julio Baptista. 'La Bestia', con su equipo penando por la parte baja de la clasificación, ayer se comió a Guillermo Fernández romo y los suyos cual lobo huargo hambriento. El partido fue un horror. Tiene poco resumen. Vaya traca, Hulio.
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Quizá fue para protegerlo del frío en el 'estadio de la pulmonía' o porque para luchar más allá del nevado muro de la Cordillera Cantábrica prefirió mandar más guerreros y menos hechiceros. También puede ser que el míster, el sábado por la noche, en el hotel, sacase la calculadora y dijese: «Si el Dépor ha empatado en Ferrol, de Valladolid me llevo uno, divido entre las quince jornadas que llevamos y multiplico por las 23 que quedan...». Tal vez le saliesen las cuentas en un planteamiento más conservador y por eso colocó a Fausto Tienza e Íñigo en el doble pivote, con Borja Domínguez por delante. Eso dejó sin sitio sobre el césped a Pablo Torre. Esta vez el cansancio no era la excusa. Quien sí tuvo por fin su oportunidad fue Marco Camus en el extremo izquierdo. Merecida. Lo que está claro es que al entrenador, a eso de las 12.32 del domingo, ya no le cuadraban los números.
planteamiento
Fue precisamente Camus el primer asistente del choque. El guion era el habitual. El equipo blanquivioleta jugueteaba por el centro del campo. Sin mala intención. Donde el Racing deja hacer a sus enemigos. Soko se había marchado fácil unos minutos antes, pero se tropezó consigo mismo y no fue capaz de centrar. El cántabro fue más hábil y su balón al área lo remató de volea en el primer palo Cedric. Se marchó fuera. Lo importante era el susto. En el otro extremo, Víctor Narro enganchó una pelota perdida en la frontal y su duro disparo le calentó las manos a Parera en su estirada.
VALLADOLID B
Samu Casado, Sergio Nieto, Mikel Carro, Paulo Vitor (Dali, min. 78), Moha (Fran Rivera, min. 84), Víctor Narro, Amoah, Saturday, Lucas Rosa (Apa, min. 78), Arroyo (Alemán, min. 84) y Chuki (Maroto, min. 63).
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RACING
Parera, Unai Medina, Simón, Pol Moreno, Satrústegui, Íñigo Sainz-Maza, Fausto Tienza (Pablo Torre, min. 46), Borja Domínguez (Sergio Marcos, min. 57), Soko (Manu Justo, min. 80), Marco Camus (Álvaro Bustos, min. 57) y Cedric (Harper, min. 67).
Equipo arbitral: Collado López (Castellano-Manchego), asistido en las bandas por Grande Rabadán (Castellano-Manchego) y López Aranda (Andaluz).
Goles: 1-0, min. 32: Mikel Carro. 2-0, min. 46: Víctor Narro. 3-0, min. 52: Arroyo.
Amonestaciones: Amarilla a los local Paulo Vitor, Dali, Lucas Rosa y Chuky y a los visitantes Parera, Harper, Íñigo Sainz-Maza, Pablo Torre y Borja Domínguez. También al preparador físico del Racing.
Incidencias: José Zorrilla. Césped en buen estado, en una jornada de sol y nubes pero muy fría y ventosa.
El Racing se dio cuenta de que por las bandas podía hacerle daño a su rival. Un centro de Simón lo cabeceó Cedric con muy poco acierto. Y otro balón al área de Camus lo despejó por encima del larguero Amoah cuando el delantero racinguista tenía la caña en ristre. A Guillermo Fernández Romo, que es un tipo tranquilo, le gusta que no pasen muchas cosas en los partidos. Esta vez no iba a tener suerte y la falta de ambición inicial le pasó factura.
Se quejaba –como en la temporada de Iván Ania, cuando el abulense dirigía al Mirandés– el sábado el entrenador del Deportivo, Borja Jiménez, de que ante el Racing de Ferrol le había tocado un árbitro cántabro, quien, por cierto, le anuló un discutido tanto a los de A Malata. Una internada por la derecha de Víctor Narro terminó con penalti a favor de los pucelanos. Muy protestado, pero tampoco había marcha atrás. Parera detuvo el remate y en su salida arrastró al delantero. Para el juez, que tenía ganas de quitar el frío, fue suficiente. Mikel Carro transformó el lanzamiento. Aparecieron nubarrones grises sobre Zorrilla para tapar un sol que, vista la temperatura, parecía pintado.
El planteamiento del técnico racinguista se fue a esparragar. Y algo tenía que cambiar, porque tras el tanto el Racing no sólo no logró acechar la meta local en busca del empate, si no que los dos acercamientos más reseñables fueron a la portería de Miquel Parera. Un centro de Paulo Vitor que tocó en la pierna de Unai Medina botó, envenenado, en la parte superior de la red. Y otro balón lateral se paseó por delante del arco verdiblanco tras una mala salida del propio Parera. A la tercera, chicharro. Ayer en la sede de Footters se colapsaron las líneas. Los rivales del Racing empezaron a llamar por teléfono para pedir que todos los partidos del equipo cántabro se pongan los domingos a mediodía (León, Barreiro...). Los verdiblancos están mejor en misa que sobre el terreno de juego. En una contra, Pol Moreno se cayó al suelo ante Arroyo y el delantero habilitó a Víctor Narro, quien solo ante la portería, fusiló para hacer el segundo.
Ahora, con 0-2, a Guillermo Fernández Romo no le quedó más remedio. En el descanso mandó a Pablo Torre calentar. El chaval entró al campo y en su primera asociación con Cedric, el nigeriano, a la media vuelta, buscó la escuadra. Samu Casado voló para despejar a córner. Desde la esquina, el balón le cayó en el segundo palo a Pol Moreno. Al catalán se le hizo de noche. Cuando quiso rematar, ya tenía dos tíos encima.
polémica
Con el Racing presionando alto y desesperado por buscar la remontada, en defensa el desorden era cada vez más notorio. Y la cosa no podía acabar bien. Cuando falla hasta Pol Moreno, el futbolista más regular de este equipo, es que el fallo es multiorgánico. Arroyo dejó en vergüenza al central catalán, que parecía cojo corriendo detrás del delantero pucelano. Con el zaguero fuera de combate, el ariete sólo tuvo que ponerla por encima de parera. 3-0. A Íñigo Sainz-Maza se le rompió el pantalón y se quedó como el Racing: con el culo al aire.
Lo peor de todo es que prácticamente no pasó nada más. El equipo de Romo fue incapaz de hacerle cosquillas a su rival. Dos centros peligrosos de Pablo Torre y Simón que despejó con apuros Samu Casado, una falta lanzada al medio por Pablo Torre y un cabezazo blandito de Soko a las manos del portero fueron lo más parecido a una ocasión de gol . Ah, bueno, y un intento de media chilena de Harper que salió regular. Quizá por eso Baptista dio entrada a Fran Rivera, para rematar la faena. Ya en el añadido, Pol Moreno remató fuera en el área pequeña. Si es que no, es que no.
Lo del Racing ya no es que juegue bonito o feo. Es esa bipolaridad constante que tiene en un sinvivir a su parroquia. Si en Zamora «que sí, j..., que vamos a ascender», ayer, en el José Zorrilla, de vuelta a la tristeza, a la desconfianza. Porque la imagen racinguista en Valladolid, como anteriormente en León, no deja otra cosa más que preocupación. Fuese o no fuese el penalti del 1-0, esto no puede suceder.
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