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Cuando llegó al Racing Simón Luca (Cicero, 1999) no lo tuvo nada fácil. Acababa de hacer un gran año en Laredo y llegaba de completar una soberbia campaña con el Charles, con el que había ascendido a Segunda B. Aunque fichado para el ... Rayo, quien fue el primer fichaje de aquel verano tenía fundadas esperanzas de tener una oportunidad en el primer equipo. No fue así. Se ficharon otros dos laterales izquierdos y, por si fuera poco, una lesión le dejó sin jugar demasiado tiempo. Un año después Guille Romo le dio la oportunidad de estrenarse con la primera plantilla. Y aprovechó la oportunidad.
La merecía después de «un año o año y medio que ha sido duro»; una etapa en la que todo se le hizo «difícil» por las lesiones. «Parecía que todo iba a ser normal y al final no fue así. Ha sido duro, pero al final he conseguido lo que quería y ahora estoy feliz», explica el cántabro. El viernes fue titular en la banda izquierda de la defensa por delante de Isma López, uno de los capitanes y jugadores con más peso específico de la plantilla, en principio llamado a aupar la zona del tres durante toda la temporada y al que su entrenador llegó a definir como el mejor lateral izquierdo de la categoría.
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Pero el viernes quien jugó fue Simón. «Ha sido inolvidable. Siempre soñé con jugar en el estadio al que venía a animar de pequeño. Lo he conseguido estoy muy contento por ello. Es algo inolvidable que siempre voy a llevar conmigo». De paso, puede decir que debutó con victoria y completando el partido: «Ganar siempre es bonito y afortunadamente pude ayudar a lograrlo», dice un jugador «muy agradecido» que recuerda ahora aquellos momentos duros en los que no jugó; en los que parecía que ese objetivo de jugar en el Racing; ese que había tenido tan cerca, podía desvanecerse sin poder explicarse muy bien por qué.
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Por eso se acuerda «de las personas que estuvieron cerca en el momento de las lesiones. En enero de este año tuve que operarme de una fractura en el quinto metatarsiano del pie derecho -le había pasado anteriormente dos veces en el Laredo- y toda la gente del club, los compañeros, los entrenadores, los médicos, el psicólogo, etcétera me ayudaron mucho. Quiero agradecerles todo lo que han hecho por mí. Fue una época dura, difícil, pero al final he conseguido lo que quería, que era llegar a jugar con el primer equipo, y estoy muy feliz por ello», reflexiona el joven lateral izquierdo verdiblanco.
Simón se define como «un lateral bastante físico, con recorrido para sumarse al ataque y que en defensa trata de dejar los menos huecos posibles» y vive su mejor momento deportivo. Tanto que ya puede hablar del primer equipo del Racing en primera persona. «Estamos bien, es verdad que la derrota de León fue un golpe duro por toda la gente que se desplazó, por la afición, por nosotros mismos, y teníamos que levantar la cabeza. Cuanto antes jugáramos iba a ser mejor, lo hicimos el viernes ante el Bilbao Athletic y logramos la victoria, así que mejor para todos».
Simón Luca Pérez ha quemado progresivamente etapas para acercarse al Racing, el equipo de su infancia, pero en cuya cantera nunca llegó a jugar. Lo suyo es un premio a la constancia; a la dedicación de un chico algo menudo que sin embargo con los años consiguió echar más cuerpo y tener buenas condiciones para el fútbol.
Tras comenzar en el Colindres, como tantos niños de la zona, posteriormente dio el salto al Marina Sport y terminó de formarse en el Bansander. Allí no era el que más destacaba, pero sí un ejemplo de disciplina: Siempre entrenando y sin desistir, le fueran las cosas bien o mal, algo que se iba a traducir con el tiempo en su juego y que el fútbol le iba a recompensar.
Tras culminar su etapa juvenil, tuvo la oportunidad de regresar -casi- a casa para jugar durante dos temporadas en el Laredo, la segunda de ellas con ascenso a segunda División B incluido. Su gran rendimiento llamó la atención del Racing, que le incorporó en verano de 2020, ya a punto de cumplir los veinte años, al Rayo Cantabria. Después, un camino que tal vez parezca corto, pero que se hizo muy largo, hacia el debut en el primer equipo. Ahora le resta consolidarse.
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