Un matemático que saltó con éxito al mundo empresarial

Estudió Matemáticas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y posteriormente consiguió una beca de la Universidad Carnegie Mellon, en Estados Unidos, donde se doctoró para continuar después su carrera académica, a partir de 1993 como profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia. En 1998, cuando aún ejercía como profesor universitario, fundó Axioma, una empresa de análisis de datos que después se fusionó con otra en una operación de la que nació Qontigo en 2000. En aquel momento abandonó Estados Unidos, su carrera como profesor (no la académica, puesto que Google Scholar ofrece más de 6.000 resultados académicos con su nombre y es miembro de la Academia Nacional de Ingeniería de Estados Unidos) y se trasladó a Londres.

Su capital nace en un primer momento de la venta de una participación de sus empresas en 2008, una parte del cual destinó a mejoras en la Universidad de Buenos Aires, pero a pesar de su estrecha relación con su país natal -también tiene la nacionalidad española- nunca ha vuelto a residir habitualmente allí.

El motivo de su desembarco en el Racing tiene un nombre propio: Higuera. Más en concreto, por la íntima amistad que une a sus dos mujeres desde la infancia, y que derivó en una de más de dos décadas entre quienes son ya -a falta de la aprobación del Consejo Superior de Deportes- de los dos accionistas mayoritarios del Racing, De hecho, Ceria visita con mucha frecuencia Santander.

También tiene músculo financiero, lo que le ha llevado a promover proyectos filantrópicos en Argentina, algunos de ellos en coordinación con la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, después de que hace cuatro años vendiera definitivamente su última empresa, Axioma, que desarrolló durante más de veinte años, por 850 millones de dólares.

El socio capitalista del Racing, que conserva ambas nacionalidades -española y argentina, puesto que nunca solicitó la estadounidense- se embarca así en el Racing como un proyecto en el que desea participar por la cercanía personal con la ciudad y la sociedad cántabra y convencido por su socio de que se trata de una empresa posible de sacar adelante en un proyecto a largo plazo.

Cuando el CSD dé el visto bueno a la operación y se produzca el desembarco definitivo será Higuera quien tome el control efectivo del club, pero no ya como ejecutivo o representante de un grupo de accionistas, sino como dueño, junto a su socio y amigo, del Racing.