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El segundo día del juicio a Francisco Pernía, expresidente del Racing al que los accionistas han llevado al banquillo de los acusados, ha arrancado con un plato fuerte porque, durante el primer día, el nombre de Ana María Castanedo fue el más citado de los ... testigos que estaban por venir. Castanedo, que era la directora administrativa y gerente del club cuando el expresidente llegó al cargo, ha reconocido que existía una «cuenta de subvenciones a través de la que se destinaron a Brasil unos 400.000 euros», que servía, por ejemplo, para «ayudas a clubes pequeños».
Pero también ha hablado de que no siempre había facturas. «Había ordenamiento de pago, porque así lo ordenaba el presidente», ha especificado. Y más aún: «El señor Pernía era el único que tenía poder omnímodo. Otros presidentes tenían firmas mancomunadas», pero en el caso del que versa el juicio, «no se daba un paso sin que lo autorizase» el máximo cargo de la sociedad deportiva.
Según su testimonio, los gastos que Iñaki Urquijo (uno de los agentes que colaboraba con Pernía) pasaba del Racing Primavera «llevaban una nota explicativa», pero no el documento que justificase los desembolsos. «Si había un viaje, no estaban adjuntos los billetes de avión», concretó antes de explicar el 'modus operandi' de los pagos. «Yo se los pasaba al presidente y él era quien tenía que dar conformidad de esas facturas». «No recuerdo ningún documento de Brasil acompañando los recibos. El señor Pernía era el único que lo conocía, porque él prácticamente viajaba una vez al mes a Brasil». Lo que sí ha reconocido es que Urquijo y Juan Vergara (el segundo representante con estrecha relación con el presidente) a través de su empresa Sport Rent Consulting, «adelantaron dinero».
«No he intervenido jamás en los acuerdos del señor Pernía», ha aclarado esta mañana la exgerente ante el juez. Al tiempo, ha reconocido que «el club estaba mal siempre. Yo era la que tenía que atender todas las necesidades económicas del club. A unos les decía que no había dinero, porque no lo había. Se daban tantos pagarés…», ha señalado sobre a la perenne precaria situación económica del Racing.
También ha recalcado que ella, de Brasil, no sabe nada. «Lo único que vi fue unas fotos que me enseñó el señor Urquijo de unos muchachos, jugadores, supongo. Sé que Urquijo iba con cierta frecuencia a esta escuela. El presidente me dijo 'Ana, habla con los utilleros y prepara las ropas que han dejado los infantiles y juveniles del año anterior'. De buena fe, creo que la escuela ha existido», ha relatado. Pero luego ha añadido que solo tiene constancia de lo que contaba durante la temporada 2007-2008, ya que ese año abandonó la sociedad deportiva «por motivos de salud, dejémoslo así».
Para poner en contexto -y a preguntas del abogado de la Asociación de Exjugadores, Manuel Higuera- Ana María Castanedo ha relatado que en sus 30 de trabajo en el Racing «siempre se necesitaban brazos financieros. Hemos vividos momentos delicadísimos». Y ha aportado un dato escalofriante. Después de que el Gobierno de Cantabria se hiciese cargo de la deuda bancaria del Racing a través del préstamo de 17 millones de euros en 2006, «el 30 de junio de 2008, el desfase de tesorería, el fondo de maniobra, era de casi 14 millones de euros». «De cero a 14 en año y medio», ha reafirmado Higuera.
Cuestionada sobre la utilización de la tarjeta del club, Castanedo ha apuntado que le resultaba «desagradable decir nada que le pueda perjudicar. No quiero perjudicar al señor Pernía. Cuando he hablado de estados financieros, es porque están ahí. Pero hablar de qué hacía con la tarjeta de crédito…». Sin embargo, ha puesto un pequeño y gráfico ejemplo: «Se compró unos zapatos en Loewe en Zaragoza…».
Aun así, ha indicado que en el Racing «existía un control administrativo, como debe ser en cualquier empresa». Algo que no quiere decir que las cosas se hiciesen bien, en su opinión: «Para mí hubiese querido ser interventora independiente, como en lo público, que es quien manda y el alcalde acata lo que le diga» el profesional. A mí me han llegado facturas por correo electrónico de personas que ni conozco». Como curiosidad, la exgerente reconoció que «por razones de operatividad, y por mandato del presidente, firmé el contrato federativo de Tchité a las doce menos un minuto», para poder inscribir al futbolista antes del cierre del mercado.
Con respecto al Audi S8, Castanedo ha llevado la contraria al acusado. «Ese coche lo utilizó el señor Pernía desde el minuto uno. Ahora me entero de que se compró para Zigic», ha indicado. Y sobre el asunto del exconsejero José Campos, este «no tenía ningún contrato. Había una relación comercial», pero no contractual.
Precisamente al finalizar el juicio esta mañana, la jueza ha comunicado a la sala que José Campos ha comunicado por fax que padece problemas de ansiedad, con lo que ha abierto la posibilidad a no comparecer a su cita en el juzgado, fijada para mañana, miércoles. En caso de que no acudiera, el tribunal decidirá los pasos a dar. Campos ha aportado un documento del Servicio Cántabro de Salud (SCS) que certifica su estado actual de ansiedad. En el proceso está en cuestión la indemnización que el ex miembro del Consejo de Administración del club recibió cuando terminó su relación con la sociedad deportiva, que fue antes de lo previsto.
Un testigo «amigo personal» del acusado
Roberto Bedoya, exdirector general y exsecretario del Consejo de Administración del Racing durante el mandato de Francisco Pernía, continuó con la ronda de testificales para echar balones fuera: «Yo no tuve un conocimiento directo» de la situación, ha venido a decir. Bajo esa premisa ha transcurrido toda su declaración sobre la escuela de Brasil, pese a que ha admitido haber viajado a Indaiatuba. Su declaración en el juicio ha sido tan larga como improductiva, aunque las respuestas a las letradas de la defensa han sido mucho más fluidas que las de la bancada de la acusación. Manuel Higuera ha llegado a calificar al testigo de «segundo abogado defensor» de Francisco Pernía.
«Amigo personal» del acusado, Bedoya ha tenido algo más que contar, poco, sobre el despido de José Campos. «Para mí, como abogado, el contrato verbal era perfectamente válido», ha defendido tras reconocer haber negociado la salida del exconsejero del club con un finiquito de 100.000 euros, muy por encima de lo estipulado por la ley. Según el exsecretario, tal y como había afirmado Pernía el día anterior, el supuesto contrato verbal debía haber continuado hasta el centenario del club, en 2013, por lo que Campos, a través de su abogado, Roberto Pellón, «solicitó una indemnización de dos temporadas». «Cuando hay que fijar una compensación, como no hay una norma, el señor Pernía acepta la cantidad de 100.000 bajo mi asesoramiento jurídico».
Con respecto al Audi S8, Bedoya ha reiterado, como en la instrucción, que la compra del vehículo «no pasó por el Consejo de Administración» y lo ha justificado en que «no tenía por qué pasar. Está dentro de los poderes del consejero delegado». Eso sí, ha concedido que la compra se produjo en un momento en el que el club se encontraba en una situación «difícil» económicamente.
«El que manejaba los dineros era Pernía»
Llegó el turno para Jacobo Montalvo, expropietario del Racing. En un principio, la idea de la escuela de fútbol en Brasil le pareció «muy interesante y algo que ya tenían los clubes de fútbol». Francisco Pernía «me contó que iba a funcionar por el sistema de aparcería. Darle un poco de empuje a las instalaciones, para que se pudiesen formar futbolistas y luego el Racing tuviese unos derechos sobre ellos», relató. Sobre la inversión de un millón de euros, «yo le dije, Francisco, con que salga un futbolista, triplicamos esa cantidad. El mercado de futbolistas estaba sobreinflacionado. El retorno lo veía clarísimo». Se desvinculó del asunto: «Yo no he pisado Brasil en mi vida, desgraciadamente». «Urquijo me dijo 'aquí alguien se ha debido llevar el dinero por el camino, porque no ha llegado'», comentó, a lo que el fiscal le citó una parte de lo declarado en la fase de instrucción por el propio expropietario verdiblanco. «Quien manejaba los dineros era Francisco Pernía, como presidente del Racing. No se mandaba la cantidad directamente de nuestro grupo de empresas -Silver Eagle- a Brasil», agregó Montalvo.
Todo lo concerniente al proyecto de Indaiatuba «fue ratificado por el Consejo de Administración». Sin embargo, tal y como cuestión Higuera, «no consta en ningún lado». «Pregúntele al secretario. Yo no era el secretario», respondió Montalvo. Iñaki Urquijo también habría involucrado a uno de los hijos de Pernía –no supo especificar a quien- en todo el asunto del Racing Primavera. «Recuerdo que Iñaki me dijo: 'Y además, el hijo de Francisco no para de ir a Brasil. Esto seguro que lo paga el club'. A mí no me consta».
Supuestamente fue el propio Montalvo quien acordó el contrato verbal con José Campos para sus servicios dentro del área social del Racing. El testigo fue claro sobre la indemnización de 100.000 euros al exconsejero: «Me pareció un disparate». Fue de lo poco económico a lo que entró, porque prácticamente la totalidad de las cuestiones realizadas por Higuera sobre aspectos contables fueron respondidas con un «no sé».
Merino dice que «trajeron a cuatro chicos de Brasil y ni se me hizo ir a verles»
El segundo testigo en comparecer este martes ha sido el exsecretario técnico Jesús Merino. El que fuera también capitán racinguista ha estimado que una escuela de fútbol en el extranjero «puede ser una buena idea si se lleva bien». Sin embargo, en el caso del Racing «creo que no hubo ningún interés en hacerlo así». Para el navarro, la principal prueba de que había otros intereses es que, en un proyecto supuestamente deportivo, «el secretario técnico no estuvo informado en ningún momento. Si el secretario técnico, que está al mando de lo deportivo, no tiene ninguna información, no se le consulta... Trajeron a cuatro chicos y ni se me hizo ir a verles. No sé ni cuánto tiempo estuvo activa la escuela. Desde la secretaría técnica no se llevaba absolutamente nada».
Por todo ello, «si la finalidad hubiese sido llevar jugadores al Racing, tendría que haber pasado por la secretaría técnica. Había más personas en esa secretaría y ninguno supimos nada de eso». Su opinión es que «hubo gente que tenía porcentajes sobre futuras ventas. Más que intermediarios, personas cercanas». «¿Pueden ser esas personas Pablo Pernía o Francisco Pernía hijo?», cuestionó Higuera. «Pueden ser», ha contestado Merino
El exfutbolista ha reiterado, como ya explicó en la fase de instrucción del proceso judicial, que se sintió «ninguneado» en su trabajo. «Había un gabinete externo de representantes que tenía más peso que la secretaría técnica. Esa no es mi idea de cómo debe funcionar un club de fútbol».
Gilarranz cierra las testificaciones de este martes
Ante la ausencia del responsable del Grupo Blendio (antes Auto Gomas), José Emilio Criado, cerró la jornada de testificaciones el exconsejero Santiago Gilarranz, que declaró que estuvo en el Racing «puesto por Silver Eagle» en el Consejo de Administración. Su testimonio no aportó mucho más allá de su somero relato de lo que pudo ver en un viaje a Indaiatuba (Brasil). Este miércoles seguirán desfilando testigos por la Audiencia Provincial.
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