Secciones
Servicios
Destacamos
Hoy, mejor que mañana. Porque cuando se tiene prisa, lo de mañana suena a tarde. A lejos. A ciencia ficción. A incierto... A humo. Es en Gijon, en El Molinón, ya, pero... ¿Qué más da? Lo de hoy no entiende de lugares ni de personas. ... No importa quiénes ni cómo, tan solo el cuándo. Porque con «cuatro partidos de retraso» el pulso se acelera como el de un niño ladrón. Porque los nervios se desgobiernan. El temor se infiltra en el cuerpo y atenaza. Por todo eso, hoy, mejor que mañana. El Racing juega este domingo ante el Sporting de Gijón (El Molinón, 14.00 horas) y no le queda otra que dar la campanada. El más difícil todavía. Otra semana más arrastrando los pies aumentaría todas esas sensaciones de pánico y la desconfianza en uno mismo hasta un punto de no retorno. Guille Romo dice que el equipo «está bien», que se está «construyendo» y que «cada vez se hacen más cosas mejor». Pero todo eso necesita tiempo y eso pasa por pensar en el mañana, ese término tan manido que hay que sacar de la ecuación.
El entrenador, el equipo, el club y hasta el racinguismo en masa, que incluso con el bagaje de cuatro derrotas y la puñalada de poner el partido a la hora de comer estará hoy en las gradas animando, desean cambiar el paso de una vez. 'Cambiar el chip como tras ganarle al Dépor el año pasado', le recordaba un aficionado a Romo esta semana a lo que el míster le replicó: «Pero si eso fue en enero». Pues fíjense, casi tres meses antes ya andan las prisas pidiendo la hora.
El Racing sin puntos y sin goles a favor juega en casa de un equipo invicto y ante el que mejor puntería tiene, con ocho tantos. Lo hace ante 25.000 espectadores. Hasta ahí son datos. Lo que falta por conocer es con qué planteamiento, con qué versión y con qué jugadores. No quiere Romo partir al equipo en una especie de dos mitades, defensa-ataque, aunque todo indica que los seis futbolistas que parapeten a Miquel Parera tendrán una vocación plenamente defensiva. Es más, puede confirmarse que el míster quiera una zaga con cuatro centrales, que puede sonar a cerrojazo, pero que a lo que realmente suena es a llave de seguridad. Álvaro Mantilla y Eneko Satrústegui pueden ser los dos laterales de confianza para armarse contra la velocidad por banda de un Sporting muy vertical en su campo. Por dentro, Pol Moreno y Rubén Alvés. Y a esta más que posible retaguardia le redoblará la fortaleza del doble pivote firmado por Fausto Tienza e Íñigo Sainz-Maza, que si bien empieza a suscitar dudas no es hoy un día muy propicio para que a Romo le dé por traicionarse a sí mismo. Ojo, que todo tiene un porqué. Al Sporting, en estos cuatro partidos en los que ha demostrado su candidatura al ascenso, los rivales que más daño le han hecho han sido los que se han ordenado atrás y le han dado la pelota. Vamos, que como para ponerse caprichoso Romo con todos estos argumentos.
Noticia Relacionada
Bien es cierto que esta semana el cuerpo técnico ha probado a Dani Fernández en el lateral derecho -con Unai Medina descartado por lesión- y a Juergen como pivote. Ahora bien, tiene pinta de que es por preparar una alternativa en función del resultado que no de partida. Lo de Juergen es un caso especial. Puede ser el futbolista con mejor pie del centro del campo y de lo poco que se ha salvado en el desastroso inicio liguero, pero anda como una pieza del Tetris que no sabes dónde colocar. En la media punta no brilla del todo y en la zona ancha, que es su sitio, al míster le cuesta mucho ponerle. Total, que lo mismo hoy es suplente. Cosas del fútbol.
Un partido a las 14.00 horas es algo inusual, por lo que las rutinas cambian. El Racing no comerá tres horas antes como suele hacer. No habrá una última ingesta de hidratos (pasta, arroz...) para recargar los depósitos porque sería ir a contrapié. El equipo se levantará y tomará un desayuno con más energía y a media mañana aprovecharán para ingerir pan o frutos secos, algo que aporte sin exigir a los estómagos. Dan mucho calor a esas horas intermedias del día en Gijón, por lo que sí que habrá que añadir un extra de hidratación. La expedición salió este sábado a las 17.30 horas, durmió en Gijón y regresa por la tarde. Merendarán de camino.
Siguiendo con aquel dibujo de un equipo partido que no es deseo del míster, pero que los indicios apuntan a que es probable que se dé hoy en Gijón, la línea de tres y el delantero pueden ser nuevos. Así las cosas, Mboula, Jorge Pombo e Íñigo Vicente podrían estrenarse juntos y en la punta podría volver Matheus Aiás. Es una posibilidad basada en lo que Romo ha ensayado y en lo que puede hacerle daño a una zaga asturiana a la que le gusta jugar un poco adelantada. Mboula, a la derecha, Íñigo Vicente de enganche y un Jorge Pombo recién llegado partiendo desde la izquierda en busca de sorprender. Lo del regreso de Matheus puede ser por sacar del sitio a los centrales y guardarse a Gassama para ser un recurso en caso de necesidad.
Así puede vestir un Racing muy necesitado en un campo tan difícil. El tiempo ahora solo corre hacia delante -lo hace siempre, pero permitan esta insistencia-, ya no sirve de nada incidir en los catorce fichajes, en la relación entre la dirección deportiva y el cuerpo técnico, en el dinero no gastado de ese límite salarial impuesto o en la decepción inicial de un curso en el que las esperanzas son tan altas. Ya no hace falta nada de eso. Hoy, mejor que mañana. El equipo necesita reivindicarse y aumentar la autoestima. Las cuatro derrotas ha mandado por los aires el entusiasmo y la euforia entre el racinguismo de base y cualquier cosa hoy puede servir. Puntuar, una buena imagen, un gol... Política de mínimos. Lo único que no sirve es lo que no se hace.
Noticias Relacionadas
Con todo en contra, el Racing se vino arriba muchas veces; el curso pasado perdió 3 a 0 en León ante la Cutural con 1.500 verdiblancos en las gradas a quienes se les atragantó el desayuno; en Valladolid cayó por idéntico resultado ante un filial pucelano que no había ganado a nadie. Todo eran dudas y el equipo, que estaba 'en construcción', se levantó y no volvió a perder hasta tener el ascenso confirmado. De diciembre a mayo. Cosas del fútbol. En todo esto se apoya Romo para mandar un mensaje de optimismo y para pedir paciencia. «Que siga tu entrenador todo el año», decía el viernes. Qué razón tiene. Si su puesto no peligra es que el equipo ha medio concluido esa construcción tan necesaria.
Este domingo no ha lugar a supuestos pactos entre rojiblancos y verdibancos. Hoy no se pueden poner de acuerdo porque de alguna manera será difícil que no acaben descontentos unos u otros. Aquella vez todos acabaron cantando, pero hoy de entrada los dueños de los bares están que trinan porque privar de comer a más de 1.500 foráneos en un día que debía ser de fiesta solo se le ocurre al que asó la manteca ¿De verdad que lo del horario no ha sido cosa de un bombero torero? No se entiende por nadie. Será digno de postal ver a algunos comerse el cachopo a las doce del mediodía. Cafés y sidra, mezcla de difícil entendimiento. O bien, el plan B es el que conlleva sentarse a degustar las fabes a las 17.00 horas con la fresca. En cualquier caso, de juzgado de guardia.
El equipo durmió en Gijón este sábado y al autocar se subieron los 21 futbolistas disponibles. No entró ninguno del filial para esta guerra, que si bien no es definitiva sí que tiene aspecto de aclaratoria.
Y enfrente un Sporting que tras treinta años ha cambiado de propiedad y el capital mexicano ha apostado por el ascenso tras una temporada coqueteando con el descenso en una plaza a la que el fútbol de Primera no se le olvida, pese a que hace ya tanto que los jóvenes no se lo creen. En el verano se enfrentaron los dos equipos y los asturianos ganaron por la mínima, aunque más allá del resultado lo que sí se pudo comprobar es que había jugadores con un par de marchas más entre los gijoneses.
En definitiva, prisas, miedos, nervios, dudas... Y todo no ha hecho más que empezar. Pero, lo dicho, lo que se deje para mañana se interpretará como una losa más. Cinco partidos sin dar una nota es algo complicado de asimilar -e histórico porque en Segunda nunca lo ha firmado el Racing- que puede reactivar las decisiones latentes en un palco en el que los dueños del Racing pueden sentir un nudo en la garganta.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.