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El Molinón. Sábado, 8 de marzo de 2025. Minuto 81 de partido. Álvaro Mantilla salta al terreno de juego dos meses después de que ... los médicos le disgnosticaran su última lesión muscular.«Fue otro palo más. Cuando te lo dicen, te da un bajón enorme», confiesa el camargués, que pasó ayer por 'El Añadido', en www.eldiariomontanes.es. Una, dos, tres y cuatro lesiones seguidas en un año. Ver para creer en un futbolista que apenas «había tenido un par de ellas» en toda su carrera.
Ayer se cumplió, precisamente, un año desde que sus problemas de isquiotibiales aparecieron para convertir en un calvario el 2024 y el arranque de este 2025. «Estás mucho tiempo parado y es muy difícil. Te da envidia sana lo que ves, pero solo te sientes futbolista los fines de semana y ves que no juegas y se pasa mal», admite el cántabro. Su 'Via Crucis' empezó en las navidaes de 2023, con una lesión en el cuadríceps y luego los dichosos isquiotibiales. «Sí. Parecía que de lo primero me recuperé rápido, pero luego... Otra lesión, otra recuperación, otra más y otra. Es difícil de llevar», recuerda el zaguero, al que le cambia el rostro cuando se le pregunta por el sábado, en Gijón. «Siempre tienes dudas en el primer partido, pero me vi bien, cómodo y con ganas de ayudar y disfrutar».
Aguantó el tipo, con el partido lanzado y en una posición donde el Sporting estaba haciedo daño. «Estuve a gusto y fue una alegría saltar al campo». A Mantilla le llegó la parte gris del fútbol, quizás en su mejor momento. Le costó hacerse un hueco, algún verano llegó a tener la puerta abierta para salir del Racing y, sin embargo, se ganó a los técnicos y directivos y se puso al frente. «Se puede decir que me lesioné en el mejor momento, en el principio de la temporada, cuando mejor me iba todo.Ahora solo pienso en ponerme igual que estaba». Todo eran dudas. Recaídas y rabia contenida en solitario. «Mis fisios y el recuperador, Hugo –Camarero–, han sido mis psicólogos.Y mi pareja en casa, que me aguantó», explica. Entrenamientos apartado mientras su equipo es protagonista, esto es «algo que cuesta, pero que te hace fuerte». Porque realmente a Mantilla es difícil encontrarle una fisura con respecto a su compromiso. «Me lo he pasado como un niño.He tratado de ir a todos los partidos y ayudar, y aunque la impotencia era grande, he disfrutado de lo que está haciendo el equipo», admite el camargués. Ser futbolista y no poder estar en el campo nunca será lo mismo, «pero ayuda que el equipo esté donde está, porque los sentimientos son enormes».
Las reacciones
«Lo he pasado mal. Es difícil, sobre todo cuando vuelves a caer y empieza otro periodo de recuperación y otro y otro»
«Yo le decía: 'Tu al menos sabes cuando vas a volver, sabes los plazos de la lesión, pero yo... La incertidumbre es lo peor»
Cada semana que pasaba era para Mantilla una etapa superada. Lo peor era cuando de nuevo sentía que se estancaba.«Soy un profesional y me cuido todo lo que hay que cuidarse y por eso no enetendía que pasara otra vez», recuerda el defensa, a quien –esto no es nuevo– los técnicos trataban de convencerle para que se traicionase a sí mismo. «Me decían que tenía que entrenar más tranquilo.Y en casa, me decían que no fuera burro, pero es que no puedo ir más tranquilo. Soy como soy».
En el momento más bajo de su tortura con las lesiones llegó a hablar con Íñigo Sainz-Maza, el capitán, lesionado de gravedad en la rodilla. «Le decía, tu sabes los plazos para volver. ¿pero yo? No sabes nada y es lo peor:la incertidumbre», lamenta entre suspiros. Unas veces eran roturas y otras simplemente una limitación que le frenaba.«Es que siempre tienes la sensación de que si fuerzas otra vez igual cascas», añade Mantilla para describir cómo han sido esos días que solo conoce él.
Pero todo eso ha pasado y de ello seguro que el cántabro se queda con lo bueno. «Ahora volveré más maduro. Voy a ser un mix; la cabeza más posada, pero el corazón seguirá siendo el mismo», sentencia. Lógicamente, agradece lo que han sido «los apoyos, la gente, el cariño y todo lo que ayuda y da fuerzas». No olvida «la confianza del míster y del cuerpo técnico, que te hace las cosas más fáciles». Y nada, a pensar en lo que viene.«Ya estoy para lo que quieran y con más ganas que nunca». Por supuesto que si alguien aún tiene abierto el debate de si el zaguero es lateral o central, que lo destierre, porque el camargués lo tiene claro. «Soy defensa. Me da igual dónde jugar. He jugado hasta de lateral izquiedo y no es algo que me preocupe». Además, el puesto de lateral derecho en el Racing está tocado por una varita últimamente. «Bueno, es cierto que como tenenemos un estilo atractivo de ver y ofensivo de jugar, parece que se nos ve más», matiza.
En cuanto al futuro de su Racing, Mantilla lo tiene claro. «Oigo por ahí que al Tenerife le vamos ganar con la gorra y están equivocadísimos». Recuerda, como muestra el partido ante el Sporting, «en el que se dio la cara mala de la moneda y hubo que sufrir para sacar un punto». Eso es precisamente lo que pronostica el defensa para las doce jornadas que quedan para el final. «Así van a ser; hay que puntuar en todos si queremos subir, porque ya hemos visto que esto va a ser cosa de ocho equipos, no de dos o tres».
«Soy profesional y me cuido en todo lo que hay que cuidarse y por eso no entendía lo que pasaba. Es una gran impotencia»
«Siempre me dicen que entrene más tranquilo, pero no puedo. Soy como soy. Esto hace que seas más fuerte»
Mantilla adelanta que el secreto estará en quien sea «el equipo que sepa sumar y sumar sin perder y sobre todo fuera de casa, que es donde se supone que es más difícil puntuar». Es uno de los sorprendidos a medias del rendimiento del equipo. «Sabíamos que íbamos a estar arriba, pero quizás no tanto.Eso sí, en cuanto vi al equipo al completo a las dos semanas lo confirmé», concluye.
No se quiere poner límites, «porque no hay que ir a amarrar ningún play off». Y para ello lo explica con todas las palabras:«Tanto yo como toda la plantilla somos conscientes de que podemos estar de fiesta el 1 de junio y creemos que puede ser así. Y sabemos qué hay que hacer para ello». Ni más ni menos.
Al defensa le ha dado tiempo a medir a los rivales y a verles a todos de cerca y «no hay nadie más favorito que otro». «Yo soy un tío intenso, pero en estos partidos que quedan hay que saber qué es lo que hay que hacer y tener fe en ello. Poco a poco, pero cada día que estás arriba estás más cerca», sentencia el defensa para quien su túnel negro e incierto parece que poco a poco empieza a quedar atrás.
«Vas dentro y no te lo crees. Sales con la adrenalina a tope; ya se vio que corrimos los cien minutos como animales. Yo les invito a que nos reciban así en todos los partidos, porque sales al campo con una inyección irrepetible de energia», explica Mantilla. Se refiere al recibimiento de la afición en El Sardinero el día del partido ante el Elche. El cántabro iba dentro del autobús y, aunque sabía que no iba a poder jugar por su lesión, «daba igual, porque te mete en el cuerpo una sensación que es terrible». Es racinguista desde pequeño, y sabe lo que es ir al campo cuando apenas levantaba unos palmos del suelo, por eso ahora que ve la fiesta desde otro ángulo es el mejor embajador para explicar lo que está pasando. «Es una pasada. Yo, si pudiera, haría el campo más grande y metía más gente. Mirar para arriba y sentirse partícipe de lo que pasa es una sensación que no cambiaría por nada», concluye.
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