«Ojalá todas las decisiones me salgan tan bien como la de venir al Racing»

-Acabó dolorido el sábado ¿Cómo se encuentra?

-Ahora bien. El otro día acabé exhausto, pero ahora ya estoy bien. Me dieron unos calambres en los gemelos... Creo que el Elche nos sometió demasiado y hubo que correr sin balón más.

-¿Ante el Elche jugaron a otra cosa o qué?

-Va a haber muchos partidos como el del Elche. Ellos sabían cuáles eran nuestros puntos débiles y nosotros sabíamos los suyos. Fue un partido de tú a tú, pero yo creo que fuimos nosotros e hicimos lo que hemos hecho esta Liga y ganamos.

-¿Muchos? ¡Solo quedan cuatro partidos!

-Sí, la verdad es que no son muchos. O son pocos o muchos en función de cada uno. En función de lo que queramos ser y hacer. Seguro que son partidos en los que plantearemos cosas diferentes a lo que hicimos con el Elche. Cada rival es distinto. Cada partido tiene mil cosas que no podemos controlar.

-¿Cómo lleva usted lo de tener cerca un objetivo tan grande?

-Personalmente, desde hace tiempo, desde que conseguimos la permanencia que era el verdadero objetivo, yo me he planteado disfrutar. No precipitarme y no cargarme de presión que no me corresponde ni a mi ni al equipo. Esa presión extra, esa ansiedad lo único que hace es impedir que hagamos lo que sabemos. Ya sabemos que hay que ganar, lo sabemos y lo queremos, pero estar ahí pensando 'hay que ganar, hay que ganar'... lo único que te hace es perder energía.

-¿Ahora se juega diferente?

-No hay que cambiar nada. Obviamente cada rival y partido te exigen algo, pero nosotros tenemos un juego alegre, con pegada, con balón y no tenemos que ganar antes de que nos toque. Yo el primero. Yo soy el primero que me excito, pero eso no es bueno. El equipo se ha dado cuenta de lo que es, de lo que puede conseguir y de lo que tiene ahí.

-Se le ve encantado...

-Estoy en el mejor momento de mi carrera, que no ha sido muy larga aún; en el mejor momento de forma, de ánimo, de ganas... Y el equipo también, al menos de los últimos años. Por eso no hay que tener ninguna presión, porque eso te precipita.

-¿Le preocupan los rivales?

-Los rivales que tenemos fuera de casa se juegan la vida. Eso es así. Pero al final cada uno se juega lo suyo y nosotros también. En casa somos uno más y eso los rivales también lo saben. Yo he sido jugador y sé lo que se siente cuando llegas a un campo en el que la gente aprieta y es como la nuestra. Hemos mirado, claro que lo hemos mirado, pero no importa mucho. Si me preguntan, sí es cierto que yo preferiría jugar contra alguien que se jugase lo mismo que yo. De tu a tu. Porque no sé, pero cuando hay algún equipo que se juega algo por abajo parece que son uno más.

-¿Con qué día se queda de los que ha vivido en Santander'

-No podría decir un día concreto. A mi me ha enamorado y me ha dejado más que contento el día a día que se vive en Santander. Desde que llegué aquí he visto como todo ha ido a mejor. Primero, la confianza que han tenido en mí, para venir y luego para jugar. No puedo tener una palabra mala. Y qué decir de jugar en casa, es una maravilla.

-Lo de los partidos en El Sardinero, ¿ya lo sabía?

-Yo lo hablo con los amigos. Algunos me dicen: 'Juancar, quiero ir a ver algún partido, ¿a cuál voy?' Y les digo, al que quieras porque aquí van a ser todos iguales. Este último día, ante el Elche, tuve visita de un amigo. Me dijo que para él había sido el mejor campo de Segunda en el que había estado. Y mejor que muchos de Primera. Se lo pinto bien y aún así se sorprende. Es imposible quedarse con otra cosa que no con eso. Hemos tenido momentos malos, rachas malas y siempre han estado por ahí creyendo.

-¿Se esperaba luchar por lo que ahora va a luchar?

-Ni por asomo. Cuando decidí venir al Racing yo ya había visto cómo le había ido el año pasado; cómo le fue en los últimos años y la incertidumbre que te embarga es normal. Pero ojalá todas las decisiones me salgan tan bien como la de venir al Racing y a Santander. Ha sido la decisión más acertada que he tomado en mucho tiempo.

-¿Qué le pasa por la cabeza con el ascenso merodeando?

-Te cambia la vida, le cambia la vida a la ciudad, le cambia la vida al equipo, al club... Por desgracia yo lo tuve muy cerca el año pasado. Lo teníamos ahí, lo peleamos y se escapó. Y se escapa sin que lo puedas remediar. Por eso yo creo que hay que valorar cada punto que hemos sacado, cada punto que sacaremos de aquí hasta que se acabe. Hay que valorar que no nos han regalado nada y que lo hemos conseguido por nuestro trabajo, por el bien hacer del cuerpo técnico y de cada uno de los jugadores. Hay que agradecer también lo bien que nos han dejado trabajar, lo bien que nos han permitido jugar cada día, sin exigirnos más, sin meternos más presión que la que nos correspondía y eso ha hecho que demos más. Somos un equipo muy joven que está respondiendo y todo ello es algo que ha salido sin que nos lo imagináramos.

-Ahora piensa: Venir a Santander, ¿bien o mal?

-Echo la vista atrás y como dije antes. Es la decisión más acertada. Hablé con mi representante y me dijo los nombres de los equipos que habían mostrado interés por mí de menor a mayor. El nombre del Racing me lo dijo el último y le dije que allí. Vi cómo era el equipo, en aquellos momentos solo estaba Ekain como delantero y viendo cómo jugaba el míster, con un solo delantero, sabía que iba a tener minutos porque el delantero siempre es un cambio. Y no lo pensé más. Y mira...

-Y tuvo minutos, vaya que sí los tuvo.

-Pues sí. Le estoy agradecido a José Alberto porque ha confiado en mí más que yo mismo. Para mí ha marcado un antes y un después en mi vida la elección de venir a Santander. Tengo mucho que mejorar, pero sí es cierto que aquí me han salido las cosas. Estoy intentando cosas que antes no podía ni tenía la ocasión de hacerlo.

-¿Qué recuerda del Racing cuando era pequeño?

-No sé. Tengo muchos recuerdos. El Racing cuando yo era niño estaba en Primera y lo recuerdo allí arriba. Pero también recuerdo que vine en 2015, cuando era cadete, a jugar un torneo con el Real Madrid y jugamos la final contra el Racing. Entramos en el estadio y estaba sucio, había basura por todos los sitios. Los vestuarios no daban la talla y ahora veo lo que ha crecido y lo que están haciendo y me asombro. Veo vídeos del 2015, que puede que sea una de las épocas difíciles del club, y lo veo ahora ¡Puf! Hay que agradecer a la gente que ha venido a hacerse cargo del club y no solo por venir, sino por las ganas que ha demostrado de que esto cambie.

-¿Qué ha sido clave para que esté cerca de sacarse el carné de futbolista de Primera?

-Hay que sacar lo mejor de ti en cada una de las etapas. Y valorar lo que aprendes y lo que te sirve en cada uno de ellas. Yo, por ejemplo, sí que cuando salí de esa burbuja que son los filiales de los grandes equipos, de las canteras de los grandes clubes, donde eres uno más, me di cuenta de que ahí es cuando estás solo y hay que trabajar. Y lo que hagas es lo que determina tu camino. Ahí es donde ves a gente que tiene y que ha conseguido lo que tu quieres en la vida y ellos trabajan más que nadie. Ahí es donde te das cuenta que o igualas eso o no tienes nada que hacer. Te abre los ojos. Ese es el consejo que yo le daría a alguien que empiece en este mundo.

-¿Hay que tener miedo al play off?

-Yo jugué dos; uno por ascender a Primera RFEF, que salió muy bien, y otro a Segunda y no salió tan bien. En el primero fui importante y el equipo confiaba en mí y en el segundo no participé, pero lo viví. En un play off hay que valorar el factor campo, porque eso es un más uno. Todo lo que hemos hecho y esa comunión con la afición te acerca a ganar. Lo noté en Vitoria el año pasado cuando llegué. El campo es el campo. Allí es algo que se nota y eso lo tenemos y lo vamos a aprovechar.

-Entonces, tal y como está de contento, ¿ha decidido empadronarse en Santander?

-El futuro no depende de mí. El Eibar puso una cláusula en mi contrato; ya veremos qué piensa el Racing y qué piensa el Eibar. La cláusula no depende de que subamos o no. Yo estaría encantado de quedarme aquí porque me gusta todo, pero a ver qué pasa.