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Un accionista ucraniano, otro indio y ahora un inversor hispano-argentino. La venta del Racing a Manolo Higuera y Sebastián Ceria supone la tercera entrada de inversores extranjeros en el accionariado del club en su historia. Ceria, nacido en Argentina y casado con una cántabra, ... es el socio capitalista que junto a Manolo Higuera toman el bastón de mando de la entidad. Lo hacen doce años después de que saliera de El Sardinero Ali Syed, el último foráneo que quiso dirigir los destinos del Racing.
El primero en llegar fue Dimitri Piterman y lo hizo en las navidades de 2002. A continuación apareció por el aeropuerto de Parayas el aterrizaje forzoso de Ahsan Alí Syed. Aquello ocurrió al poco de comer las uvas de 2011. Europa, Asia y América. Las dos primeras fueron un esperpento, una de ellas con un final no tan preocupante y del que se salió hasta airoso; la segunda irrupción, la del indio, aunque en un principio no tuvo un desenlace fatal no es menos cierto que fue el inicio del ocaso de la entidad, que al poco descendió en picado a Segunda B.
En esta ocasión se ha producido una adquisición íntegra del paquete mayoritario de acciones, con sus cargas y sus compromisos, convirtiéndose de pleno derecho en el máximo tenedor y accionista de la entidad. No fue así en el caso de Piterman, que se hizo con el 24,6% del club y esperaba con ello dirigirlo con sus ideas visionarias, mientras que Ahsan Alí Syed nunca llegó a pagar el precio de las acciones.
El ucraniano sí desembolsó cerca de 500 millones de las antiguas pesetas por aquel entonces, unos tres millones de euros actuales, pero le salió mal la jugada porque en una posterior ampliación de capital el que sí que era el máximo accionista, Santiago Díaz, decidió acabar con ese posible intento de compra. En el caso de Syed todo fue aún más incierto dado que jamás llegó a ser propietario del Racing de facto. El indio presidió el palco de los Campos de Sport en algún partido y luego se fue por donde vino, después de varias juntas de accionistas en las que sus intereses estaban representados cada día por alguien nuevo. Ahora, la compra del Racing es diferente, puesto que los términos también lo son. Pitma puso el producto en el mercado y ha llegado a un acuerdo para la compra.
Falta por determinar, precisamente, cómo queda el nuevo escenario y, como es lógico, lo que supone a nivel estructural la entrada de nuevos mandatarios con un proyecto personal en el que aún se desconoce si se le dará continuidad a lo que ya está en marcha o, por el contrario, adaptarán el nuevo orden a sus deseos e intenciones. Sea como fuere, la incertidumbre vuelve a adueñarse del racinguismo, que si bien había logrado la estabilidad económica y deportiva con el casi saneamiento del club y la permanencia en el fútbol profesional ahora ve se vuelve a abrir un futuro incierto. El guiño a lo cántabro sí aparece con el protagonismo de Manolo Higuera, que a buen seguro será el nuevo presidente.
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