Esto es Hollywood

Hubo, cómo no, un momento de nervios; si no, elRacing no sería el Racing. Llegó cuando el reloj arañaba el minuto 92 y los cántabros mandaban cómodamente 0-2. Se encontraron entonces un tanto de Javi Martín que hizo despertar fantasmas, en concreto los de Elda, pero el azulgrana había marcado con la mano y para despejar cualquier duda Ekain sentenció acto seguido con un tercer tanto que consolidaba los anteriores de Nieto, en propia meta, y Arana. El único espectro que recorre ya la Liga es el del racinguismo.

Llegaba la expedición verdiblanca feliz, segura de sus posibilidades, en uno de esos partidos en los que se activa la alerta roja por riesgo de paparda. No había ni que mentarla: La primera norma del club de la paparda es que no se habla del club de la paparda. Al contrario, JAL reservó al regresado Peque y a Andrés. El director maneja tan bien la puesta en escena que ya es capaz de armar una historia resultona sin necesidad de muchas estrellas que adornen el cartel.Además, quería pólvora en el banquillo para romper el partido en el segundo tiempo ante un Huesca muy arregladito atrás, con las líneas bien prietas y sus cinco defensas.

Así arrancó el partido, con el Racing a lo suyo. Ordenadito. Con posesión y sin sufrir. Claro que tampoco creaba gran peligro. A los diez minutos probó Iván Morante, pero le salió un drop. Eso era todo en un primer tercio un partido soso; maravillosamente aburrido, en el que no tenía problema para ceder en ocasiones el balón a los locales. A veces demasiado, como cuando Ezkieta tuvo que estirarse para sacar sobre la base del poste un disparo de Kento.

Eso y un par de córners era todo el bagaje ofensivo local en el primer tiempo. Mucho circular y poca finalización hacen del Huesca un equipo aburrido y el Racing sabe esperar, sobre todo cuando juega lejos de los Campos de Sport. Esperando a madurar al rival, pero poco reconocible, casi olvidando sus conceptos de juego ofensivo, y el concepto es el concepto y ya se sabe lo que ocurre cuando el Racing no juega a lo suyo.

Dejaba destellos Íñigo Vicente, pero sin finalización, y un slalom perfecto con pase nefasto de Lago Junior eran todo el bagaje ofensivo una vez superada la primera media hora. Se desperezó el Racing, pero, como antes el Huesca, sin profundidad; sin disparar.

Hasta que de pronto reapareció el Mago de Derio con un nuevo truco en forma de asistencia. No de gol, porque su centro vertical lo recogió un Arana que se topó con los buenos reflejos de Andrés Fernández. Muy atento estuvo Lago Junior para rematar en segunda jugada y Nieto, en el intento de despejar el balón sobre la línea, metió la pelota en su portería. Tampoco se podía culpar de nada al defensa, porque, de no tocar el balón, Mboula hubiera marcado a placer.

Sin hacer demasiado, el Racing se iba con ventaja al descanso, pero no todo era positivo. «José, tenemos un problema», le decían a JAL en el vestuario. Germán andaba tocado. No pasa nada. Que salga Rubén Alves.

Con la reanudación no cambió el decorado en lo futbolístico, pero sí el resultado. Arana marcaba el segundo en el minuto 49 rematando con la derecha tras robar la posición a Gerard Valentín, el mismo que acababa de regalar un córner innecesario. Quizá andara frío; acababa de entrar en el campo. Un gol y un tercio del otro para el canario, que ya suma trece. Con dos tantos de ventaja, el Racing sabía lo que tenía que hacer. Dar cera y pulir cera. Seguir a lo suyo, a su fútbol, ante un rival noqueado ante la evidencia de que en un partido prácticamente sin historia ya había encajado dos veces.

Trataron de reaccionar los de Antonio Hidalgo, pero los racinguistas han crecido, y mucho, en estos meses y ya saben sufrir. Sacó la defensa dos balones del área pequeña, uno casi de debajo de la portería. Nadie es perfecto. «Pues yo creo...», debió pensar José Alberto echando mano de una frase de 'Amanece, que no es poco', porque a los 58 minutos salía Peque en lugar de un gran Lago Junior. Nada de contemporizar. Si se había reservado a su Pichichi para romper el partido, José Alberto López no iba a modificar el plan. El mensaje al Huesca era claro: «Pase lo que pase, tú no sales vivo de aquí». El Racing se siente muy cómodo en el intercambio de golpes, sobre todo si ya ha hecho besar dos veces la lona a su rival.

Todavía tuvo que lucirse Ezkieta en el minuto 63 a disparo de Juanjo Nieto, que a punto estuvo de redimirse de su tanto en propia meta, pero el reloj corría a favor del Racing, como los resultados de la jornada. El empate del Elche el viernes, la derrota del Burgos en Andorra (hasta la vista, baby), la victoria del Leganés ante elSporting...

Los verdiblancos ya era cuartos en la clasificación virtual cuando Ekain e Íñigo entraban por Arana y Morante para dar oxígeno al equipo. En la banda se quedaba un Roko Baturina que tal vez se esté preguntando para qué regresó a Santander. Pero el entrenador no lo ve; lo tiene claro. Si uno que tiene que venir no viene y luego sigue sin venir, es porque ya no viene. Lo de Andrés es diferente. El míster no quiere exponerle a una nueva lesión y solo echa mano de él cuando es estrictamente necesario.

Íñigo intentó reivindicarse con un disparo lejano en el 69; un 0-3 no se remonta salvo el Eldense-Racing. Lo tuvo Peque en la bota, pero pegó mordido el abracadabrante centro vertical de Íñigo Vicente. Contestó el Huesca con un disparo con el que El Alcoraz casi celebró tras una mala salida de Ezkieta. Pero incluso cuando le van mal las cosas, aparece un 'deus ex machina', esta vez encarnado en un Rubén Alves enorme durante todo el segundo tiempo para sacar de cabeza el balón cuando ya se colaba en la portería verdiblanca.

Por si acaso, José Alberto rearmó la defensa: Pol Moreno en lugar de Íñigo Vicente. A falta de ocho minutos para el final, ya tocaba guardar la ropa y, como en cualquier buena historia, faltaba la catarsis final: el gol de Javi Martínez en el minuto 91. Subió por un instante al marcador, pero González Díaz lo anuló justamente por mano del atacante oscense. Después, anticlímax. Para desesperación de Antonio Hidalgo, el guion solo cambiaba para que Ekain, aprovechando un pase magistral de Peque –por algo le había reservado el míster–, marcara el tercero en el minuto 95. En esta recta final tampoco viene nada mal ampliar la renta de goles; no vaya a ser necesario echar mano de ella. De momento, el Racing luce un +11.

El tanto del vasco fue el huevo de pascua de un partido que ya había entrado en los títulos de crédito y en el que tampoco tenía demasiado sentido gastar más metraje. El domingo los verdiblancos tienen la opción de asegurarse el play off en los Campos de Sport frente al Real Zaragoza y ya se sabe que se está mejor en casa que en ningún sitio. Tócala otra vez, JAL.