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A Racing y Oviedo hay más cosas que les unen de las que les separan. Fútbol del norte, clubes de dimensiones similares, Tuto Sañudo, Paco Fernández, Iván Ania, los años en el infierno, la afición como tabla de salvación en los peores momentos... Pero la ... rivalidad –que puede ser sana o idiota– no tiene en cuenta nada de eso. Es, y punto. Por eso, para bien y para mal, es un duelo que se marca con un círculo rojo en el calendario hasta que la punta del rotulador chirría. Fecha señalada. Como lo son las navidades que se acercan. Que cualquier día empezarán en febrero. Y lo que pasa cuando diciembre está al caer es que sube el coste de todo. Los langostinos, la carne, el pescado, el jamón... Al Racing, hasta los puntos le salen más caros. El equipo cántabro tuvo que pelear. Y sufrir. Y sobreponerse –de nuevo– en ataque a las facilidades mostradas atrás. Bueno, como dijo el míster el viernes, lo importante es terminar el año con el máximo de puntos posible. Suma y sigue, aunque tenga trabajo por delante.
Racing
Ezkieta, Mantilla, Mario García (Saúl García, min. 60), Pol Moreno, Rubén Alves, Aldasoro (Iván Morante, min. 73), Íñigo Sainz-Maza, Marco Sangalli (Yeray, min. 60), Íñigo Vicente, Peque (Jeremy, min. 82) y Arana (Ekain, min. 73).
2
-
2
Oviedo
Leo Román, Jimmy, Luengo, Abel Bretones, Lucas, Seoane, Dani Calvo, Colombatto (Viti Rozada, min. 60), Masca (Yayo, min. 84), Sebas Moyano (Pomares, min. 84) y Borja Bastón (Alemao, min. 84).
Equipo arbitral Caparrós Hernández, asistido en las bandas por García Lorenzo y García Andreu, todos ellos del Comité Valenciano. Cuarto: Gordillo Escamilla (Valenciano); AVAR: González Esteban (Vasco) y AVAR: Moleón Cuenca (Valenciano).
Goles 0-1, min. 17: Colombatto. 1-1, min. 30: Peque. 1-2, min. 43: Dani Calvo. 2-2, min. 78: Peque, de penalti.
Amonestaciones Amarilla a los locales Íñigo Vicente, Arana, Rubén Alves y Mario García y a los visitantes Seoane, Lucas y Masca.
Incidencias Campos de Sport de El Sardinero. Césped visiblemente dañado por el partido de Copa entre Cayón y Athletic. Tarde nubosa pero apacible. 17.938 espectadores. Unos 2.000, ovetenses.
José Alberto, ovetense pero sportinguista, rojiblanco en territorio comanche, mantuvo su apuesta por las oportunidades a quienes se las han ganado. Por la continuidad. Por eso repitió, prácticamente, el once del domingo anterior en Anduva. Incluidos Pol Moreno en el centro de la zaga y Mario García en el lateral izquierdo. Sólo implementó un cambio. Su navaja suiza. Marco Sangalli entró en el extremo derecho en perjuicio de Lago Junior. Quizá por aquello de conocer al enemigo desde dentro. Ah, bueno, y la irrupción de Jason Mantilla Statham en el lateral derecho. Rapado al cero. 'Un tipo más duro todavía' podría ser el título de su próxima película.
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Lo cierto es que todavía no se había metido en el papel el de Camargo, porque le pillaron la espalda en la primera acción del encuentro. Tras una buena jugada colectiva carbayona, Sebas Moyano llegó solo al área y su tiro lo estrelló en el cuerpo de Ezkieta. Para eso están los porteros, vino a decir el míster tras el empate de Anduva.
Pese al susto inicial, el partido arrancó como si dos piedras chocasen entre ellas. Chispas que saltan. Y era el Racing el que más cerca estaba de hacer fuego. Mario García, que ya se había cargado con una amarilla por exceso de ímpetu en el minuto 4, cometió un robo fantástico en campo rival. Íñigo Vicente se inventó un pase brutal a la carrera de Arana. El canario tuvo que sortear a Leo Román, pero se escoró demasiado, y su centro al área no encontró rematador. Acto seguido, Dani Calvo le quitó de la cabeza a Pol Moreno el gol, en el segundo palo, a la salida de un córner.
Los futbolistas verdiblancos, por aquello del horario temprano, no debían haber comido o lo habían hecho muy pronto. Tenían hambre. Cachopo, cocido, un Oviedo a la brasa o todo junto. La tuvo Marco Sangalli, en un robo de Íñigo Vicente, que asistió al vasco y el tiro de este lo repelió Leo Román. Respondió el cuadro asturiano con un tiro lejano de Jimmy que le creó problemas a Ezkieta. Pero el apetito no cambió. Tenedor, cuchillo de sierra y a por ellos.
Pero, como quien se hincha a comer pan mientras espera a que traigan la comida, al Racing se le iba a indigestar la miga. De la nada, el Oviedo sacó petróleo. La pegó Colombatto desde la frontal, la pelota tocó en el pie de Mantilla y despistó a Ezkieta. Tan inmerecido como real. 272 minutos duró la meta imbatida.
Le iba a tocar remontar a los de José Alberto si querían ganar el encuentro. Y, para eso, había que mantener el colmillo afilado. Arana se plantó en el área, sorteó a un defensa con un fantástico movimiento, pero su tiro lo sacó, ágil, Leo Román con la bota izquierda. Mientras tanto, con la olla a presión de los Campos de Sport a pleno rendimiento, al colegiado se le empezaba a hervir el partido. Su medida para enfriar, tarjetas a Arana e Íñigo Vicente por protestar... Para temperatura alta, la de José Alberto, que se quitó la americana y la tiró con rabia al interior del banquillo.
Tenía que ser cuestión de tiempo. Por merecimientos, por mosqueo y porque sí. Doble 'check' verdiblanco en el área carbayona. La pelota le llega a Peque y el goleador racinguista en ebullición la cruzó fuera del alcance de Leo Román para hacer el empate. Marco Sangalli le metió tres patadas a una valla publicitaria que casi la deja como un colador.
Para celebrarlo, subió la persiana el VAR Esperpento. Por suerte, a favor del equipo cántabro. Marcó el Oviedo. Manguerazo de agua fría. El colegiado corrigió de repente. Posible falta de Borja Bastón a Rubén Alves en el centro al área. Como no lo tenía claro, se fue a la tele. «No, no, rebobina», debió decir Caparrós Hernández. Y al final, minutos y protestas después, se dio cuenta de que, un rato antes, en el robo inicial del Oviedo había una falta sobre Arana, en la frontal contraria. Tanto anulado. Las iras contra el juez cambiaron de bando. Ojo, porque en el saque del balón parado definitivo, Marco Sangalli tuvo el 2-1. Íñigo Vicente la puso por encima y el extremo vasco la echó por encima del larguero.
El ambiente ya estaba enrarecido. El choque pedía el descanso como el comer. Ojalá hubiese sido así, porque el Racing se iba a llevar un sopapo psicológico. Un córner inocentemente defendido por la zaga cántabra iba a permitir a Dani Calvo, casi como quien pasea por la Segunda de El Sardinero, cabecear al fondo de las mallas. El equipo verdiblanco estaba grogui con tanto meneo. En el largo tiempo añadido, todavía tuvo una más el Oviedo. Borja Bastón peinó de cabeza y Pol Moreno estuvo cerca de introducir el balón en su portería. Como primera medida, con Mario García lastrado por la amarilla, el míster mandó a calentar a Saúl García. Sin embargo, el chaval se mantuvo sobre el césped tras pasar por el vestuario.
El Racing inició la segunda parte dominando. Es lo que le tocaba. Y las combinaciones fluían en la línea de tres cuartos. En una de ellas, Marco Sangalli volvió a tener una opción pintiparada, pero esta vez tuvo bastante de mérito de Leo Román, con una mano genial para evitar el tanto verdiblanco. Demasiado perdonar. Porque el Oviedo, con muy poco... Un intento de despeje de Rubén Alves casi se cuela donde no debía. Y luego, si hay regalos, pues peor... Un mal envío de Pol Moreno terminó con Borja Bastón solo ante Ezkieta. El delantero no estuvo fino y el portero sí. Manita certera y a córner. Luego, el árbitro anuló la acción por fuera de juego, pero el Racing ya había perdido el dominio.
Y el árbitro, el control del partido hace rato. Arana competía en la carrera cual loncha de jamón york entre los centrales carbayones. El canario fue al suelo y el colegiado dijo que... patatas. José Alberto hizo sus dos primeros cambios: ahora sí, Saúl García sustituyó a Mario García en el lateral izquierdo y Yeray a Marco Sangalli en el extremo diestro.
El Racing ya estaba en modo frustrado. Las ganas no eran suficientes en ataque, y la defensa volvía a mostrar las dudas que parecían haber quedado superadas. Rubén Alves casi se la lía a Ezkieta en un intento de corte que terminó en cesión involuntaria. El míster buscó más pie en el centro del campo: Iván Morante, por Aldasoro. Pero, además, a Arana se le subieron los gemelos, y tuvo que llamar también a Ekain.
Y qué oportuna fue la entrada del medio purriego. No por un pase o una jugada de calidad. El Racing apenas llegaba, pero en una acción aislada, Íñigo Vicente alcanzó la línea de fondo. Miró hacia atrás y allí llegaba Iván Morante. Y al 'nietu' de Paulino se lo llevó por delante Jimmy. Penalti. Peque, ¿quién si no?, hizo el empate.
José Alberto se echó al monte. ¿Empate? Poco. All in. El asturiano llamó a Jeremy. Otro delantero. Peque, agotado, fue el sustituido. El Racing había recuperado presencia, pero el choque estaba de mírame y no me toques. Una tontería, y todo al garete. YSaúl García tuvo un error terrorífico. Balón al centro que entregó al carbayón Alemao y Rubén Alves tuvo que jugarse el físico para evitar el tanto visitante. En el consecuente córner, Yayo cabeceó de cabeza al poste. Y, en el siguiente, Oier Luengo remató de chilena. Fuera. Suspiro de alivio.
El equipo cántabro llevaba un rato en reserva. Le costaba un mundo llegar a campo rival y estaba más cerca de pegarse un tiro en el pie que del triunfo. Así que el pitido final, y el empate, ni tan mal. Porque, también es verdad que los logros sufridos saben mejor.
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