Con las maletas preparadas para Andorra

Para Javier y Pablo la cosa cambia bastante. Van a recorrer 646,7 kilómetros. O lo que es lo mismo, casi siete horas y media de coche. Y en el caso de Pablo, alguna más, porque estudia en Madrid y primero hace viaje desde allí hasta Santander para unirse con Javier y emprender camino al Principado. Les da igual. No temen a las distancias y menos si es para estar junto al Racing. Porque estos tres amigos tienen ya mucho callo en eso de seguir al equipo. «A nosotros de vez en cuando nos da por decir: ' Vale, vamos a un viaje random'. El año pasado fue Ibiza y este nos ha dado por ir a Andorra», cuenta Javier, que esta temporada también ha estado en Oviedo, Gijón, Zaragoza, Leganés y Lezama.

El viaje del viernes lo tienen planificado al dedillo. «Desde hace un mes me he ido peleando con Booking, Airbnb... pero estaba todo muy caro y hemos decidido ir a un albergue. 23 euros la noche, más o menos, una cama en una habitación compartida», detalla este estudiante de ingeniería informática. «Al día siguiente de hacer la reserva me pusieron un examen el lunes», suspira Javier. «Lo tengo más o menos preparado, ¿eh?», se apresura a matizar.

El plan de viaje es obra suya. también se ha encargado de la logística, porque la idea la tenían desde hace meses, pero las reservas las han hecho hace apenas dos semanas. «Vamos el viernes y volvemos el domingo. Veremos el partido, conoceremos Andorra, supongo que habrá que salir de fiesta, seguramente, y de vuelta a casa», detalla.

De que el Racing se lleva los tres puntos no tienen ninguna duda. Hasta han hecho una porra. La apuesta de David es 1-2; la de Javier 0-1 y 0-2 la de Pablo, que estudia en Madrid, pero a través del grupo de WhatsApp de su peña se organiza perfectamente. «Siempre que tenemos un hueco y se puede ver al Racing fuera, aprovechamos para ir. Si hay una oportunidad para poder verlo lejos de casa, se va», explica convencido. Y es que los tres son racinguistas de cuna. 'De padres a hijos'. Y en el caso de Javier, de abuelos a nietos. Fue su abuelo, Ángel Martínez, quien comenzó a llevarlo a ver los partidos del Racing. «El primer carné que tuve fue en 2014, cuando echamos a los delincuentes», dice, refiriéndose a la 'Era Okupa'. «Porque mi abuelo no quería dar ni un euro a esos. Yo anteriormente lo acompañaba a partidos sueltos con entrada, pero él no me quería hacer socio hasta que se fueran», explica con orgullo.

Y como el Racing, Javier también se apunta al pionerismo y es él quien ha inoculado el racinguismo a su padre. De hijos a padres. «Él es de Torrelavega y aunque de joven había ido a bastantes partidos, le he enganchado yo un poco más. Diría que he sido yo quien ha hecho racinguista a mi padre. Es socio desde hace siete años», cuenta sonriente.

A Javier, que sueña con el ascenso, solo le queda una espinita: que no ha llegado a ver al Racing en Primera División. Y claro, ya toca. «La temporada que me han dado ha sido espectacular, pero viendo la oportunidad que tenemos... No es una obligación, pero ¡es que está ahí!», exclama. David y Pablo, en cambio, sí que han visto algún partido en la elite. «Sí, sí, claro», dice Pablo. David rebusca en su memoria, pero solo encuentra una imagen nítida de esa época. «No se me va a borrar nunca. Me acuerdo perfectamente que Toño paró un penalti. No sé ni qué partido era, pero del penalti me voy a acordar siempre», dice.

Diego Jiménez (Laredo, 1998) también estará en el Estadi Nacional. No es una excepción, porque este curso ha hecho ya doce desplazamientos con su peña, Núkleo Asón. «Cuando salió el horario me organicé con mi compañera de trabajo para poder ir», cuenta Diego. No irá solo. Su amigo David Zatón será su copiloto. Los dos sincronizan relojes. A eso de las 7.00 horas, como un clavo, lo recogerá con su coche «para llegar a la hora de comer». Por ahora, solo hay un cabo suelto, el alojamiento. David todavía no ha reservado hotel. «No pasa nada. Hay sitio de sobra, que he mirado un poco por Booking. El sábado, sin ninguna prisa, vuelta a casa», dice. Aunque viajan solos, en Andorra les espera más compañía. «Tenemos unos amigos que van en autocaravana y allí nos encontraremos», explica. Y a eso hay que sumarle el resto de racinguistas que se van a desplazar. «Hemos comprado 200 entradas en Santander, más las que pillen allí... seremos unos 350 más o menos». Y es que el Racing nunca camina solo.