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«Es distinto. Y lo es porque no sólo te influye a tí. Hay mucha gente implicada. Todo aquel que te ve, te para y te dice qué, ¿cómo lo llevas?», aseguraba el presidente del Racing, alfredo Perez, ayer cuando bajó a recibir a una ... de las primeras expediciones de afcionados, amigos y consejeros que acababan de aterrizar en Palma de Mallorca. «Tenemos ganas. Y tenemos mucha ilusión», añadía. Aún se sorprende por lo que supone ser el máximo mandatario de un club como el verdiblanco. «El viernes, en la Fedearción Española, varios presidentes de equipo me pedían el teléfono para felicitarme el domingo... Al Racing se le quiere», sentenciaba. No se emocionaba porque tendrá tiempo para ello hoy –si todo sale bien–, pero en sus ojos se adivinaba el orgullo.
Con otro semblante, como si se estuviera comiendo él solito todo por dentro, aparecía Pedro Ortiz, el vicepresidente, más futbolero –al menos de partida– que su 'compañero de fatigas', pero que no paraba de saludar a unos y a otros. Los que le conocen saben que siempre es así. Que no exterioriza todo lo que siente, pero el fútbol le va a demostrar que es imposible. Hoy será el día indicado. En la recepción del hotel no había sitio para nadie que no fuera racinguista;algunos inquilinos pasaban con la toalla amarrada a la cintura y se quedaban ojipláticos con todo el bullicio que allí se palpaba. Tuto Sañudo conversaba con José Ángel Peláez, presidente de la Federación Cántabra de Fútbol, que pese a tener compromisos federativos no se podía perder este evento.. «Ya estuve aquí hace un año exáctamente, con la Gimnástica, y salio todo bien.Esperemos que volvamos a tener suerte», admitía.
Entre ello, los cerca de cuarenta aficionados que salieron agraciados en el sorteo de entradas que el club organizó el pasado miércoles y que decidieron completar el paquete del viaje. «Es un lujo», decían algunos. Y Miguel Gándara, el canterano que en agosto se quebró la rodilla y que casi diez meses después está más nervioso que nadie. «Ójala consigamos lo que nos merecemos después de una temporada muy buena», señalaba. Y los anteriores consejeros, Miriam Peña y Juanjo Uriel, dos protagonistas de una historia reciente y dos culpables –en su medida– de que el Racing siga vivito y coleando. Sus otros dos compañeros, Manolo Higuera y Víctor Diego, llegaron en la segunda oleada, la que aterrizó en Palma de Mallorca por la tarde, y en al que también arribaron los diferentes medios de comunicación de Cantabria, el secretario del club, David González Pescador, familiares de jugadores, y algún que otro aficionado que no entró en la primera expedición. Y otro pequeño grupo de los que se acercará hasta Son Malferit sin entrada para acceder al estadio.
Ese último grupo aterrizó en el aeropuerto internacional de Son Sant Joan a eso de las 19.45 horas. En el mismo avión en el que viajaba un futbolista de Primera División, Miguel Ángel Moyá, portero de la Real Sociedad. El optimismo fue la nota positiva durante todo el trayecto. «Si no confiase en que vamos a ascender ni siquiera habría venido», comentaba uno de los aficionados.
En principio, todos ellos podrán acceder al pequeño Son Malferit. Todos tienen una de las más que escasísimas entradas. Otros tantos no tendrán tanta suerte. Ayer también llegaron diferentes peñistas. Muchos de ellos, con la fidelidad que les caracteriza buscan un vuelo para estar presentes en el partido antes de que el Atlético Baleares hiciera público que tan solo habría 150 localidades al alcance de la afición verdiblanca. Pese a la lejanía del desplazamiento no son más que pecata minuta para una afición que ha dado sonoros ejemplos de ser única. Se calcula que alredeor de 30 seguidoes de Juventdes Verdiblancas y no menos de quince de los colectivos de Ojáncanos y Concanos tratarán hoy de buscar el mejor acomodo para seguir el partido. En el estadio no hay sitio para más. Serán 1.700 personas las que tengan acceso, entre ellos 66 periodistas, incluyendo dos medios de comunicación alemanes que dada la procendecia del presidente balearico han solictado su acreditación. A los profesionales se les colocará en una esquina de la grada, junto al público. Los seguidores del Racing en uno de los fondos. En el otro no hay grada, sólos los vestuarios.
El parido lo televisan, lo que permitirá a los incondicionales que no puedan acceder verlo, aunque lógicamente de un modo descafeinado. Ayer, a última hora aún no habían decidido el lugar donde se colocarán. Todo indica que cerca de Son Malferit para estar cerca cuando todo termine.
Ayer pululaban de manera desperdigada por Palma de Mallorca. Al hotel de concentración del Racing tan solo acudieron por la mañana, por la tarde respetaron el descanso de los jugadores. También aquellos que sí gozan del privilegio de tener una localidad, que se hospedaron en otro lugar, y tampoco quiseron molestar a la plantilla.
Nadie quería oír hablar de los preparativos o de lo que se puede avecinar si el Racing es capaz de dejar hoy en la cuneta al Atletico Baleares. Nadie quiere adelantarse, pero quien más o quien menos sueña con trasnochar en torno al Ayuntamiento de Santander. Como en las mejores noches. Esta puede ser una jornada muy larga. Larguísima. Cuanto más tiempo se extienda, mejor señal será, porque querrá decir que hay algo muy importante que celebrar. Lo que el racinguismo lleva esperando desde hace cuatro eternos años.
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