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«Gracias por salvarme la vida». Ni más ni menos. No se puede decir tanto y tan rápido con menos palabras. Tan rápido como actuó el doctor José Antonio Fernández-Divar, y sin hacerse esperar como lo ha hecho Juan José Fernández, de 58 años, ... natural de Camargo, y abonado número 13.535 del Racing. Esta mañana se presentó en las Instalaciones Nando Yosu, para agradecer al galeno su intervención en los Campos de Sport cuando sufrió una doble parada cardiorrespiratoria en el partido frente al Elche. Inexplicablemente, el juego no se detuvo, pero Divar actuó y le salvó la vida.
«Quiero agradecer lo que ha hecho. Sin él ahora mismo no estaría yo aquí», admitía un hincha al que el corazón le dio un susto mayúsculo. El médico del Racing le dio una nueva oportunidad y al pie del campo 1, el que lleva el nombre de Santi Gutiérrez Calle, se vieron de nuevo en La Albericia. Lo tenían pendiente: «Al día siguiente ya hablamos cuando estaba en el hospital y quedamos en que en cuanto pudiéramos nos veíamos y nos dábamos un abrazo», recuerda Divar.
«Estamos muy contentos de vernos otra vez», decían ambos. La sonrisa de José Ángel Fernández era la mejor noticia en un entrenamiento intenso y con un grado de motivación extra que se vivió en La Albericia. El aficionado, sensiblemente emocionado, apareció en la sesión verdiblanca y esperó pacientemente, disfrutando, a que acabase para poder charlar con su salvador. Casi con seguridad, mientras presenciaba la intensidad con la que se ejercitaban sus jugadores, por su cabeza pasó varias veces aquella tarde en la que se sintió indispuesto. Apenas quedaban unos minutos para que finalizase el partido entre Racing y Elche y su corazón comenzó a golpetear azorado hasta que dejó de hacerlo. La veloz reacción de sus compañeros de grada facilitó que Fernández-Divar se diera cuenta pronto de que algo ocurría.
Agarró el desfibrilador y se fue hasta la zona de la Preferencia Sur donde José Ángel estaba postrado. «Estaba perfectamente colocado. Quienes estaban allí supieron manejar la situación. Pero sí; era grave», admite el médico.
Una doble reanimación a base de masaje cardíaco logró estabilizar al enfermo, que fue trasladado urgentemente al Hospital Valdecilla. Mientras, el partido se seguía jugando fue otra ambulancia –no la más cercana, que se encontraba en el campo– la que se encargó de llevarlo. «Todo salió bien», se felicita ahora Fernández-Divar. Que si el protocolo, que si el ritual que se debe cumplir... Quizá haya tiempo de darle una vuelta y de unificar criterios más adelante; lo importante es que este martes se han podido estrechar en un abrazo sentido.
Al término del entrenamiento, José Ángel recibió una camiseta con un corazón grabado –fruto de una campaña de concienciación que puso el club en marcha– de manos del capitán, Íñigo Sainz-Maza, ese a quien también inexplicablemente expulsaron cuando, ya desde el banquillo tras ser sustituido, preguntaba al delegado de LaLiga por qué no se paraba el juego en el campo. «Estamos todos contentos. José Ángel está bien y eso es lo que realmente importa. El fútbol no deja de ser un deporte pero la vida es lo que sí importa», reflexionaba el del Ampuero, a quien González Esteban convirtió involuntariamente en protagonista aquella tarde.
El resto de jugadores del Racing se fueron acercando camino de la ducha por donde se encontraba este camargués, a quien ahora le hace falta sosegarse, por lo que trata de disfrutar de su club de un modo más tranquilo. No parece que el final de la Liga vaya a ser para dormir a pierna suelta, pero para este racinguista es una obligación.
La camiseta que le entregaron no es una cualquiera. Es con la que el capi actuó frente al Mirandés este sábado, con ese corazón serigrafiado relacionado con la campaña de RCP realizada por el Racing, su Fundación y la Fundación Española del Corazón en colaboración con la Gradona de los Malditos. Una forma de cerrar el círculo.
«Me encuentro bien y el día del Zaragoza no voy a faltar», avanzaba José Ángel mientras el doctor añadía con una sonrisa: «Vete al campo, pero no te pongas nervioso», le contestaban. El capitán le mandó un mensaje esperanzador: «Tranquilo, que vamos a conseguir clasificarnos para el play off».
El visitante ilustre del día a las instalaciones del club aprovechó para desear éxito al equipo que a veces le altera el sentimiento. «Veo posible no solo el play off, sino el ascenso directo, porque los jugadores están en un gran momento y da gusto ver el ambiente que hay en los Campos de Sport en cada partido». Pero la mejor noticia no es esa, sino haberle tenido en La Albericia.
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