La Federación solicitó el partido de España sin contar con el Ayuntamiento ni el Racing

«La noticia la dieron en febrero el presidente, Miguel Ángel Revilla, y el presidente de la Federación Cántabra, José Ángel Peláez, sin contar para nada con el Ayuntamiento, y desconocemos si con el Racing tampoco», señala la nota. El club verdiblanco ha optado por un perfil bajo en la polémica, pero su impresión es la misma.

«Nos enteramos de la noticia por los medios de comunicación y hace apenas quince días Peláez se puso en contacto con la alcaldesa, pero ya no se cumplían los requisitos exigidos por los técnicos de la UEFA», continúa el comunicado municipal. No entendemos –añade– cómo el Gobierno de Cantabria y la Federación Cántabra de Fútbol han osado a disponer de un campo que no les pertenece sin conocer la situación en la que se encuentra y sin ponerse en contacto con el Ayuntamiento para saber si podía ser posible que se disputase».

El episodio no supone solo la pérdida de un partido internacional, con el menoscabo de la imagen y la pérdida de la repercusión económica. La renuncia supone también un perjuicio para el Racing, arrendatario del edificio, y el Ayuntamiento, su propietario, dado que según ha podido saber El Diario Montañés la Federación Española se había ofrecido a sufragar algunas mejoras valoradas en decenas de miles de euros).

Tras las vistas de la inspección de UEFA y federativa, la RFEF se había comprometido (verbalmente, no por escrito) a instalar una nueva zona mixta en uno de los sótanos del estadio, actualmente en desuso, y a reponer asientos en las zonas más deterioradas. Estos eran dos de los principales problemas –en especial el de las localidades– que presentaba el campo y que motivó el informe de la UEFA después de las dos visitas efectuadas.

Tampoco convencían las características de la zona mixta, pero para esto fue la propia RFEF, según fuentes verdiblancas, la que ofreció la solución: instalar una nueva en las salas del sótano, bajo la esquina suroeste.Allí ya existe una puerta habilitada para el acceso subterráneo (junto al enrejado que permite ver el césped desde esa esquina y que se utiliza para la jardinería), y una serie de salas, ya tabicadas con pladur, que la Federación se ofrecía a acondicionar en una obra que, de haberse llevado a cabo, el Racing aprovecharía.De hecho, el plan de reforma integral de los Campos de Sport contempla la zona mixta en esa planta sótano, con lo que se presentaba la oportunidad de acometer una mejora financiada por un tercero.

Al margen de la ayuda que pudiera aportar la RFEF, el planteamiento federativo era sufragar al menos parte de la inversión con las nuevas entradas que se podían haber vendido vender con el incremento de aforo que suponía la reparación.

Aun así, si por algo ha caído mal la noticia de la renuncia en el Racing es porque su interpretación del informe de la UEFA es otra. A finales de mayo visitaron el estadio los técnicos de la UEFA, acompañados por los de la Federación Española, y observaron las diferentes carencias, pero no emitieron estrictamente un informe negativo, sino que impusieron una serie de arreglos y mejoras. Incluso los vestuarios, pese a su deplorable estado, pasaron el corte, pero no así el estado de ciertas localidades.

Sin embargo, no se actuó de inmediato. Entre otros motivos porque los periodos de licitación pública son innegociables, pero al margen de eso no se informó oficialmente al Ayuntamiento de Santander sobre las mejoras que se debían efectuar para acoger el partido hasta principios de este mes de junio. Era entonces cuando se disponía del informe, pero la normativa UEFA ya era conocida cuando hace meses se solicitó el partido, y cuando posteriormente se concedió.

Muy distinta es la perspectiva federativa, que interpreta que se pierde una oportunidad por motivos ajenos a ella. «Estamos tristes porque no es fácil traer un partido internacional, y mucho menos uno clasificatorio para la Eurocopa, pero tenemos que ser consecuentes con la situación del estadio y pese a voluntad política que había de solucionarlo no iba a ser posible llegar en plazo. A pesar de la tristeza y desilusión, no nos queda otra que aceptar la situación y esperar que lleguen tiempos mejores en el estadio e intentar traer en un futuro próximo a nuestra selección, que tantos éxitos está cosechando en los últimos años», explica el presidente de la FCF, José Ángel Peláez.

El Racing, por su parte, ha optado por eludir la polémica. Consciente de que es el arrendatario de un edificio cuyo mantenimiento corresponde al propietario y que tampoco es el organizador del evento, considera que no es un actor protagonista.

Sin embargo, se ha visto involucrado no ya por la falta de mantenimiento a la que se sometió al estadio durante décadas, sino también porque el verano pasado, cuando se anunciaron los precios de los nuevos abonos de temporada con una significativa subida –también se había ascendido de categoría–, su presidente, Alfredo Pérez, señaló que era necesaria, entre otros motivos, para la reparación de los asientos. Algo que no sucederá hasta el curso que comienza este 1 de julio y se hará, además, con cargo a las arcas municipales, donde ya se ha ultimado el proceso de licitación.

Así las cosas, si se cumplen las previsiones, en menos de un año todos los asientos de los Campos de Sport estarán sustituidos, pero nunca a tiempo para albergar el partido internacional del 8 de septiembre. Porque, y aquí coinciden todas las versiones, cuando se hizo la comunicación oficial a la Casona ya era tarde. En el terreno de la hipótesis queda si la RFEF estaba dispuesta a asumir todo el importe de las sustituciones imprescindibles o si se disparaba el presupuesto.

La secuencia de los hechos ha sido la siguiente: La Federación Cántabra de Fútbol solicitó acoger un partido oficial de la selección española con motivo de su centenario. Acto seguido se lo comunicó a la directiva al Racing con la confianza de que se concediera. Cuando así fue, se anunció públicamente y se le volvió a transmitir al club. La noticia se hizo pública –como antes la solicitud– y el Ayuntamiento de Santander tenía constancia de ello a través de los medios de comunicación, pero no fue hasta principios de este mes cuando se hizo de modo oficial y formal.

Para entonces ya no era posible subsanar las principales deficiencias (la clave son los asientos, puesto que las demás se considera que podían ser salvables) antes de la fecha límite del 30 de julio que establece la UEFA. Voluntad política había. Interés del Racing, también. Pero no tiempo. La Federación había hecho con éxito todos los trámites, pero los terceros implicados no tenían margen de actuación. Y el Racing no había reparado las principales deficiencias en los asientos en el plazo anunciado inicialmente. Entre todos, dejaron la casa sin barrer.

Muy dura y explícita se ha mostrado la Asociación de Peñas del Racing. «Resulta claro y manifiesto que –los Campos de Sport– son un peligro para la seguridad de las personas. Incluso para un partido de la selección española contra Chipre en septiembre no hay tiempo suficiente para llevar a cabo las intervenciones necesarias», señala en un comunicado.

«Todo indica que los Campos de Sport estarán en la misma situación en la que terminaron la temporada anterior o incluso peor. Además, se llevarán a cabo dos conciertos que llenarán las gradas y deberemos cruzar los dedos para que no ocurra ninguna desgracia», reflexionan las peñas.

«Entendemos que existen plazos que se deben cumplir en el ámbito administrativo, y que es lo que la ley exige para evitar responsabilidades, pero «al igual que se deben cumplir las leyes y regulaciones en materia de contratación pública, también las normativas de accesibilidad, seguridad, evacuación, y muchas otras que los Campos de Sport incumplen».