Sin gol no hay paraíso

Los cántabros marcaron su último gol el 16 de noviembre ante el Burgos en un partido del que salieron poco menos que en los altares. Fue un día en que el Racing se puso más líder que nunca, con diez puntos sobre el Oviedo, segundo clasificado, y once sobre el tercero, el Sporting de Gijón. Era con 25 goles, el máximo goleador de la categoría, tan solo superado por el Almería (29), y el que menos encajaba (12). Además, los dos tantos los anotaron un lateral, Marco Sangalli, que aprovechaba su oportunidad tras la lesión de Michelin, y un central, Javi Montero, que se estrenaba. Sin embargo, durante aquella semana la actuación del Racing no dio que hablar por la eficacia goleadora, pues ya no era noticia, sino por el cambio táctico defensivo que protagonizó la famosa línea del fuera de juego. 'Hasta en doce ocasiones cayó el Burgos', decían los papeles. Y desde entonces, la dichosa línea defensiva se comió el gol, como al invierno el lobo –permítase la expresión–. Ojalá sea así, ya saben ustedes.

A partir del ahí, el Racing no fue capaz de hacerle un gol al Málaga en La Rosaleda (0-0), al Mirandés (0-1), Granada (3-0) y Huesca (0-1). Cero goles por cinco en contra. Malos números. Realmente malos.

El Racing ha pasado de ser en tan solo un mes el segundo equipo que más anotaba al noveno, superado por el Almería (35), Oviedo (28) y Levante (29), todos ellos en los puestos de ascenso y play off, respectivamente. El cambio táctico en defensa surtió efecto de manera rápida, sin apenas ensayarlo mucho, pero no le ha debido convencer del todo al cuerpo técnico que este domingo regresó a sus orígenes, dio dos pasos atrás y decidió tirar la famosa línea un poco más retrasada. A pesar de ello, el resultado fue el mismo, aunque en esta ocasión, frente al Huesca, el gol de la derrota no se debió a que los rivales sorprendieran a los zagueros, sino que fue 'uno de los suyos', sin querer, el que en un fallo puntual regaló el partido a los oscenses.

Así las cosas, la pólvora del Racing se ha mojado. Los futbolistas que marcaban la diferencia y que, incluso, firmaban registros muy por encima de sus propio pasado se han quedado sin puntería. «Volveremos a marcar porque nuestros jugadores son muy buenos», afirmaba con rotunidad José Alberto en la previa del duelo contra el Huesca. Y no hay duda de que esto no se olvida como los Reyes Visigodos que uno se aprendía en el 'cole' de memoria. Por la tarde, merendando, ya no se acordaba uno de quien seguía en la saga a Leovigildo. No es así. Pero no hay duda de que Andrés Martín firmó siete goles en las catorce primeras jornadas, precisamente antes de llegar el duelo con el Burgos, unos datos que le colocaban entre los cinco mayores artilleros del campeonato y desde entonces... Agua. Sus goles fueron determinantes en la consecución de diez puntos de su equipo. Sus actuaciones propiciaron que LaLiga le eligiera como el futbolista más valioso en el primer mes de la competición. Nunca antes desde que es profesional había anotado tantos goles y mucho menos en un espacio tan corto de tiempo. Pero... Ha caído en un bache. Mes y medio sin ver puerta.

Lo de su compañero de faena, Juan Carlos Arana, va un poco más allá. Anotó en la primera jornada de Liga, como Andrés Martín, y su gol junto con el del sevillano, contribuyeron a empatar ante el 'coco', el Almería. Después anotó otros tres tantos, frente al Tenerife (0-1), Cádiz (0-1) y Deportivo de La Coruña (1-2), los tres fueron tan decisivos que le dieron la victoria al Racing en todos ellos. Es decir, el canario fue decisivo en otros diez puntos. Y fue entonces cuando en la jornada 12, su punto de mira se movió. Arana ha sido sustituido en todos los partidos desde entonces y su carácter bravo y autocrítico se han dejado notar camino del banquillo. Su impotencia es la del Racing. En el caso del delantero prácticamente suma dos meses sin marcar, aunque en su descarga, sirva de atenuante que tres semanas se las pasó lesionado de la rodilla.

Para terminar, el tercer tenor, Íñigo Vicente. No es protagonista por su capacidad goleadora, nunca lo fue, pero su última diana fue el 13 de octubre ante el Levante, en la jornada 9. Lleva dos, y más allá de los goles, su versatilidad y visión de juego le han convertido en uno de los futbolistas referencia de Segunda División y LaLiga le dio la misma distinción que a su compañero Andrés Martín en el mes de octubre. En ese mes anotó, asistió y se salió. Desde entonces, la misma canción. Su juego ha perdido lustre. Los tres futbolistas más determinantes del campeonato han frenado en seco su aportación ofensiva y el estilo del Racing, muy condicionado por ellos, casi ha quedado aparcado.

Lo preocupante es que en el Racing lo de no ver portería ha sido algo general y de repente. Pese a que ellos tres acaparaban prácticamente la mitad de los goles del equipo, la repartición de los tantos había sido la más democrática que se recuerda: Michelin (2), Sangalli (2), Javi Montero (1), Aldasoro (1), Pablo Rodríguez (2), Suleiman (1), Lago Junior (1), (1) y Ekain (1). Tan dividido y llamativo estaba el reparto que los cántabros eran el único equipo español –y casi Europeo, al menos de las Ligas importantes– cuyos laterales derechos, el titular y el suplente, llevaban ambos dos goles cada uno. Inédito. De todo ello hace ya más de un mes. Pero queda mucho y hay tiempo para levantar cabeza.