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Jon Ander vuelve a sentirse futbolista. Porque ya lleva varias semanas entrenando al mismo nivel que sus compañeros; porque ya ha recibido todos los vistos buenos para volver al terreno de juego y porque este miércoles ya le tocó regresar a la sala ... de prensa para enfrentarse a los medios. Aunque sabía que él era una noticia positiva. El delantero vasco, «una persona muy positiva», reconoció que, en estos siete meses, ha habido momentos en los que «agaché la cabeza». Pero las sensaciones son buenas y los temores superados: «Tenía miedo por no volver a ser yo, pero sigo igual y eso es de lo que más contento estoy».
«La verdad es que no tengo molestias, no tengo miedo, no pienso en 'no voy a meter la pierna por si acaso'. Ya me conocéis», explicó el ariete. Fuera de micrófonos afirmó estar incluso más 'fino' que antes de lesionarse, pero lo exultante de su estado de ánimo no le lleva a elevar los pies más allá de altura del césped. Con calma: «Llevo siete meses sin jugar. Está claro que no puedo llegar el domingo y jugar noventa minutos. Es un proceso que tengo que seguir. Estoy entrenando ya normal con todo el grupo. Poco a poco. Sin prisas. Estar para ayudar al equipo».
Jon Ander insistió una y otra vez en ese temor a no volver a ser Jon Ander. Ese futbolista entregado, valiente y agresivo de siempre. «Estoy con muchas ganas. Tenía ese miedo de no poder volver como era yo antes, de ir a todos los balones. No queda nada de ese miedo en la cabeza. Espero que todo el trabajo que he hecho antes, y sobre todo desde que me lesioné, tenga sus frutos y poder disfrutar. No sólo debutar en Segunda División, sino disfrutar», comentó.
Un sueño que también temió que se fuese al traste después de una trayectoria tardía pero vertiginosa, que le ha llevado de Tercera al fútbol profesional en apenas tres años. «Sí, tuve miedo de que se truncase. Cuando me rompí no pensé en ello, sino más en que consiguiéramos el objetivo de ascender. Pero luego, tenía ese miedo de no volver a ser yo. De que hubiera un balón dividido y... A ver si me voy a volver a romper», insistió. Al final, todo ha ido tan bien que le han tenido que atar en corto: «Ya estáis viendo los entrenamientos, que incluso me han tenido que decir, «cuidado, vete poco a poco». Sigo igual y eso es de lo que más contento estoy».
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Marcos Menocal
«Soy una persona muy positiva, pero he tenido mis momentos malos. Y siempre han estado ahí fisios, readaptadores, cuerpo técnico y compañeros. Estoy muy agradecido, porque sé que no es fácil tener que aguantar a alguien que agacha la cabeza en algún momento. Se lo voy a agradecer siempre y parte de que yo esté aquí es por ellos», quiso agregar.
El bajo rendimiento de los delanteros racinguistas ha convertido su regreso en una pequeña esperanza para la grada. «Tienes la opción de pensar, 'se me echa mucha responsabilidad a mí'. O todo ese apoyo canalizarlo para intentar hacer las cosas bien. Lo voy a llevar por ese segundo lado. Aunque fuera responsabilidad, no me importaría tampoco. Si no quieres tener responsabilidad, dedícate a otra cosa», argumentó.
En lo que respecta al equipo, estimó que está faltando «ese pelín de suerte» y espera que «en cuanto encadenemos un par de resultados buenos, la cosa va a cambiar. Son dinámicas». El discurso del vestuario se le sabe perfectamente: «Cuando estamos juntitos, competimos a cualquier equipo. Ese es el camino que tenemos que seguir. Si somos un bloque, estamos más cerca de ganar. Hay que estar sólidos atrás y después las cosas ya llegarán adelante».
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