Dos meses de reseteo y vuelta a empezar

Guille Romo es ahora el que manda. Y lo hace desde aquel día por la tarde. Ni un minuto de espera para cambiar el rumbo. El madrileño hoy dará una charla colectiva al grupo. A algunos de los que se sentarán delante de él ya les ha transmitido personalmente lo que quiere y lo que pretende, a otros les ha llamado por teléfono y a alguno, -los menos- les dejará claro hoy cuál es su rol en este nuevo camino para el que el club le eligió a él y le dio el timón y el bastón de mando. El técnico, en estos dos meses que lleva dirigiendo la parcela deportiva del club, ha incorporado ocho futbolistas al primer equipo y ha participado activamente de algunas decisiones del fútbol base en el que tendrá el apoyo de César Anievas y Gonzalo Colsa.

En esa charla en la que el míster hablará de ascenso por primera vez para luego «no volver a mencionarlo más hasta el final», como bien reconoció a El Diario este domingo en la primera entrevista concedida desde su llegada, estarán delante de él los porteros Lucas Díaz y Miquel Parera; los defensas Isma López, Diego Ceballos, Álvaro Mantilla, Eneko Satrústegui, Pablo Bobadilla y Pol Moreno; los centrocampistas Íñigo Sainz-Maza, Martín Solar (en cuarentena), Sergio Marcos, Fausto Tienza, Alberto Villapalos, Patrick Soko, Álvaro Bustos, Marco Camus y Pablo Torre; los delanteros Cedric Omoigui, Carlos Castro y Jack Harper. A todos ellos, con contrato profesional, se les unirán también los canteranos que el propio Guille Romo, en colaboración con su cuerpo técnico, ha decidido que compartan el arranque estival del trabajo para estudiar su rendimiento y abrirles la puerta del primer equipo: Germán Fernández (portero); Juan Gutiérrez, Simón Lucas y Mario Jorrín (defensas) y Saúl García y Dani González (centrocampistas), además de Marcos Castillo (pivote del Rayo), en sustitución de Solar.

Estos siete chavales tienen mes y medio para ganarse la confianza de Guille Romo, que ya ha asegurado que la responsabilidad recaerá en los jugadores que «han llegado con experiencia y que saben pasarlo mal, jugar play off...», y para aderezar una plantilla construida a imagen y semejanza del entrenador y director deportivo que ha demostrado tener la ideas muy claras. Los perfiles de los jugadores que ha fichado lo dicen todo. Experiencia en objetivos ambiciosos. Los más ambiciosos.

Tras comprobar el estado físico de los futbolistas y de transmitir -o recordar- lo que significa jugar en el Racing en esta categoría, el míster dará vía libre a sus peones. Será mañana cuando arranquen los entrenamientos en La Albericia en una pretemporada en la que ya están calculados los tiempos. En la primera semana no habrá partidos ni jornadas con doble sesión de trabajo. Se trata de que los primeros días sean de adaptación. A partir de los quince días de entrenamiento comenzará el baile de partidos amistosos, con el estreno ante el Sporting de Gijón B, en Galizano, el 23 de julio. El cuerpo técnico ha programado un plan con rivales de varias categorías -Segunda RFEF, Primera RFEF e incluso Segunda División- con la intención de que se pueda medir el nivel y los resultados de la propia plantilla antes de que el 28 o 29 de agosto empiece la Liga.

Guille Romo se ha dado más prisa de lo habitual por estos lares. Tener veinte fichas ocupadas antes de empezar la pretemporada es algo que no se recuerda en el entorno del Racing, acostumbrado a que el último día del mercado se convirtiera en la víspera del mal estudiante. Tres centrales con experiencia en Segunda División, como son Satrústegui, Bobadilla y Moreno; dos pivotes con veteranía y habituales en los play off de ascenso como Tienza y Marcos; y un par de delanteros que tienen recorrido en asumir retos ambiciosos -algunos con más éxito que otros- como Carlos Castro y Jack Harper. Al míster le quedan tres fichas -cuatro si fuera una un portero- libres. Guille Romo ha confesado que su deseo es fichar a un defensa más, probablemente lateral, y aunque no lo ha dicho explícitamente trabaja en sumar a la plantilla un futbolista con lustre y que se convierta en la referencia. El entrenador da por buena la delantera que tiene ahora, pero es obvio que el mercado sigue abierto y el club echará el resto por rematar el equipo.

Falta por comprobar -a partir de mañana se podrá empezar a tener una visión más nítida- qué papel y qué rol tendrán los canteranos en el primer equipo la próxima temporada. La puerta del vestuario no está cerrada. De hecho seis chavales de La Albericia que se consolidaron la pasada campaña parten como miembros de pleno derecho del equipo, y será el terreno de juego quien dicte sentencia.

La pretemporada se realizará, como ya es habitual desde hace años, íntegra en La Albericia, donde el césped de los campos ha sido remodelado. No se pisará El Sardinero hasta que el equipo juegue contra el Burgos, el 6 de agosto, y que servirá de algún modo como presentación. Será el rival de mayor categoría con la intención de que a 23 días de empezar el campeonato se pueda comprobar también lo que ha dado de sí el periodo estival.

Sin una pizarra muy definida, sin un planteamiento futbolístico anunciado, Guille Romo empieza el camino hacia el fútbol profesional. Este es el objetivo. No hay otro.