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Si el Racing no es el Racing, pierde. Parece una frase vacía, pero no lo es. Lo explicaba el propio José Alberto López tras la derrota en el Carlos Belmonte. Para ganar, su equipo debe ofrecer su mejor nivel. No es tan superior a los ... rivales. Y mantener una intensidad que no tuvo en su visita a Albacete. El entrenador lo explicaba al final del partido en un análisis que coincidía con la sensación que dejaron los verdiblancos en su hinchada.
«No hemos estado al nivel al que solemos estar y así es muy difícil ganar, y más fuera de casa», comenzaba explicando el asturiano, consciente de la metamorfosis a peor que experimentaron los suyos conforme avanzaban los minutos. «Hemos entrado bien al partido y de hecho pudimos adelantarnos, así que creo que en los primeros 45 minutos fuimos ligeramente superiores, pero en el segundo tiempo fuimos inferiores. Tras el descanso el Albacete salió con más intensidad y nos puso en dificultades. Tampoco con un dominio apabullante, pero daba la sensación de que ellos jugaban más en nuestro campo y generaban más peligro, mientras que nosotros fuimos incapaces durante todo el partido». Así se gestó el primer tanto y así sentenciaron los manchegos cerca del final.
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Sergio Herrero
Aunque el gol de Fuster, el que verdaderamente desequilibró el duelo, fue un «infortunio», el ovetense no ponía excusas. «El primer gol es un infortunio, que no inmerecido, porque el Albacete salió bien al partido», reconocía. El resumen era así muy sencillo: «Para ganar tenemos que estar a nuestro mejor nivel y hoy no lo hemos estado», máxime cuando «el Albacete es un equipo siempre reconocible, con identidad y muy buenos jugadores. Lo raro es verle en los puestos en que está ahora».
También dio explicaciones sobre el tiempo que se tomó para hacer cambios y tratar de reaccionar en un partido que a su equipo se le escapaba. «Quería ver cómo respondía el equipo al gol del Albacete.Acabábamos de encajar y a veces, cuando quieres mover ficha, hay más desajustes y te puedes ir más aún del partido. Queríamos que ese resultado se asentara, ver cómo respondía el equipo y a partir de ahí tomar decisiones».
Confirmó, por último, lo que ya se sabía: que la suplencia de Íñigo Vicente, que no jugó ni un minuto, se explica por sus problemas físicos. «No ha podido jugar. Lo hemos intentado hasta el calentamiento, pero no se sentía bien, y si el jugador no se encuentra bien no tiene sentido forzarle y exponerle. Lo primero es su salud, independientemente de que sea un futbolista importante para nosotros», reflexionaba.
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