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Los operarios se afanaban en aliviar la cantidad de agua en el campo 2 de entrenamiento. Charcos a primera vista invisibles. Pero el terreno de juego tenía agua en cantidad, que se hacía patente al 'barrerla' hacia las bandas. En el campo 1, el usual ... en los entrenamientos de los verdiblancos, esos charcos eran aún más evidentes y estaba impracticable para entrenar con normalidad.
La lluvia que lleva martilleando a la región varios días y que complica esas sesiones de entrenamiento caía también en la mañana de ayer. A rachas. En la sesión que diseñó Iván Ania, al menos respetó en la mayoría del tiempo. Un entrenamiento que fue de lo más intenso y en el que no participaron Abraham Minero, que sigue recuperándose de su rotura parcial del ligamento lateral interno de la rodilla derecha, y Alexis, que sigue con molestias musculares . De inicio, los jugadores se dividieron en varios grupos. Un balón al primer toque y carrera para volver al punto de inicio. Así durante algunos minutos para calentar las piernas. El día estaba de lo más desapacible en lo meteorológico. En uno de los pequeños banquillos que hay en ese campo estuvo el director deportivo del Racing, Chuti Molina, que presenció toda la sesión.
Después llegó el plato fuerte de la mañana. El partidillo a campo reducido once contra once. Con el partido de la Ponferradina en el horizonte del domingo, era demasiado pronto para aventurar un posible once ante los leoneses. Y más aún porque Ania mezcló los efectivos que últimamente salen de titulares en los partidos de los verdiblancos. Así, en el equipo sin peto formaban Luca Zidane, Kitoko, Moi Delgado, Carmona, Sergio Ruiz, Barral, Yoda... Y entre los que llevaban el peto de color amarillo Iván Crespo, Mario Ortiz, Enzo Lombardo, Jon Ander, David Rodríguez... Con un peto naranja, para que pudiese jugar por igual en ambas escuadras, Álvaro Cejudo. El cordobés es esencial en el esquema de Iván Ania. Antes del inicio del partidillo, el técnico asturiano recalcaba lo que quería en el ejercicio. «Intentad acabar la jugada. El objetivo es hacerle daño al rival».
Así empezaron los verdiblancos a jugar a toda velocidad. El míster asturiano no paraba de dar instrucciones. Tanto al que atacaba como al que defendía. Había que tener especial cuidado porque esos charcos de agua invisibles a primera vista hacían de freno improvisado al balón. Algún resbalón inoportuno -caso de Enzo Lombardo-, balones que se quedaban muertos y propiciaban una oportunidad de peligro... Y Ania que no paraba de dar instrucciones. «¡Pero acabad, que estoy de frente a la portería!», bramaba el técnico asturiano ante un disparo no efectuado por uno de los suyos. Karim Yoda demostró el porqué es el máximo artillero del Racing en lo que va de Liga. Al francés apenas le basta controlar el balón durante un par de metros para armar la pierna zurda. Suyo fue uno de los goles de los 'sin peto'. Al final, empate a dos tantos en un ejercicio que se saldó apenas con un pequeño susto. En una disputa de balón, Luca Zidane se hizo daño en una de sus espinillas. Al cabo de unos segundos en el suelo, se levantó sin mayor problema. Alivio para todos.
El partidillo de toda la plantilla dio paso a tres más, con grupos ya más reducidos de siete contra siete. El entrenamiento de ayer del Racing fue de lo más intenso, como intensos se prevén los que quedan y sobre todo el partido del domingo ante la Ponferradina, que ya luce como el gran punto de inflexión para Iván Ania y el Racing.
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