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HHemos sabido sufrir», decía José Alberto al terminar el partido en El Alcoraz. Todo una cortesía hacia el rival, claro, porque los que de verdad sufrirían ayer serían los aficionados oscenses, frente al Racing más rocoso de la temporada. Que sí, volvió a salir al ... campo con una alineación chocante, pero a ver quién discute nada a un míster que parece el Hannibal Smith de «me encanta que los planes salgan bien».
Lo que sí pudimos sufrir los racinguistas fue de estrabismo, a fuerza de mirar de reojo lo que ocurría en otros campos. Un ojo en el Leganés-Sporting y otro en San Sebastián de los Reyes, donde el Rayo jugaba la vuelta del playoff de ascenso a 'primerarref'. Para acabar con ojo pipa, vamos. Porque el encuentro en Huesca no es que fuera de mucho brillo, lógicamente. El Racing se ha puesto el traje de jugar finales, y las finales ya sabemos cómo son: con mucha más tensión que juego bonito. Menos mal que este parece el Racing de las mil caras, y lo mismo arrolla a los equipos de toque que se bate el cobre con los que pelean en la zona baja.
Pero miedo, lo que se dice miedo, el rival no lo infundía; con un Racing mucho más pragmático que de costumbre, una vez igualada la intensidad, los que se impusieron fueron los intangibles: la calidad, la puntería... y la fortuna. Y todos sacamos la calculadora, claro. El caso es que ya durante el partido, con el marcador a favor, s los mracinguímetros empezaron a dar vueltas, desbocados: si mañana gana el Zaragoza y no ganan Amorebieta y Alcorcón, los maños llegarían aquí salvados, y vendrían casi de paseo. Y como el Villarreal B tiene muchas papeletas de empezar la última jornada ya descendido, se disparó todavía más la euforia, si es que era posible: «¿nos interesa que gane el Sporting y que no sume el Lega?», preguntaba en un chat un diputado muy forofo.
Hombre, por interesar... Pero justo entonces, en la jugada que menos peligrosa parecía, va el Huesca y la mete. No hasta el fondo, pero cuando quiso sacarla Pol Moreno, ya había rebasado la línea de meta. Un gol clarísimo... menos para el VAR. Otra vez a sufrir, nos decíamos, pero esta vez el videoarbitraje, habitualmente tan esquivo, quiso jugar a nuestro favor. Y menos mal, porque el sistema es algo molesto, con tanto parón, pero ahora que han van a ponerlo a votación en la liga inglesa, lo mismo lo acaban suprimiendo el VAR y volvemos a lo de antes, al imperio de la picardía. Porque dejar decidir ciertas cosas a los clubes es como poner a los lobos a cuidar a las ovejas.
Al final, el Sporting no nos ayudó y parece que lo del ascenso directo no va a poder ser, pero vista la velocidad de crucero que está alcanzando el Racing, la fase de ascenso promete ser apasionante.
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