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La sesión vespertina del sábado no fue demasiado diferente a lo que viene siendo una tarde de fútbol en agosto en los Campos de Sport. La misma Feria de las Naciones de todos los años ocupando medio aparcamiento; problemas para dejar el coche ... cerca del estadio; colas en las taquillas con los que se animaron a última hora y también unas aglomeraciones en las puertas que aún se repiten. Era el último partido del mes en casa. Poco a poco irá regresando la normalidad. Pero lo cierto es que el racinguismo ya está acostumbrando el oído a nuevos sonidos. Y es que en Segunda División todo suena mucho mejor que en la planta inferior. El fútbol profesional tiene mucha mejor acústica. Desde una 'Fuente de Cacho' revigorizada tras el ascenso verdiblanco hasta una Gradona de los Malditos -con los coros del resto del estadio- aún más fuerte si cabe, pasando por los rugidos del estadio en los momentos de emoción o las celebraciones de los goles. Al fin y al cabo, al fútbol se va a disfrutar con los sentidos y además de que lo que se ve es mucho más agradable, los pabellones auditivos también lo agradecen.
El problema es que la parroquia verdiblanca aún no sabe cómo suena un triunfo esta temporada. Sólo ha podido comprobar el envolvente agobio del silencio cuando los rivales, primero el Málaga y ayer el Almería, dejaron con la miel en los labios al equipo cántabro. Habrá que acostumbrarse a ser el hermano pobre en este lujoso auditorio de la Segunda División.
Además de los ánimos colectivos, la grada del estadio racinguista el sábado tuvo premios individuales. Coreó el nombre de Dani Toribio cuando el centrocapista tuvo que ser evacuado en ambulancia al hospital después del tremendo golpetazo que se llevó. Y también tuvo un apartado para el meta Lucas Díaz tras una parada a remate de Sekou, pese a que el árbitro invalidó la acción por fuera de juego. Sólo el maldito gol del Almería en el minuto 93 estropeó la que iba camino de ser una tarde feliz en los Campos de Sport. Al racinguismo no le queda otra que esperar. Guardar la alegría para otra jornada más fructífera. Al aficionado verdiblanco, a paciencia, quizá no le gane nadie. El sufrimiento curte.
Ya fuera de los focos, cuando las televisiones recogían los bártulos y las gradas lucían vacías, Sergio Ruiz volvió al terreno de juego en representación del equipo. De uno de los banquillos, el astillerense recogió un ramo de flores con el que se acercó a La Gradona. Un recuerdo entregado a la familia de David Ortega, miembro de las peñas San José y Juventudes Verdiblancas, recientemente fallecido.
En la convocatoria del Racing, para el encuentro de este sábado, sólo había dos cántabros convocados: Sergio Ruiz y el portero suplente, el juvenil Germán -que no participó-. Con Mario Ortiz sancionado y sin Iván Crespo, además de la ausencia de futbolistas de la cantera, la nómina de jugadores de la casa fue mínima. Una mala noticia para la fábrica de talento de La Albericia.
El debutante Dani Toribio fue trasladado al hospital tras una fuerte caída en la segunda mitad al ser empujado por Aguza. Fue sometido a pruebas y pronto se marchó a casa. Ania, tras el encuentro, desconocía el alcance de la lesión: «No sé cómo está, creo que lo llevaron al hospital y ya estará allí el doctor Mantecón.Parecía algo en las cervicales o en el hombro, pero no lo sé exactamente».
Pese a que Iván Ania contaba con la sanción de Mario Ortiz y la lesión de Kitoko en el centro del campo, el técnico asturiano dejó fuera de la convocatoria a Rafa de Vicente. Una clara muestra de que el malagueño no cuenta y saldrá esta próxima semana del equipo verdiblanco. Con la lesión de Dani Toribio, el Racing se quedó sin uno de sus mediocentros y Ania tuvo que recurrir a un lateral izquierdo como Abraham.
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