¿La hora de Zárraga?

Pues bien, mañana puede llegar ese día en que Zárraga se estrene con la camiseta del Racing. «Sí, ya os dije que jugaría, pero aún no se lo he dicho a él. No he dicho la alineación y prefiero decírselo a él», admitía Ania ayer en La Albericia. El partido de mañana es el más indicado para la ocasión. Sin nada que perder, con el primer puesto garantizado, en los Campos de Sport y con quince días por delante aún para que llegue el play off. «Bueno, ya veremos. El domingo se verá», insistía ayer el asturiano. Es una cuestión de ética y de educación, en eso no hay nada que reprocharle al entrenador. Realmente será difícil que no juegue mañana, porque de no hacerlo cuando será muy complicado verle es en la última jornada y, por supuesto, en el play off.

Por todo esto, es innegable que el joven portero haya vivido esta semana de un modo más intenso.

El club hizo una apuesta arriesgada este año. Fichó a Zárraga, que como menor de 23 años le venía perfecto para cumplir con la reglamentación sobre las fichas, pero con su contratación se la jugó a que Crespo sería su titular sin apenas competencia. A que el de Viveda no sufriera ningún contratiempo. Cualquier imprevisto le hubiese supuesto un problema. Hasta el momento ha salido bien, pero queda lo más importante. Ania lanzó ayer un mensaje un tanto peregrino sobre la importancia que Zárraga ha tenido y tiene en la plantilla: «No estoy de acuerdo con quien dice que sólo tengamos un portero. A Jagoba le querían muchos equipos en verano cuando le fichamos y estoy contento con él. Estoy contento por los entrenamientos, claro, porque en los partidos aún no tuvo oportunidad de demostrarlo». Después de 35 partidos de Liga y cinco de Copa le puede llegar el día del estreno a tres jornadas de jugarse al vida.

«Estoy seguro de que cuando juegue lo va a hacer bien. El puesto de portero es muy específico; no me gusta rotarlos. Jagoba está mentalmente y físicamente preparado», indicaba el entrenador racinguista. Sus palabras transmiten confianza, en primer lugar, al propio protagonista, que después de ver cómo pasaban las hojas del calendario sin un minuto que disfrutar mañana podrá sentirse portero nuevamente. Y en segundo término al racinguismo, que suspira y no quiere imaginarse que su debut llegue de forma abrupta, en pleno play off y por obligación después de una expulsión o una lesión inoportuna del omnipresente Iván Crespo, que después de diez meses ni tan siquiera se ha resfriado.